Una investigación del Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible (UVa-INIA) de la UVa revela los factores que están matando a los pinos en la Península y demuestra que a través de una gestión forestal adecuada es posible mejorar su "salud" y frenar su decaimiento.

La investigadora Cristina Prieto ha analizado el fenómeno del decaimiento del Pino Negral o Resinero como eje central de su Tesis Doctoral, que fue defendida en la Casa Junco de Palencia el pasado 25 de octubre, ha informado la UVa.

Alertada por la inusual transparencia de las copas, el enanismo en las acículas, la decoloración del follaje y la muerte prematura de algunos árboles, Cristina Prieto decidió empezar a trabajar, junto con los catedráticos de la Escuela de Ingenierías Agrarias, Julio Díez y Felipe Bravo, para averiguar "qué está matando nuestros pinos y cómo podemos revertir la situación".

La experta recuerda que el Pino Negral atraviesa, desde hace décadas, una situación crítica, y asegura que factores como las sequías de los últimos años asociadas al cambio climático y al abandono de la gestión de los bosques están provocando "un debilitamiento masivo y progresivo de los árboles, que además se vuelven más susceptibles al ataque de agentes patógenos".

Tras años de trabajo ha llegado a la conclusión de que la competencia por los recursos y el déficit de agua predisponen a los árboles al decaimiento, y que, finalmente, éste es potenciado por la acción de hongos de pudrición de la raíz y hongos del azulado de la madera.

De hecho, los resultados de su estudio han confirmado que en las masas muestreadas casi cuatro de cada diez árboles están muertos o dañados.

Una vez constatado el problema, la doctora insiste en que esta situación se puede revertir para lo que ofrece una serie de recomendaciones inmediatas y otras a medio y largo plazo.

Aconseja así, reducir la competencia por el agua en los bosques de pino con decaimiento, aplicando claras regularmente programadas y haciendo un control de la vegetación arbustiva, lo que podría usarse para mejorar la resistencia y la capacidad de recuperación de la masas de Pinus pinaster.

Si bien, a medio y largo plazo insiste en que se deberían vincular planes de gestión forestal sostenible al control biológico, para asegurar el futuro de estos bosques de gran valor.

En este sentido argumenta que algunos resultados indicaron que las masas en las que se realizan claras presentan mejor estado sanitario, por lo tanto a través de una gestión forestal adecuada es posible mejorar la "salud" de los pinos y frenar su decaimiento.