La vuelta al cole es sinónimo de comprar lápices y cuadernos, de forrar libros, de reencuentros con los amigos y de largas jornadas en el patio del recreo tras las clases, pero también de piojos y liendres, esos temidos parásitos que pueblan las cabezas de los pequeños y que tantas crisis despiertan entre los padres, que cruzan los dedos para no recibir una notificación del colegio informando del posible contagio. A la hora de hacer frente a estos pequeños insectos, son muchos los rumores y remedios que existen para combatirlos, pero cabe recordar que se trata de algo pasajero a lo que la mayoría de niños (y padres) han hecho frente. 

Cosas de niños. Aunque es más frecuente que los más pequeños de la casa sean quienes tengan estos visitantes, pues están más en contacto con los focos de infección, si se sabe de un caso cercano conviene que los adultos también se hagan una revisión del cabello, pues pueden contagiarse también.  Cuestión de limpieza. Los piojos tienen predilección por el pelo limpio y, según ciertos estudios, por el de las niñas, así que hay que rechazar la idea de que un cabello más sucio es foco de contagio. Recurrir a un corte de pelo tampoco es efectivo, ya que se alojan en la raíz del cuero cabelludo, por lo que la longitud de la melena tampoco es factor de riesgo.  Saltando de cabeza en cabeza. Son rápidos y se extienden con mucha facilidad, pero no saltan de niño a niño como si de un canguro se tratase. El contagio se produce a través de colchonetas, sábanas, toallas y gorras u otras prendas que se comparten o por contacto directo entre cabeza y cabeza.El mejor tratamiento

La mejor prevención es una revisión meticulosa con una liendrera una vez a la semana, especialmente en épocas altas de contagio -como es la vuelta al cole-. Los remedios como el vinagre, que consiguen que las liendres se desprendan del pelo pero no que desaparezcan, o el extracto del árbol de té, cuyos beneficios no están comprobados, no aseguran la desaparición de estos parásitos.

Si no se ha podido evitar el contagio, lo mejor es acudir a la farmacia más cercana y adquirir el tratamiento más indicado dependiendo del tipo de piel y cuero cabelludo del niño y de su edad, pues hay algunos productos contraindicados para menores de dos años y para aquellos que padecen piel atópica.  Tras aplicar el tratamiento, conviene evitar el uso del secador y lavar las sábanas y peluches a 60º, pues las liendres desaparecen a más de 50º. Cabe recordar que los resultados no son inmediatos y que los piojos son cada vez más resistentes, por lo que tras la aplicación del tratamiento conviene revisar el cabello a los días para eliminar por completo las liendres.

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