La antigua azucarera de Santa Eulalia del Campo, el recuerdo de una época dorada

El complejo fue comprado por el Grupo Samca al dueño original, la Compañía de Industrias Agrícolas. Ahora, en una parte trabaja JISA, empresa de fertilizantes agrícolas.

La antigua Azucarera del Jiloca, en Santa Eulalia del Campo
La antigua Azucarera del Jiloca, en Santa Eulalia del Campo
Turismo Comarca de Teruel

Conforme se circula por la Autovía Mudéjar en dirección a Teruel todavía se puede ver, desde relativamente lejos, su alta chimenea. Es el símbolo de lo que para Santa Eulalia del Campo fue sinónimo de prosperidad y crecimiento poblacional. Se trata de la antigua azucarera, una fábrica donde se transformaba toda la remolacha del valle del Jiloca y que hoy en día es solo el recuerdo de la época de mayor esplendor que vivió esta localidad turolense. 

La actividad en la Azucarera del Jiloca se inició en 1912. Fue construida por la Compañía de Industrias Agrícolas S.A. (CIA) y tenía una capacidad de molturación de unas 800 toneladas de remolacha diarias. En torno a la fábrica se creó un barrio de viviendas donde vivían los empleados, abarcando una superficie de alrededor de 200.000 metros cuadrados. 

El complejo, además de contar con las instalaciones industriales, había una central eléctrica de generadores de vapor, el ya citado barrio obrero, una escuela solo para los hijos de los empleados, un economato donde se vendía de todo, campo de fútbol o cuartel de la Guardia Civil.

Otros espacios eran el silo, el edificio de las turbinas, el de las calderas, los laboratorios, los secaderos, talleres y repuestos, almacenes, cocheras o la carpintería, además de las balsas de decantación. Además, la azucarera disponía de su propia infraestructura ferroviaria para carga y descarga. El mayor registro de trabajadores en esta fábrica se alcanzó en 1942, con una plantilla de 491 personas. 

La influencia de la azucarera fue, sin duda, determinante para la economía no solo de Santa Eulalia, sino de toda la zona. De hecho, muchos labradores de los pueblos cercanos combinaban sus labores agrícolas con el trabajo en esta fábrica, donde el pico de actividad era en los meses de invierno, justo cuando en el campo había menos faena. Esta prosperidad contribuyó a que en la localidad se abrieran bancos, comercios, negocios e incluso un cine. 

El comienzo del fin de la azucarera se sitúa en la década de los setenta del siglo pasado, cuando la política marcada por el Gobierno afectó no solo a ésta, sino a todas las azucareras de España. Finalmente, las grandes pérdidas sufridas por la Compañía de Industrias Agrícolas obligaron a su cierre definitivo en abril de 1985. 

De aquello hace casi 40 años y Santa Eulalia todavía mira con melancolía a la chimenea de su azucarera. De quienes trabajaron en ella cada vez quedan menos vecinos pero todavía se conserva el barrio de viviendas que surgió alrededor de estas instalaciones, separado del resto del municipio por la vía del tren. En el centro sigue habiendo bancos, bares y otros comercios pero muchos otros se quedaron por el camino al tiempo que la población de la localidad iba a menos. 

Durante varias décadas la antigua fábrica estuvo abandonada y era habitual que sus instalaciones fueran visitadas por grupos de jóvenes con ganas de vivir una aventura. En la actualidad, todo el complejo pertenece al Grupo Samca, de la familia Luengo, procedente de Ariño. Una parte la emplea JISA (Jiloca Industrial S.A.), dedicada a la elaboración de fertilizantes agrícolas. Pero hay otros espacios, como los antiguos secaderos, donde se evaporaba el agua contenida en la pulpa de remolacha, o el almacén de azúcar, que siguen como estaban y no se emplean actualmente.

Apúntate a la newsletter de turismo y recibe en tu correo una selección de propuestas para viajar y descubrir la comunidad aragonesa.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión