aragón es extraordinario

Dag Shang Kagyu, historia e inspiración desde Panillo

El centro budista (dskpanillo.org), instalado en la Ribagorza desde hace casi cuatro décadas, abre sus puertas a diario con la voluntad de ofrecer sus enseñanzas

Desde hace cuatro décadas, la mención de Panillo conduce directamente al templo budista que se aloja en este término municipal ribagorzano, muy próximo a Graus. Un lugar privilegiado de la naturaleza que suma además la carga espiritual y pacífica de este centro, Dag Shang Kagyu, visitable en cualquier momento del año, donde siempre se recibe con calidez a quien viene buscando respuestas o, simplemente, expresa su curiosidad por lo que allí se cuece.

Un gran arco de la bienvenida al recién llegado. Después, en e centro de visitantes, Drolma Tsewang y Laurel González reciben en castellano al visitante y ofrecen las explicaciones necesarias para la visita, que puede ser guiada o libre en toda la zona no destinada a los retiros o las clases.

Vídeo del centro budista Dag Shang Kagyu de Panillo en 'Aragón es extraordinario'

Unas cuarenta personas, entre lamas y residentes, viven en el centro de manera habitual. Dos formadores de nacionalidad española, el mallorquín Tsering Dordye y la barcelonesa Montse Montesdeoca, resuelven las dudas que se agolpan en el cuestionario improvisado del visitante.

"Hace casi cuatro décadas, cuando empezamos, no teníamos financiación aparte de los recursos propios, así que fuimos poco a poco –recuerda Montse– y al principio estábamos sin luz eléctrica, bajábamos a por agua a Graus en tractor… fue complicado. Aquí éramos gente rara que se instalaba con una creencia distintas a las habituales; luego ha ido todo muy bien. Los lamas son muy hospitalarios y sociables, e intentamos colaborar y manejarnos como buenos vecinos".

Tsering explica que en Dag Shang Kagyu se realizan "actividades tradicionales del budismo tibetano, además ciertas prácticas encaminadas a realzar cualidades en tu interior, como la meditación, el yoga, tai chi o chi-kung… intentamos acercarnos a todo lo que signifique el bienestar espiritual y físico. La gente viene a hacer estancias de diversas duraciones; hay unas casitas para albergar retiros individuales de una semana, 10 días, un mes, dos meses... son de desconexión, interiorización, se puede llegar incluso al silencio absoluto. En la zona más alta está el espacio destinado al retiro tradicional de tres años, tres meses y y tres días se han hecho ya dos. Cuando sales de ahí ya te llaman lama;Montse y yo no lo hemos hecho, porque nuestras obligaciones en el centro no nos permiten estar tres años ahí".

Montse y Tsering aclaran que "siempre estamos abiertos para la visita en el recinto, las estupas y todo el terreno excepto las zonas de retiro; el templo se cierra y tiene sus horarios de apertura para las prácticas, y si alguien quiere verlo desde fuera, se abre para que se pueda echar un vistazo. Además, el problema del covid ha traído las lógicas restricciones de aforo en ciertos espacios; ahora priorizamos el acceso a los residentes y quienes están haciendo algún curso".

Tsering aborda un asunto que le suelen preguntar quienes se acercan con curiosidad a los postulados del budismo. "Aquí no hay que rechazar lo que has traído hasta aquí, tu formación o creencias previas; simplemente tratamos en el budismo de abrir el corazón y llegar un poco más allá, porque es más una filosofía de vida que una religión. Es un enriquecimiento del ser. Y puede entroncar con la ciencia, además, porque también es dharma, enseñanza. Todo lleva un proceso: por ejemplo, Guru Rimpoché introdujo el budismo en el Tíbet desde la India. Se mezcló con la tradición local y de ahí sale el budismo tibetano, una de las tres grandes escuelas".

Sea o no un asunto psicosomático, la visita del no iniciado es una experiencia pacificadora;el trato de los residentes hace lo suyo, la ausencia del concepto de culpa y la devoción por el aprendizaje, el crecimiento personal y la búsqueda de la felicidad también ayudan, Indiscutiblemente, pensar y experimentar todo esto en mitad de la bella orografía ribagorzana también es una maravilla; es más sencillo ser consciente de la belleza al estar ya rodeados por ella.

Elementos básicos

El molinillo de oraciones lleva cientos de millones de mantras escritos en su interior. Cuando giras el molinillo, siempre hacia la derecha, los mantras funcionan a tu favor; es como un rezo. Se puede decir en voz alta el mantra del amor y la compasión, ‘om mani padme hum’, de Chen Rezi, al que se representa con cuatro brazos, que evocan amor, compasión, alegría y ecuanimidad; quien lo gira también irradia el beneficio de los mantras al exterior. La estupa, por su parte, es un monumento a la mente iluminada de Buda. En Panillo se cuenta con la estupa de Kalachakra o rueda del tiempo, y otra más grande, la de la Múltiples Puertas Auspiciosas; tiene un templete dentro”. Las paredes están decoradas por frescos pintados a mano, y una guía desde la parte alta al techo, que trae las energías del cielo. Es tradicional dar vueltas alrededor de la estupa recitando mantras, y así se reciben las bendiciones del lugar. Desde arriba, una estupa es un mandala; representa el universo. Al templo se entra descalzo. El techo tiene mandalas muy vistosos, y hay tres altares: uno principal, otro para divinidades y otro para protectores, junto a la figura de la noble Tara, y ofrendas simétricas que representan agua para beber y lavarse, flores para la vista, incienso para el olfato, luces para la claridad, agua perfumada para el tacto, aliento para el gusto y música parta el oído, todo cosas agradables para nuestros sentidos. Se renuevan a diario.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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