Teruel acumula dos años seguidos de crecimiento poblacional después de una década de bajadas. La vitalidad de sectores básicos de la provincia como el agroalimentario y el turístico ha propiciado que en 2019 la provincia ganara 39 residentes, mientras que en 2020 el crecimiento alcanzó lo 322 habitantes.

La inyección económica del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE), reforzado en 2021 con 2,3 millones de euros acumulados con cargo a remanentes de 2018, contribuye a dinamizar la economía y la demografía provinciales. Además, en la presente anualidad, por primera vez, los agentes sociales tendrán voz en la determinación de los proyectos y programas a financiar con los 60 millones aportados a partes iguales por los gobiernos central y autonómico.

Los proyectos empresariales en trámite, empezando por el macromatadero porcino de Tönnies en Calamocha –con 1.200 empleos previstos–, el aterrizaje de Airbus en el aeropuerto de Teruel –para explotar un hangar de pintura– o la ampliación de las plantas de Fertinagro disparan las expectativas de empleo a corto plazo. Pero el crecimiento tiene también sus cuellos de botella, como la insuficiente mano de obra, la falta de viviendas –sobre todo en el medio rural– y, actualmente, la escasez y encarecimiento de las materias primas.

El presidente de la Diputación Provincial de Teruel (DPT) y alcalde de Calamocha, Manuel Rando, señala que dos sectores con gran potencial, como el turismo y la industria agroalimentaria, «están creciendo y con ellos el empleo». Pero, a renglón seguido, admite que «hay gente que quiere quedarse a vivir en la provincia pero no encuentra casa. La DPT ha lanzado una convocatoria para habilitar viviendas y ha tenido que ampliar su dotación de uno a tres millones de euros ante la avalancha de solicitudes.

En opinión de Rando, la tendencia demográfica positiva va a seguir en los próximos años con los proyectos empresariales previstos. Pero ya en estos momentos «hay mucho empleo que no se cubre por falta de mano de obra. Por ejemplo, en la hostelería, la agroalimentación o la construcción», advierte.

A su juicio, Teruel «no puede seguir con el victimismo, porque no refleja la realidad». Argumenta que el proyecto Tönnies «generará empleo directo e indirecto en Calamocha y todo el Jiloca, pero también en el resto de la provincia y la zona sur de Zaragoza». Creará 1.200 empleos directos, con lo que será la empresa con mayor plantilla de la provincia, y propiciará «muchos más puestos de trabajo indirectos» en granjas suministradoras, transporte y sector terciario.

La provincia asiste, además, al desbloqueo administrativo y presupuestario de infraestructuras de comunicación vitales para el desarrollo económico y social. El Ministerio de Transportes acaba de sacar a licitación por 3,41 millones de euros la redacción del proyecto de trazado y construcción de la A-68 entre Alcañiz y El Regallo y en la misma fase se encuentra el tramo Alcañiz-Valdealgorfa de este eje que unirá Aragón con el Mediterráneo y que salió a concurso el pasado mes de mayo.

Las obras de la Variante de Alcorisa, una carretera que aportará seguridad y calidad de vida a sus habitantes al sacar de la localidad cientos de coches y camiones diarios, avanzan y rozan ya el 50% de ejecución. A la espera de la adjudicación de los trabajos se encuentra también la nueva conexión de la N-330 con la capital turolense, una actuación que costará 17,5 millones de euros.

El corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo, una reivindicación histórica de los turolenses, ha recibido un nuevo impulso este otoño con la adjudicación por parte de Adif –con una inversión de 41 millones de euros y un plazo de 24 meses– de las obras de electrificación del tramo Zaragoza-Teruel. Se trata de uno de los proyectos más relevantes del Plan Director para la mejora de esta infraestructura, que quedará apta para velocidades máximas de 200 kilómetros por hora.

El presidente de la Cámara de Comercio, Antonio Santa Isabel, comparte el diagnóstico positivo sobre la situación socioeconómica de la provincia. Destaca, junto al incremento poblacional y los proyectos empresariales en puertas, el crecimiento sostenido de las exportaciones, que acumulan una década seguida al alza, incluido 2020, un año difícil con la pandemia. «El potencial empresarial es muy fuerte», sostiene. A su juicio, los factores clave de la mejoría son «el tirón de la agroalimentación y la mejora de la competitividad, con empresas, grupos empresariales y cooperativas cada vez más fuertes».

Santa Isabel cree que la tendencia económica se mantendrá al alza gracias a la digitalización acelerada de las empresas –estimulada por la pandemia–, a la llegada de fondos europeos y a la reorientación del FITE hacia proyectos productivos con la participación de los agentes sociales.

Con 40 nuevos empleos surgidos en los últimos tres años –32 en una granja avícola y 8 en una cooperativa lechera–, Perales del Alfambra encara su mañana con optimismo. Los efectos de este dinamismo económico se notan ya en el día a día del municipio, que ha ganado 37 habitantes en poco tiempo, 16 de ellos, jóvenes nacidos en el pueblo que han vuelto para quedarse, una elevada proporción de savia nueva en una localidad de 266 vecinos.

«Los jóvenes están regresando porque aquí hay porvenir», explica, esperanzado, el alcalde, Francisco Lahoz. La escuela es otro de los barómetros del cambio que se está produciendo en este municipio a 38 kilómetros de Teruel, pues ha pasado de 5 a 13 alumnos y pronto tendrá más, ya que 4 niños van a nacer en los próximos 7 meses. «Parece que todos los astros se han alineado para que Perales crezca», dice Lahoz, quien anima a residir en los pueblos pequeños, «donde nadie se siente solo».