aragón es extraordinario

Proponer, colaborar, sembrar y envejecer bien en Artieda

Esta localidad zaragozana de la Jacetania se mueve a un ritmo distinto gracias al  proyecto municipal Empenta Artieda

Hace cuatro años, Empenta Artieda comenzó a caminar como iniciativa municipal sustentada por sus habitantes en este pueblo zaragozano de la Jacetania, rodeado de una naturaleza deslumbrante. El empuje de una población joven que ha ido creciendo y la conciencia colectiva de los más mayores para aportar en el empeño ha convertido a este municipio en un ejemplo singular de lucha contra la despoblación, a través de la acción participativa. Se trata de crear oportunidades para quienes decidan vivir allí, desde la vivienda y el empleo a acciones formativas de todo tipo, con la autogestión y la sintonía entre lo público y lo privado como premisas. El modelo se gesta con nombres propios, desde el alcalde Luis a Natalia, Rosa, José, María, Adrián, Alfonso, Anchel... algunos vinieron de fuera, otros tienen raíces hondas en el lugar, en el pueblo, pero ahora reman todos en la misma dirección. Ah, y con internet comunitario de banda ancha.

Envejecer en el pueblo

Rosa Roca es una de las nuevas pobladoras más populares de Artieda. «Llegué de Mallorca con la iniciativa Senderos de Teja, y soy psicóloga. Vine con la idea de gestionar el albergue, pero al entrar en contacto con Empenta Artieda salió la posibilidad de desarrollar una tarea de cuidados, y me centré en eso. Desarrollé Envejece en tu Pueblo con la idea de que se plasmase en los cuatro pueblos de la zona: Artieda, Mianos, Salvatierra de Esca y Sigüés. Todos tenemos baja densidad de población, que está mayormente envejecida aunque aquí está cambiando eso, y tenemos cierta lejanía de la cabecera de comarca, Jaca en nuestro caso».

Envejece en tu Pueblo comenzó con una fase de evaluación de necesidades mediante entrevistas abiertas, incluyendo familiares y gente joven. «De ahí salieron actuaciones concretas, empezando por acompañamientos individuales dentro y fuera del hogar, desde temas cotidianos hasta trabajo para combatir la soledad, ejercicios de motricidad fina, trabajo emocional y cognitivo… también hago acompañamientos externos, como ir al médico o ahora a la vacunación, asuntos de tema administrativo… siempre estoy en contacto con los familiares; es un servicio privado que se trabaja en coordinación con servicios sociales y los ayuntamientos. Ahora no podemos hacer actividades grupales, y es una pena; eso sí, desarrollamos la gestión de compras desde que fue imprescindible al principio de la pandemia».

Rosa, que también hace terapias ‘online’, quiere quedarse. «Mi idea es seguir aquí, trabajando en los cuatro pueblos; ganaría más en otros sitios, pero prefiero esto. Me pagan los ayuntamientos y hay un copago en los acompañamientos externos, que vienen siendo tres o cuatro a la semana. Este trabajo me permite vivir donde quiero, haciendo algo en lo que creo y desarrollándome con mi faceta profesional».

La mallorquina cree que este proyecto es totalmente replicable. «No he inventado la rueda, simplemente me atreví y los ayuntamientos apostaron por ello. Vemos la longevidad como una oportunidad; me dijo el otro día un abuelo que las personas somos como los árboles, cuantos más años tenemos más crecen nuestras raíces y más firmemente se agarran a la tierra; aprendo mucho de ellos».

Rosa no rehúye temas que suelen ser casi un tabú. «También hablamos de la muerte y de cómo quieren prepararse para ella. Una mujer me pidió que no la incinerasen cuando muriera, así que me tocó decírselo a su hija, y se respetó su voluntad. Creo también en la libertad de elegir dónde quieres vivir; se pueden hacer cosas si desde lo público se apoya. Además, los vecinos son una ayuda clave: aquí todos cuidan de todos. Y yo siempre estoy atenta al teléfono, aunque sea para explicarles cómo usar la tablet».

Vídeo de 'Envejece en tu pueblo' de Artieda

Permacultura y conciencia

Natalia Oliveros Acuña vino de México y lleva algo más de tres años en Artieda; se encarga del albergue con su pareja, Isidre. «Conocimos el pueblo por la plataforma Senderos de Teja, antigua gestora del albergue. Vivíamos en México y barajábamos diversas opciones, todas en pueblos; Artieda fue la opción que más nos gustó. La naturaleza está muy bien, me encanta el monte, pero muchos pueblos tienen monte, y no tantos un grupo de gente joven y activa en un censo pequeño, aquí hay una chispita. Los mayores son muy abiertos, nos sentimos de maravilla».

Además del albergue y el restaurante, Natalie e Isidre trabajan en un huerto ecológico. «Es algo que ya hacíamos en México; una señora con raíces en el pueblo nos cedió aquí el terreno de su abuelo, abandonado hace tiempo, para limpiarlo, recuperarlo y trabajarlo. Le hacía ilusión que alguien asumiese la tarea, y puso una condición; que le dejáramos un pedacito para cultivar ella sus cosas -ríe- y el primer año llamó la atención la apuesta por la permacultura, no todos creían que funcionaría bien, pero enseguida les convencimos, el huerto está muy bonito, además».

Natalia cuida la forma y el fondo. «Llevamos diariamente la comida a seis mayores que solicitan ese servicio, es una gozada poder ayudarles. Además, hemos hecho gallinero y un pequeño estanque con esquemas de biocontstrucción, hemos hecho campamentos infantiles, talleres… es un huerto educativo que, al mismo tiempo, abastece al albergue de productos frescos de temporada. Tomate, lechuga, calabacín… es un plus para nuestra cocina. No paramos, eso sí; en el pueblo hay tranquilidad en comparación a las ciudades, pero también faena de la mañana a la noche».

Gestión de vivienda y empleo

María Pulido, de Madrid, lleva dos años en el pueblo con su pareja, Alfonso Ríos; tienen un pequeño, Aylén. “Buscábamos algo como Artieda, lleno de vida e iniciativa; Empenta Artieda fue lo que nos acabó de convencer. Encontré mucha gente joven, con ganas de hacer cosas: nos sumamos al empeño en el grupo motor de las actividades, La Colla, y hemos trabajado tanto con jóvenes como con los mayores en dinamización social y cultural. También participamos en las iniciativas de empleo y vivienda, los dos retos más grandes que tenemos. En el primero, con el apoyo del Ayuntamiento, se ha conseguido disponer de alquileres sociales, y se ha mediado con propietarios para que pusieran más vivienda en alquiler, además de colaborar en la gestión de ese proceso; hay seis casas, cuatro públicas y dos privadas, pero están llenas. Necesitamos más, y los ayuntamientos tienen un papel fundamental”.

Casa bien con... Olba

El pueblo turolense ha vivido una explosión demográfica notable gracias al tirón de su proyecto escolar, basado en el aprendizaje en la naturaleza. Muchas parejas jóvenes se han mudado al pueblo y han comenzado igualmente proyectos de emprendimiento desde allá. También se trabaja en el cuidado del entorno y la toma de conciencia de las nuevas generaciones sobre otras formas de vivir en el entorno rural.

Del pueblo y desde el pueblo

Aunque se abraza a los recién llegados, también hay jóvenes trabajando en el pueblo con Artieda en el genoma.Es el caso de Adrián Solana, que lleva Cima Norte, portal web sobre el Pirineo que promueve y divulga todo tipo de actividades en la naturaleza, tanto ambientales como deportivas, lectivas e históricas.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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