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¿Agricultura sostenible? La Parada de Used

La presa de contención regula, desde al menos el siglo XVI, la inundación y desecación de la laguna de la Zaida, un sistema único en España

La sostenibilidad de la agricultura es uno de los caballos de batalla de hoy, pero en Used tienen experiencia en este campo. Al menos cinco siglos, para ser más exactos, que toman forma en el sistema de la Parada; es una presa de contención que regula la inundación o desecación de la cercana laguna de La Zaida. Se trata, según la cartelería explicativa realizada por Prames, de un “sistema de inundación y desecación único en España y cuyo referente más próximo es la inundación alterna de las orillas del Nilo que realizaban los antiguos egipcios”.

A través de este muro de mampostería, en cuya parte más baja se sitúa una compuerta con dos grandes planchas que se suben o bajan mediante husillos (y siempre el 15 de agosto), se da paso o se cierra el camino para que el agua llegue a este humedal; comparte cuenca con Gallocanta, pero al contrario que ésta –que guarda el líquido salado- acumula el agua dulce, que desciende por barrancos y arroyos desde la sierra de Santa Cruz. Una buena parte es cultivable en los años que se deja desecar.

“El ciclo que regula la Parada permite que unas 100 hectáreas de la Zaida se dividan en suertes –parcelas de 1,14 hectáreas– que se ceden de forma vitalicia a los matrimonios con más años casados, y que vivan en el pueblo al menos seis meses y un día”, explica Fernando Sánchez, alcalde e integrante de la junta rectora de este sistema. Salen 87 lotes y participan unos 80 matrimonios, cifras que han cambiado mucho con el paso de las décadas.

En el caso de Miguel Gómez, de 75 años, entró a formar parte hace unos 20. “Antes tardabas mucho en entrar, porque había muchos matrimonios. Ahora, al poco de casarse, ya entran”. Lo hacían una vez celebrado el rincheo, la reunión anual para adjudicarlas. “Al no haber ni jubilaciones ni prestaciones, suponía tener pan seguro para la molinada”, explica este veterano agricultor.

Así, el ciclo se puede situar con la apertura de las compuertas para inundar la Zaida y fertilizar la tierra. Un año después se cierran y no se abren hasta que el agua no se evapore. “Lo normal es que se seque en un año, pero si llueve mucho pueden pasar dos o tres años y las compuertas se quedan abajo”, explica Gómez. Este año tocaba subirlas, y con un sol de justicia empezaron a hacerlo a las 9.33 Víctor Campillo, Carlos García, Rafael Pardos, Atasio Medina y el propio Sánchez. Media hora después, y una vez engrasadas las espirales, las grandes planchas habían dejado discurrir el agua hacia la Zaida.

Tras algunas bromas y piques sobre quien ha dejado las compuertas más arriba o quién ha tardado menos, Pardos –vicepresidente de la junta– apunta que “a pesar de una granizada muy localizada, la cosecha es buena; pero el problema aquí son los precios”. “La cebada se paga a 25 pesetas, que es lo mismo que daban hace 30 años. Los costes han subido y las inversiones tienen que ser cada vez más fuertes; por ejemplo, en maquinaría”.

“Es un recurso natural increíble. Toda la zona de Used cuenta con muchos afloramientos”, explica Ángela Ibáñez. Para ella, está claro que “Gallocanta es el centro neurálgico, pero en la Zaida, por ejemplo, hay muchas aves”, como el zampullín cuellinegro, la focha común y diversos ánades.

La Lozana: convertir un palacio en hotel de cuatro estrellas

“La Lozana. Palacio de Infanzonía” es el proyecto auspiciado por Joaquín Herrero para reconvertir un antiguo palacio perteneciente a su familia, conocido como Casa Herrero-Catalina, en un hotel de cuatro estrellas. Se trata de un edificio levantado a principios del siglo XVII por una familia que llegó al municipio en torno a 1607, según consta en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés. Se prevé una inversión de casi 2,4 millones; contará con 14 habitaciones, spa, restaurante y espacio para conferencias.

“A pesar de la covid-19, que algo ha afectado a los plazos, seguimos adelante. En septiembre esperamos acabar la obra y a final de año, una vez que tengamos todas las autorizaciones y licencias, queremos abrir al público”, detalla Herrero. Su idea –y la de su mujer, Amalia de la Campa– es que el estreno se dé con la temporada de invierno de grullas, que tiene como epicentro la laguna de Gallocanta. “Tenemos puesta mucha ilusión, queremos atraer a amantes de la ornitología, con alto poder adquisitivo”, indica.

Joaquín es la novena generación de su familia en el pueblo y su abuela, quien da el sobrenombre de la Lozana por cómo se le conocía en la zona, fue la última en vivir en el edificio de continuo. “En 2014 pusimos el proceso en marcha, porque el edificio pertenecía a varios miembros de la familia y yo quería reconstruirlo y poner a Used en el mapa”, defiende.

El proyecto, cofinanciado por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) con más de 710.000 euros, contempla la creación de tres puestos de trabajo. “Empezaremos con un equipo reducido y esperaremos que el proyecto se asiente”. Así, Herrero asegura que pretenden ofrecer un espacio “de descanso, relajación y, sobre todo, de seguridad, siguiendo todos los nuevos protocolos sanitarios”.

Homenaje a las mujeres de la localidad y a los tradicionales bolos

En el municipio tienen acuñada una variación autóctona del juego de los bolos, que solían practicar aquí las mujeres, casi siempre los domingos o días de fiesta. Para conmemorar este juego se levantó un monumento en una de las entradas a la localidad. En esta modalidad, que se puede jugar de forma individual o colectiva, el objetivo es conseguir 75 puntos en tres mangas de 25 cada una. Para jugar se necesitan nueve bolos con madera de haya, que tienen distintas formas: el rey, de 80 centímetros de altura y ocho de base, cuenta con tres coronas esféricas en su parte superior; la reina, de 75, con dos coronas, y siete peones de 70 centímetros de altura con sólo una corona. Para derribarlos, se usa una pieza en forma de ocho, pulida. Su disputa se realiza al aire libre, en un terreno llano y sin obstáculos. Los bolos se disponen alrededor del rey, formando un círculo con dos metros de diámetro.

USED

Comarca. Campo de Daroca.

Cómo llegar. Desde Zaragoza, su capital de provincia, se toma la A-23 hasta la salida 210 (Daroca). Luego, por la A-1506, hasta la N-234, tomar el cruce hacia la A-211 dirección Molina y subir el puerto hasta tomar la Z-V-4231.

Iglesia de San Pedro y San Pablo. Templo de grandes dimensiones y rasgos de la arquitectura del XVI. Tiene nave de cuatro tramos y presbiterio semihexagonal. Llama la atención su fachada y todo el edificio contrasta con la torre, de ladrillo, levantada en 1949.

Primer lugar de Aragón. Situado en el Camino Real de Madrid a Barcelona por Zaragoza, era la primera localidad que se pisaba al entrar a suelo aragonés. De ahí la existencia de numerosas casas solariegas y palacios que trufan sus calles.

La nevera. Edificio del siglo XVI que es un ejemplo de la arquitectura popular donde se almacenaba el huelo. En su interior se habilitó un museo para explicar la relación del pueblo con el agua.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.