La jornada se cerró ayer sin sorpresas. Durante 14 horas, técnicos y responsables políticos del Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena esperaron en vano la llegada de las 44 obras retenidas en el Museo de Lérida. Tal y como había anunciado, la Generalitat volvió a desoír los mandatos judiciales e incumplió el plazo dictado por la magistrada del caso, Carmen Aznar, que le dio hasta ayer a las 22.00. A esa hora, confirmado el nuevo desplante, Aragón solo pudo certificar su desobediencia y dar traslado a la magistrada, que previsiblemente retomará el proceso en septiembre, ya que agosto es inhábil a efectos judiciales.

El Gobierno de Aragón agotó todos los recursos a su alcance para evitar esta nueva dilación, desde tener preparado un transporte especial para ir a buscar las piezas a Lérida hasta solicitar que agosto fuera hábil, tal y como explicó el director general de Patrimonio y Cultura, Nacho Escuín. No obstante, la magistrada despidió el curso judicial con un sencillo auto, a última hora de la mañana, que resultó decepcionante para los intereses de Aragón. Nada dijo sobre la posibilidad de habilitar agosto ni sobre la opción de tomar medidas excepcionales contra la desobediencia de Cataluña, desoyendo las últimas solicitudes de los letrados aragoneses, que, de incumplirse el plazo, le habían pedido que autorizara la entrada en el Museo de Lérida con el auxilio de las fuerzas de seguridad.

De haberlo aceptado, Aragón tenía todo preparado, incluido un "transporte especial y los correspondientes permisos" para desplazarse, según detalló Escuín, que mantuvo la esperanza de ver regresar las obras, especialmente "al existir un mandato firme". La DGA cumplió con su parte y durante toda la jornada un equipo técnico se mantuvo en los antiguos dormitorios del monasterio. Allí, desde enero, están expuestas las 51 obras entregadas hace un año, un día después de expirar la primera fecha dada por la jueza. La orden, que permitía cumplir con la sentencia de abril de 2015, afectaba a las 97 piezas, cuya compraventa fue declarada nula. No obstante, la Generalitat solo entregó una parte. Allí, demostrando su intención de incumplir la orden, seguían ayer expuestas siete, algunas de gran valor como los sarcófagos de las prioras o varios relieves de alabastro del retablo de Santa Ana.

En los últimos días, la Generalitat ha dejado clara su intención de retener las obras, lo que ayer confirmó el consejero de Cultura, Lluís Puig, que, en declaraciones a la Agencia Catalana de Noticias, dijo que "las piezas no saldrán del Museo de Lérida mientras sea consejero". Para ello, una vez más, recurrió a argumentos desechados por la jueza y a la existencia de un recurso que debe resolver la Audiencia Provincial. Puig insistió en que su postura es "clara" y "rotunda", a pesar de las advertencias de la magistrada, que ya anunció que el incumplimiento tendría consecuencias. Podría enfrentarse a seis años de cárcel por desobediencia y apropiación indebida.