Central térmica de andorra
Los empresarios y comerciantes de Andorra: "Nos hemos quedado con anuncios y promesas"
Aseguran que el futuro de la zona pasa por los planes de acompañamiento y se muestran esperanzados pese
a la pérdida de población.
Los vecinos y empresarios de Andorra reconocen haber vivido meses "complicados" tras el cierre de la central térmica de Andorra, que cesó oficialmente su actividad el 30 de junio de 2020. No obstante, desde la Asociación Empresarial Andorra Sierra de Arcos y Bajo Martín (AEA) se muestran optimistas respecto al porvenir y depositan sus esperanzas en los planes de acompañamiento que deben cumplir las empresas que quieran hacerse con la capacidad de evacuación de la planta, llamados a revitalizar la zona.
"Nuestro futuro no va a pasar tanto por la instalación de nuevos parques fotovoltaicos como por los planes que el Ministerio de Transición exige a las adjudicatarias para crear, por fin, un empleo de calidad y diversificado. Vamos a confiar", dice el presidente de AEA, Roberto Miguel.
Los efectos del cierre
A estos cierres suman la falta de relevo en muchos otros, algo en lo que Miguel considera que debería ponerse el foco. "Es un problema generalizado y Andorra no iba a ser menos. Igual que hay ayudas para nuevas empresas habría que velar también por las que son rentables para evitar que su actividad muera con la jubilación de los dueños", reflexiona.
Y como el tiempo siempre juega en contra, urge a cumplir los planes de transición justa y a que "sean justos de verdad" para revertir la situación actual antes de que sea demasiado tarde.
