Más de 14.000 familias de Aragón no tienen ingresos

Sigue aumentando el número de hogares sin ingresos. Estas personas viven de las ayudas sociales -"insuficientes" según denuncia Marea Naranja-, la solidaridad y la economía sumergida.

Un zaragozano que sobrevive sin apenas ingresos
Más de 14.000 familias aragonesas no tienen ningún ingreso

Más de 14.000 hogares aragoneses no tienen ningún ingreso, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística (INE) del tercer trimestre de 2013. El número de familias que sobreviven sin ingresos (sin prestaciones, subsidios o pensiones) sigue creciendo. En Aragón ha aumentado un 40% en poco más de un año.


¿De qué viven estas familias? "Muchas subsisten durante meses gracias a las ayudas de urgente necesidad de los servicios sociales y de las entidades sociales. Otras viven de la economía sumergida, como pequeñas chapuzas o limpieza, pero también esto es cada vez más complicado. Y hay gente que sobrevive de lo que saca en la calle o de la mendicidad", afirma una trabajadora social del Espacio de Derechos de Marea Naranja.


"Gente que nunca antes había necesitado acudir a los servicios sociales está viniendo a pedir ayuda. Han aguantado como han podido los primeros años de la crisis, gracias a sus ahorros o a ayudas familiares, pero ya no pueden más. Los servicios sociales estamos saturados y las ayudas disponibles son insuficientes", aseguran desde Marea Naranja, la plataforma de profesionales y usuarios de los servicios sociales.


"Antes de 2009, cuando tenía un trabajo estable, no podíamos ni imaginar que un día llegaríamos a esta situación. Ahora vivimos de las ayudas sociales y el mes que viene nos quedamos sin ingresos", afirma Juan, zaragozano de 48 años, que ya ha agotado la prestación por desempleo y está pendiente de que le concedan otras ayudas. Vive con su mujer y sus dos hijos en el barrio de San Pablo.


"Las ayudas vienen bien, pero son insuficientes y están mal organizadas", denuncia este usuario de los servicios sociales municipales. Y pone varios ejemplos. A ellos les denegaron inicialmente el IAI pese a cumplir los requisitos y lo han vuelto a solicitar, pero la espera dura meses. Les denegaron la ayuda por hijos argumentando que el menor tiene ya 17 años. El lote de comida de Redistribuye se queda corto para una familia como la suya de cuatro miembros. La tarjeta para comida obliga a comprar en unos sitios determinados y unos productos concretos. Por ejemplo, no pueden comprar ternasco aunque esté más barato que el pollo.

Las limitaciones del IAI y de otras ayudas

El Ingreso Aragonés de Inserción (IAI), que concede el Gobierno de Aragón, es el último recurso para aquellos que han agotado otras prestaciones (como la del desempleo o el subsidio de 426 euros). Lo pueden solicitar tanto familias como personas solas mayores de edad y sin ingresos. La ayuda es de 441 euros al mes (ampliable a 621 por circustancias familiares). En estos momentos, unas 4.000 personas perciben el IAI en Aragón y la DGA presume de que no hay lista de espera tras la ampliación que se hizo en diciembre.


"Es falso que el IAI llegue a todos. El IAI necesita un increcemento de dinero considerable para llegar a todas las personas que lo necesitan y tienen derecho. Es una cuestión política. El Gobierno de Aragón está dilatando los plazos y poniendo obstáculos en la tramitación. Falta presupuesto y falta voluntad", aseguran desde Marea Naranja.


Las ayudas de urgente necesidad que concede el Ayuntamiento para necesidades concretas como el recibo de la luz, el alquiler o la comida tampoco "son suficientes", según denuncian los trabajadores sociales. "Las ayudas de urgente necesidad son ayudas puntuales. El Ayuntamiento ha aumentado las partidas presupuestarias. Pero hay una normativa muy restrictiva que impide cubrir todas las necesidades", señalan. Por ejemplo, una familia sólo puede pedir la ayuda para pagar el alquiler cuatro veces en un año y siempre que no supere una cantidad concreta.

Vivir sin ayudas

También hay personas sin ingresos que no recurren a los servicios sociales (por desconocimiento o por voluntad) y que viven en los límites de la economía sumergida. Como Vicente, zaragozano de 37 años, okupa, que sobrevive reciclando basura y dando clases de informática.


"Mi último trabajo con contrato fue de vigilante en 2010. Después he tenido distintas maneras de ganarme la vida: de portero, haciendo mudanzas, recogiendo chatarra y desde el verano doy clases de informática en una asociación. Con las clases me saco unos 250 euros al mes. Teniendo en cuenta que vivo solo, no pago casa ni agua ni luz, ni autónomos, me llega más o menos bien", cuenta.


Vicente vive de okupa desde hace dos años. En su edificio, en las Delicias, todos los pisos están ocupados. El suyo está en buenas condiciones, aunque tiene algunas filtraciones. Para comer, aprovecha la comida que tiran las tiendas y supermercados al final del día. Busca trabajo, aunque no está apuntado al paro. "No sirve de nada", dice. "Tal y como están las cosas, me veo mucho tiempo así. Sólo puedo sobrevivir", asegura.