Aragoneses, unisex e inspirados en los oficios ferroviarios en los años 20: así son los uniformes del hotel de Canfranc

El diseñador zaragozano Nacho Lamar ha reinterpretado el estilo de aquella década "optimista" para conectar a los que fueron empleados de la estación en sus inicios con los de ahora del hotel, convirtiéndolos en factores o guardagujas.

El botones es un mozo de equipajes. El recepcionista, un factor, o el jefe de recepción, un jefe de estación. La gobernanta es un maquinista, el camarero de piso un fogonero y el valet un mozo de tren. El diseñador aragonés Nacho Lamar es el creador de la uniformación del nuevo hotel Royal Hideaway Hotel de Canfranc que esta mañana de jueves se ha presentado en Fitur, un trabajo con el que ha querido homenajear a los oficios ferroviarios de la época en la que brilló la estación oscense, como interventores, guardagujas, guardafrenos, engrasadores, guardabarreras, mozos, serenos... Lo ha hecho reinterpretando una época que este modisto ama y domina, la de los años 20, momento en que fue construido e inaugurado el magnífico edificio fronterizo.

Unos años 'locos', de los que Lamar quiere recuperar su "optimismo, libertinaje y esperanza". Eso sí, conectándolo también con los nuevos valores y tendencias de las sociedades del presente: los uniformes, por ejemplo, son unisex: "La idea -explica el propio Lamar- es subrayar el papel de aquellas mujeres que en esos años se liberaron del corsé y el nacimiento entonces de lo andrógino". En concreto, la uniformidad se construye en torno a "una silueta recta sastrera y refinada, de cortes contemporáneos".

Estudio previo del diseño de los uniformes del Hotel Royal Hideway de Canfranc.
Estudio previo del diseño de los uniformes del Hotel Royal Hideway de Canfranc.
H. A.

Además del edificio, su estilo arquitectónico y el espíritu de la época que lo alumbró, el espectacular paisaje en el que se enclava inspira asimismo la colección de uniformes, particularmente en lo que a la paleta cromática se refiere. Aparecen los colores verdes que celebran las hojas de la carrasca o de la encina que inundan el valle del Aragón, que son oscuras por el haz y más claras por el envés, ambos tonos utilizados en tejidos de lana. Se combina con otros tonos terrosos, en honor al valle de Los Arañones y la piedra caliza de las montañas y, claro, con el blanco en las camisas de la nieve.

Las prendas son rematadas con fornitura en dorado, en recuerdo al famoso oro que pasaba a través de la frontera en tiempos de la II Guerra Mundial.

Estudio previo del diseño de los uniformes del Hotel Royal Hideway de Canfranc.
Panel con imágenes que reúnen parte de los elementos inspiradores de la colección de uniformes..
H. A.

Todo está cuidado al detalle: los botones están grabados a láser con el anagrama del hotel, el mismo anagrama que se repite en todos los bordados.

Los botones de algunas chaquetas simulan los carriles del tren en bifurcación y las gorras son una de las de los factores.

La técnica del 'patchwork' es usada en uno de los chalecos de recepción, simulando los paisajes de montaña, en concreto al pico “El Fraile“.

El estampado de la corbata es de una flor de lis, un guiño a Francia, tan cercana, al otro lado de la frontera.

En terrenos más prácticos, se ha hecho un estudio previo para que las prendas sean cómodas, transpirables, y que sus materias primas no sean dañinas para el medio ambiente.

Lamar siente como un gran paso adelante en lo profesional y en lo personal que "un grupo como Barceló haya confiado en mí". Igualmente se siente muy agradecido a toda la gente implicada con la historia de Canfranc que le han ayudado en esta tarea.

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