Los propietarios de estancos inician los trámites para poder vender alcohol en Zaragoza

La nueva normativa les permite ofrecer casi todo tipo de artículos, incluso comida envasada, pero deben solicitar una licencia al Ayuntamiento.

Los estancos tiene vía libre para comerciar con otro tipo de productos
Los estancos tiene vía libre para comerciar con otro tipo de productos
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Desde hace aproximadamente un mes, la red de estancos aragoneses y del resto del país cuenta con la opción de vender casi todo tipo de artículos, más allá de los relacionados con el tabaco, el timbre y la papelería. Así lo aprobó el Gobierno central por Real Decreto en una medida que se anunciaba como una revolución en el sector, que podría convertir a este tipo de establecimientos en pequeños supermercados.


Sin embargo, asociaciones y propietarios de estancos están tomando esta oportunidad con mucha cautela hasta la fecha y son pocos los que se han lanzado a ampliar su negocio. Como explica José Corral, presidente de la Asociación de Expendedores de Tabacos y Timbre de Zaragoza (Asezar), “apostamos por no dar una imagen de lo que no es un estanco”.


O lo que es lo mismo: no convertirse en un bazar. “Somos un servicio público que trabajamos por una concesión administrativa del Estado, y debemos preservar esa imagen”, explica. De hecho, considera que, en este tipo de negocio, “quizá la mentalidad comercial debe quedar un poco aparte”.


Sin embargo, a nadie se le escapa que esta puede ser una oportunidad para mejorar la cifra de negocio, y ya han comenzado a ampliar su oferta, tras unos años en los que ha caído el número de fumadores -aunque no tanto el de facturación-. Corral reconoce que ahora “cada uno puede vender lo que quiera, dentro de los nuevos límites”, y ahí radica parte de la explicación de este compás de espera que viven los estancos.


El Comisionado para el Mercado de Tabacos, dependiente del Ministerio de Hacienda, no ha facilitado un listado donde consultar qué se puede empezar a vender y qué no. El sistema elegido, criticado por los propietarios, estipula que será el estanquero quien decida qué artículos incluir en sus escaparates, para lo cual debe presentar una declaración responsable.


Una inspección a posteriori de los técnicos del Comisionado determinará si esos artículos se adecuan a los nuevos criterios de venta, lo que está frenando las inversiones por parte de los estanqueros.

Alimentos envasados

En cualquier caso, el Real Decreto sí establece unas normas generales que no se pueden vulnerar, como que los nuevos productos “no afecten a la seguridad de los usuarios y a la conservación de las labores de tabaco”, que deberá seguir representando la principal cuota de negocio.


No queda clara, en cambio, la posibilidad de vender comida. Aunque se da luz verde a comerciar con alimentos envasados, Corral considera que esta denominación es “interpretable”. Sin embargo, es la venta de alcohol la que parece haber levantado más expectación en el sector, que aglutina a unos 300 establecimientos solo en la provincia de Zaragoza.


En este caso su autorización queda sujeta a la regulación municipal y autonómica. De ahí que hace unos días el Ayuntamiento de la capital aragonesa registrara una consulta del gremio de estanqueros solicitando información sobre cómo deben proceder para iniciar la venta de bebidas alcohólicas.


Desde el área de Urbanismo explican que para hacerlo tienen que solicitar una licencia específica al Consistorio de la ciudad, de acuerdo con la Ley autonómica de Espectáculos Públicos de 2005. “Si cumplen con todos los requisitos, no hay mayor problema”, explican fuentes municipales. Si lo que se pretende es vender alimentación, el proceso administrativo es más complejo -aunque se estén haciendo esfuerzos por simplificarlo-, ya que dependerá de factores como los metros cuadrados de superficie de venta del estanco, la potencia de energía consumida, o la necesidad de realizar obras, entre otros.

Leve repunte en las ventas

De momento, el año no está resultando excesivamente malo para las ventas de tabaco. De hecho, hasta septiembre los aragoneses se habían gastado 284 millones de euros, uno más que en el mismo periodo de 2013. Y eso ya es una gran noticia en un sector que ha ido perdiendo clientes, o al menos se han mudado a la compra de artículos más baratos.


Buena prueba de ello es que el año pasado se vendieron 61 millones de cajetillas menos que en 2008 (un notable descenso del 45%). A su vez, se ha incrementado el consumo de tabaco ilegal en Aragón, aunque todavía es una de las comunidades menos afectadas por este fenómeno.


Mientras, los fumadores se han interesado cada vez más en otro tipo de productos, que han ido aumentando sus ventas durante la crisis como los puritos (el término oficial es 'cigarros') o la picadura de pipa o de liar. El Estado, por su parte, ha ido incrementando el precio del tabaco conforme los fumadores encontraban artículos más económicos.