Caminando por el entorno de Huesca: siete rutas entre pueblos y naturaleza
Los alrededores de la capital oscense se pueden conocer a través de itinerarios señalizados que pasan por los principales puntos de interés.
Los espacios naturales más emblemáticos del entorno de Huesca así como enclaves arquitectónicos, como el castillo de Montearagón, o los pueblos más cercanos a la ciudad se pueden conocer a través de siete rutas señalizadas. Los itinerarios forman parte de una red de senderismo con la que se acerca al visitante a los principales puntos de interés de los alrededores de la capital oscense.
En la propuesta hay espacio para la naturaleza, para la arquitectura y para los pequeños núcleos de población de la Hoya de Huesca. De las siete rutas, seis están habilitadas para recorrerlas tanto en bicicleta como caminando.
Los humedales de Cortés, Loreto y Valdabra
Tres de los recorridos señalizados acercan al turista a los principales humedales de la zona. El de Cortés, el de Loreto y el de Valdabra son herencias medievales. Las dos primeras albercas forman parte del sistema de riego que se desarrolló en la ciudad de Huesca entre los siglos XIV y XVII. En origen, su principal función era la de ordenar los caudales y distribuir el agua. Hoy en día, se caracterizan más por su valor medioambiental.
Acercarse hasta estos dos enclaves naturales en las inmediaciones de Huesca es sencillo si se siguen las indicaciones de sendas rutas señalizadas. La PR-HU 140 lleva hasta el humedal de Cortés. El itinerario arranca en el convento de las Miguelas y el puente de San Miguel, en la margen izquierda del río Isuela. La distancia total es de casi ocho kilómetros, con una duración estimada de ida y vuelta a pie de dos horas.
De similares características es la ruta PR-HU 141, que va desde el camping de San Jorge hasta la alberca de Loreto. Todo el itinerario discurre por caminos agrícolas hasta llegar al humedal, donde surge una senda paralela a la orilla que permite rodearlo. La mejor época del año para hacer esta excursión es de octubre a junio, cuando es muy probable toparse con aves como aguiluchos laguneros, garcillas o cormoranes. Aprovechando esta ruta, se puede conocer el santuario de Loreto, que ha sido desde ermita hasta cuartel miliciano, y que se encuentra muy próximo a la alberca.
La tercera ruta de los humedales lleva hasta el embalse de la Valdabra. Está más alejado del paisaje urbano y tiene agua durante todo el año, sirviendo para la regulación del canal del Cinca. Para llegar hasta él hay que tomar el PR-HU 142, que comienza al final de la calle de Badajoz de Huesca, en la confluencia con la calle de Alcañiz, y discurre por caminos agrícolas hasta la presa del embalse. En esta ruta se pueden encontrar aves acuáticas durante todo el año, especialmente coincidiendo con las migraciones y en invierno.
Los sasos de Montearagón, Tierz y Bellestar
La ciudad de Huesca está rodeada por tres sasos que, pese a sus modestas cotas de altitud, han jugado siempre un papel importante como elemento de vigilancia por la amplitud de horizonte que ofrecen. Son planicies sobre un terreno elevado características en Aragón y, en la Hoya de Huesca destacan el de Montearagón, el de Tierz y el de Bellestar. Hasta los dos últimos se llega, tanto a pie como en bici, siguiendo las indicaciones de la ruta PR-HU 144. El recorrido comienza en el santuario de Salas y tiene unos 17 kilómetros de ida y vuelta. Desde allí, enlazando con el camino de Santiago, continúa hasta alcanzar el río Flumen. Para cruzarlo hay que desviarse hasta el soto, donde se abre un paso sobre el agua. Desde este punto se puede regresar a Huesca, habiendo completado un cómodo paseo de seis kilómetros. Pero la ruta sigue hacia Bellestar, pasando por las inmediaciones de Tierz para alcanzar la parte más alta del saso a través de un camino entre carrascas.
Para alcanzar el alto de Montearagón hay que seguir las indicaciones del PR-HU 145. Es un recorrido circular de 11,8 kilómetros que comienza en el polígono industrial Monzú. Tras atravesar el barranco de la Alfántiga, un camino agrícola y después un breve sendero asciende hasta la parte más elevada de la plataforma rocosa. Una vez alcanzado el punto más alto, merece la pena detenerse para contemplar las vistas sobre toda la Hoya de Huesca. De vuelta a la ciudad, la ruta pasa por el castillo de Montearagón y, después, por el acueducto romano.
Los pueblos de la Hoya y las fuentes de Marcelo
Además de los enclaves naturales, en las inmediaciones de Huesca se pueden visitar pueblos como Salas, con su santuario, Sariñena y la ermita de Los Dolores o Monflorite y su castillo. Todos estos puntos se incluyen en la ruta PR-HU 143, un itinerario señalizado para realizar a pie o en bici de 18,7 kilómetros. Lascasas y Pompenillo completan las paradas de este recorrido. Dada su longitud, aunque se puede realizar a pie, esta propuesta está pensada más como una ruta cicloturista.
La séptima propuesta de esta red de recorridos por el entorno de Huesca lleva al visitante hasta las Fuentes de Marcelo. Este es el único itinerario que no está habilitado para recorrer en bici. Se trata del PR-HU 146 y se propone como un remanso de paz, un cómodo paseo de seis kilómetros. Las Fuentes de Marcelo es uno de los rincones con más encanto de las inmediaciones de la capital oscense. El recorrido para llegar hasta allí transcurre de forma apacible por las orillas del río Isuela, entre chopos y acacias.
Estos siete itinerarios senderistas señalizados en el entorno de Huesca se extienden por un medio periurbano y rural que, a pesar de la fuerte humanización y el desarrollo agrícola, conservan todavía muestras de vegetación autóctona, combinado con ejemplos de arquitectura civil y religiosa, así como curiosidades artísticas y etnográficas que merece la pena conocer.
