La hostelería ha incrementado hasta un 25% su facturación tras el fin de las restricciones de horarios y la prohibición del servicio en barra. Este fin de semana, la imagen ha sido bien distinta a la de finales de enero, cuando aún imperaban las limitaciones impuestas por el Gobierno de Aragón para frenar la séptima ola. Muchos han aprovechado para celebrar San Valentín de forma anticipada, llenando las terrazas y disparando las reservas.

"Los negocios están funcionando bastante bien. Todavía hay mucha gente con miedo a entrar a los locales, pero otros lo han perdido", explicó el presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón, Fernando Martín.

Al no haber medidas de contención, San Valentín "ha replicado el espíritu de la Nochevieja", con gran parte de los establecimientos con todo completo. "Lo peor parece haber pasado, ahora hace falta que no recaigamos. El problema es que el consumo ha disminuido. La situación sigue sin ser demasiado boyante", razonó.

Las principales esperanzas están puestas en la Cincomarzada y la Semana Santa. Esta última, recordó el presidente de la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares, José María Marteles, mueve "a miles de personas".

Por el momento, el fin de las restricciones ha elevado las ventas "entre un 20% y un 25%", teniendo un efecto aún mayor en zonas como El Tubo o La Magdalena. "Estamos contentos, la gente está volcada y quiere salir. Hay que tener en cuenta, eso sí, que las medidas se han levantado teniendo una alta incidencia. Tenemos que ser responsables", dijo.

Los pubs y las discotecas también se han beneficiado del salto al nivel 1 de alerta sanitaria. "La facturación se ha recuperado. Sobre todo en los locales de público más joven, pero seguimos por debajo de los niveles de 2019", afirmó el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza, Alberto Campuzano.

El sector, pese a todo, sigue necesitado de ayudas y hoy mismo tiene previsto cerrar un acuerdo con la DGA para pedir al Gobierno central que ‘devuelva’ a Aragón los 75 millones de euros del plan estatal que quedaron sin repartir.