Las autorizaciones de trabajo a extranjeros caen casi a la mitad

La falta de trabajo y la economía sumergida causan esta reducción en el primer semestre del año.

La construcción concentraba a gran parte de los trabajadores extranjeros
Las autorizaciones de trabajo a extranjeros caen casi a la mitad
G. M.

Como viene siendo habitual en los últimos años desde que se materializara la crisis económica, cada día vienen menos extranjeros a trabajar a España y en especial a Aragón. Prueba de ello es que en un solo año, el descenso alcanza el 42,4%, pasando de los 4.583 permisos que se concedieron en el primer semestre de 2013 a los 2.641 que se han otorgado durante el mismo periodo de este año.


“Con los problemas económicos se han producido dos fenómenos: la disminución de la llegada de inmigrantes a Aragón y la vuelta, muchas veces nacionalizados, a sus países de origen”, detalla Antonio Ranera, responsable del departamento de inmigración de UGT Aragón. Esto provoca que se reduzcan tanto las personas que desde su país de origen solicitan permisos de residencia temporal y trabajo como las que, teniendo residencia en vigor, necesitan una autorización para trabajar.


Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en este mismo periodo el número de extranjeros que vivían en la comunidad autónoma se ha reducido en 10.000 personas. “La mayor parte de inmigrantes que vienen a España aluden razones económicas y de trabajo, por eso, durante los primeros años del siglo XXI hubo un gran incremento de este tipo de autorizaciones y ahora, con la falta de empleo, se han visto reducidas considerablemente”, recalca Manuel Pina, secretario de Acción Sindical y Políticas Sectoriales de CC.OO. Aragón.


No obstante, este documento no entiende de género. Ejemplo de ello es que durante los primeros seis meses del año, el número de hombres y mujeres que lo han pedido varía ligeramente, en concreto, en poco más de 100 personas. Por el contrario, casi todos ellos lo demandan para poder desempeñar un trabajo por cuenta ajena. Solo 78 de ellos, la gran mayoría en la provincia de Zaragoza, deciden aventurarse y emprender su propio negocio.


Entre los requisitos para se concedan estas autorizaciones destaca la necesidad de que “la situación nacional de empleo permita la contratación”. Esto significa que Extranjería tiene que comprobar que el puesto que se solicita no ha podido ser cubierto por nadie inscrito en el INAEM.


La falta de trabajo ha provocado que el crecimiento vegetativo de Aragón resulte negativo, mientras que el constante incremento de población extranjera había conseguido evitarlo durante casi 60 años. “Estamos echando en falta políticas para retener a la gente, tanto a los españoles que se van a buscar trabajo como a los extranjeros que vuelven a sus países de orígen”, sostiene Ranera.

La economía sumergida, la solución más fácil

Debido a la carencia de empleos y a los problemas para conseguir papeles, la economía sumergida sigue albergando la gran mayoría de los trabajos de los extranjeros que viven en Aragón. “Aunque nuestra situación es mala, sigue habiendo una gran presión por entrar en Europa y España es la principal puerta”, recuerda Pina. Por ello, muchos acaban buscándose la vida de cualquier manera. “Cuando hay dinero es más fácil hacer contratos y legalizar la situación de estas personas, sin embargo, ahora todos intentan ahorrar y evitar pagar impuestos, por lo que vuelve a aumentar la economía sumergida”, recalca.


De este modo, muchos son los extranjeros que terminan en alguno de los más de 40.000 empleos que se esconden de la legalidad vigente. “La economía sumergida no es solo personas que no tienen contrato sino que también incluye a gente que tiene un contrato por dos horas y trabaja ocho”, resalta Pina. Al mismo tiempo subraya que en los últimos meses está comenzando a aflorar en sectores en los que antes no se producía como es el de la construcción.