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El Rey resalta ante Leonor que la Constitución es la "máxima expresión de nuestra unión"
Anima a la Princesa a servir a España con toda su "energía y determinación" y con "verdadera pasión".
El rey Felipe VI reivindicó este sábado la Constitución como "máxima expresión de nuestra unión" y recordó que se trata de la norma que garantiza "nuestra convivencia democrática". Lo hizo en un día cargado de emoción y simbolismo: la jura de bandera de la Heredera al trono y el resto de alumnos del primer curso de la Academia General Militar (AGM). Fue la dama cadete Borbón Ortiz la primera de los 411 cadetes en besar la enseña, recuperando así una tradición que había quedado desplazada por la pandemia. Lo hizo en solitario, entre los aplausos de los familiares de sus compañeros y la emocionada mirada de sus padres, los Reyes.
Ante las más de 2.500 personas, entre autoridades civiles y militares, los cadetes y sus familiares, el Rey recordó que la bandera es "el símbolo que une a todos los españoles" y representa el legado "de una Nación construida con el esfuerzo de generaciones y generaciones". También se refirió directamente a su primogénita, que siguió todo el discurso, como el resto de cadetes, en formación: "Querida Leonor, recuerda que el compromiso que has asumido conlleva la mayor responsabilidad con España. Sabes bien, como Princesa Heredera, que la Corona simboliza unidad y su permanencia".
Su Majestad recordó el 11 de octubre de 1985, cuando fue él el que ocupaba el lugar ahora de la Heredera y juró, en ese mismo lugar, ante la bandera. "Es muy emocionante y tiene una gran transcendencia ver cómo la Princesa da continuidad a ese juramento junto a una nueva promoción de cadetes", subrayó. Se mostró convencido de que este acto y el "cariño" por Zaragoza y Aragón formarán parte de sus "mejores recuerdos". Y la animó a servir a España con toda su "energía y determinación" y con "verdadera pasión".
En este sentido, señaló que la promesa hecha ayer va "más allá de su simbolismo y solemnidad", ya que implica "un deber personal, moral y legal, que no tiene fecha de vencimiento". "Guardaréis este día en vuestra memoria, y seguro que también en vuestro corazón", señaló. Y les aseguró que el camino que ahora inician les permitirá "conocer y valorar" el significado profundo del "honor, el compañerismo, la lealtad, la disciplina y la dedicación", palabras en las que hizo especial énfasis durante buena parte del discurso, en el que también destacó que "no hay compromiso mayor que la defensa de España".
Se mostró convencido de que "tras unas exigentes semanas iniciales de instrucción y formación" ya han empezado a asimilar alguno de estos valores. "Pero será tarea vuestra mantenerlos y cultivarlos de por vida", apuntó. Les animó a "esforzarse permanentemente y mantener la ilusión", siempre con el objetivo de ejercer "el mejor servicio a España". Y quiso recordar, antes del Acto a los Caídos, a aquellas personas que "supieron anteponer el servicio a España a sus intereses personales; y muchas perdieron la vida en ese empeño".
"Un auténtico honor"
Antes del Rey, fue el general director de la AGM, Manuel Pérez López, el primero en tomar la palabra. Lo hizo con una especial mención a la singularidad de este año, en el que Felipe VI no solo acudía como mando supremo de las Fuerzas Armadas sino que, junto a la Reina, lo hacían como padres de la dama cadete Borbón Ortiz. "La jura de bandera de la Princesa de Asturias en este Patio de Armas constituye un auténtico honor", apostilló.
Como el Rey, puso el foco en el compañerismo y el "exigente periodo de formación", aunque sostuvo que los cadetes tienen "capacidad de sobra para superarlo". "Os aseguro que si cumplís diariamente como auténticos soldados de España recibiréis en vuestra vida militar satisfacciones que van más allá de lo imaginable", aseveró en un acto que ya forma parte de la historia de España, marcado por el momento en el que la princesa Leonor se acercó a paso ligero hasta la bandera nacional, se quitó el ros de la cabeza y la besó. Confirmó así el juramento hecho minutos antes, junto a sus compañeros, de viva voz.
Tras este beso, los cadetes desfilaron, en grupos de tres, bajo el arco formado por el sable y la enseña, simbolizando con ello que la patria acepta su juramento. Esta bandera fue mandada a bordar en 1886 por la reina María Cristina de Habsburgo, viuda de Alfonso XII, los padres de Alfonso XIII, tatarabuelo de Leonor. Desde entonces, es con la que juran todos los oficiales, incluidos su padre y abuelo.
