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El silencio y los sentidos acompañan al visitante por el Paseo de la Poesía de El Pueyo de Araguás

La localidad acaba de inaugurar un conjunto de rutas con 15 poemas que se pueden leer en placas en el pueblo y su entorno.

Una de las paradas del Paseo de la Poesía, en El Pueyo de Araguás
Una de las paradas del Paseo de la Poesía, en El Pueyo de Araguás
H. A.

Recorrer El Pueyo de Araguás y su entorno se puede hacer ahora acompañado de poesía. El Ayuntamiento ha inaugurado un conjunto de rutas denominado el Paseo de la Poesía que incluye 15 poemas que se pueden leer en placas colocadas en los distintos lugares. Como si se tratara de los trovadores de antaño, que memorizaban historias y versos y las daban a conocer entre la población, estos rótulos son la mejor guía para una ruta diferente en el Sobrarbe.

Las rutas que componen el Paseo de la Poesía son tres, cada una señalizada con un color diferente, para distinguirlas fácilmente. Una es roja y está en la plaza del pueblo, por donde se recomienda empezar. Aquí se encontrarán tres poesías de amor: ‘Puedo escribir los versos más tristes esta noche…’, de Pablo Neruda; ‘Amor de tarde’, de Mario Benedetti; y ‘Del poemario o tiempo y os días’, de Anchel Conte.

La ruta dos va por la calle interior, y está identificada con el color azul y la forman cuatro poemas sobre la vida y la naturaleza en orden cronológico. ‘Silencio, acompáñame’, de Ramón Buetas; ‘Romance del prisionero’, anónimo; ‘Coplas a la muerte de su padre’, de Jorge Manrique; y ‘Cántico espiritual’, de San Juan de la Cruz son las obras que se pueden leer.

El tercer recorrido está marcado en color verde. Va por la calle norte del pueblo, hacia la Peña Montañesa, arrancando desde el mirador del fondo en dirección hacia la carretera-enlace de Aínsa. Es el recorrido en el que más poemas se pueden leer, un total de ocho: ‘Amor constante más allá de la muerte’, de Quevedo; ‘Rimas LXVII’, de Gustavo Adolfo Bécquer; ‘Soñé que tú me llevabas - CXXII’, de Antonio Machado; ‘Romance sonámbulo, del Romancero gitano’, de Lorca; ‘Cuando pienso que te huyes…’, de Rosalía de Castro; ‘Platero y yo’, de Juan Ramón Jiménez; ‘Elegía a la muerte’, de Miguel Hernández; y ‘Epitafio’, de Juan Gelman.

Según explican desde el Ayuntamiento,aunque implica subjetividad, la selección de los poemas se ha hecho intentando incluir representación de la poesía de distintas etapas y épocas. Así, hay ejemplos de la Generación del 98, del 27 y del 36, también del romanticismo, de la poesía moderna, de la mística o del Siglo de Oro. De esta manera, el paseo puede servir incluso para docentes que quieran lleva a su alumnado de excursión y, por supuesto, para acompañar al visitante, entre el silencio y los sentidos, por un repaso al género poético de todos los tiempos. Además de un recorrido temporal, hacer estas rutas es también disfrutar de una temática variada, ya que los poemas escogidos son sobre el amor, la belleza, la fugacidad de la vida, la muerte y la naturaleza.

Para la puesta en marcha de este singular paseo se han habilitado miradores y colocado bancos, así como 15 placas (ocho de acero inoxidable y siete de gres) donde están escritos los poemas. Esta última parte ha estado financiada por la Diputación Provincial de Huesca (DPH) a través del Plan de Concertación Económica Municipal de Cultura del año 2021, aportando 1.400 euros al total del proyecto, que ha costado casi 2.700. La diferencia, que se ha dedicado a la mano de obra de los miradores y bancos, la ha asumido el Ayuntamiento de este pueblo preocupado porque el silencio y los sentidos se impongan al mundo del ruido.

El objetivo de este proyecto es, según explican desde el Ayuntamiento de El Pueyo de Araguás, generar en el visitante sensaciones y emociones que le ayuden a recordar ciertos lugares con una poesía. En la creación de este paseo también se han inspirado en los monjes que paraban en la zona de camino del antiguo monasterio de San Victorián, transmitiendo la cultura en los pueblos del entorno.

El Paseo de la Poesía de El Pueyo de Araguás es una exposición permanente con placas colocadas en lugares estratégicos que llena de cultura las calles de la localidad. En el pueblo apenas hay calles que recorrer pero el entorno acompaña a no mirar el reloj, a pasear sin pretensiones, a disfrutar tanto de las vistas al horizonte como a los pequeños detalles de cada rincón. Ahora, a los encantos de este núcleo de montaña ya de por sí atractivo, se suma este repaso de la historia de la literatura y la poesía que invita, en silencio y con los sentidos, a dejarse envolver por el amor, la belleza, la vida, la muerte y la naturaleza.

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