La preciosa cascada de Aragón a la que se llega de manera muy fácil

No se trata de un sendero complicado y, al mismo tiempo, sale lo suficiente del pueblo como para respirar Pirineo aragonés puro en el trayecto. 

Cascada de El Salto en Sallent de Gállego.
Cascada de El Salto en Sallent de Gállego.
Laura Uranga

Julio en el municipio de Sallent de Gállego es Pirineos Sur y todo su universo. El escenario flotante en el embalse de Lanuza alberga los principales conciertos del festival; además, en la propia localidad sallentina hay otro escenario, gratuito, cuya música suena bajo otro nombre, el Mundo en Sallent, con su mercadillo de las culturas y la gastronomía diversa. Se trata de uno de los festivales más famosos de España donde acuden aragoneses y amantes de la música de todo el país.

En invierno, Sallent es centro clave de nieve con la estación de Aramón Formigal, tiene una restauración de altura (Casa Martón o el Vidocq de Formigal son buenos ejemplos, pero hay mucho donde elegir) y las maravillas de su entorno invitan a la caminata durante todo el año. Uno de esos paseos lleva a la Sarra y a su merendero si se arranca en dirección a Formigal desde Sallent; otro de ellos llega al Salto.

El Salto con las aguas frescas del río Aguas Limpias

El Salto es un clásico para los residentes en Formigal y los visitantes más asiduos. Las razones son varias: para empezar, los ojos y las cámaras de los móviles tienen allá un regalo de la naturaleza en forma de triple cascada. No se trata de un sendero complicado y, al mismo tiempo, sale lo suficiente del pueblo como para respirar Pirineo puro en el trayecto. Por si fuera poco, el baño en las aguas frescas de los remansos que hace allá el río Aguas Limpias es una gozada.

El sendero de El Salto, sin complicaciones

Se sale de Sallent por el lateral del pabellón y el centro deportivo. El camino está muy bien indicado, y apenas se trata de un kilómetro con una dificultad mínima: es apto para cualquier persona sin una discapacidad motriz severa. Al llegar está el premio: un espectacular salto de agua de 12 metros de altura, con poza en su aterrizaje, y otras dos pequeñas cascadas que alimentan sus respectivas piscinitas naturales.

En la orilla del agua hay una pequeña zona para reposar, pero no debe esperarse nada colocado allá expresamente para el ocio o el relax, más allá de unas escaleritas de madera en los últimos metros: es naturaleza tal cual. Las recomendaciones son las de siempre, pero nunca está de más recordarlas, y no importa que el camino sea corto y fácil: calzado de monte (o, en su defecto, zapatillas deportivas con buen agarre en la suela), agua, algo de comer, gorra o sombrero para el sol y, como hay algunos tramos sin cobertura móvil, alguien que sepa dónde anda usted en su día de andada montañera. ¡A disfrutar!

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