Las muestras de felicitación, afecto y agradecimientos marcaron la tarde de este miércoles en el Colegio de Médicos de Zaragoza, donde se entregaron pasadas las 20.30 los premios de la III edición del Concurso de Microrrelatos Solidarios Ilumináfrica.

"La palabra cambia el mundo, y sin escritura, sin lectura y sin vista la vida sería mucho más triste", resumía el pasado año la subdirectora de Heraldo de Aragón, Encarna Samitier. Ausente en esta edición, los asistentes Enrique Mínguez, presidente de la Fundación Ilumináfrica, y el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, le quisieron dedicar también palabras de agradecimiento por el "compromiso" que muestra de año en año este medio con el proyecto humanitario de estos médicos de la sanidad aragonesa.

Entre los participantes que resultaron finalistas de esta tercera edición no faltaron las anécdotas. Uno de ellos, Luis San José López, había venido desde Alcalá de Henares para recibir el premio, y aunque no resultó ganador, se despedía al finalizar el acto "abrumado" por la entrega, la solidaridad y el mensaje de esperanza que transmite una gala dedicada por completo a dar luz y voz a una parte "invisible" de África. Así lo recalcó también en su discurso de inauguración el doctor Enrique Mínguez, presidente de la Fundación, quien insistió en la necesidad de seguir trabajando juntos en un proyecto que en diez años de andadura ha devuelto la vista a miles de personas en el continente africano.

"La palabra es capaz de mover el mundo y estos pequeños microrrelatos podrán remover algo nuestro espíritu para ayudar en este camino que todos nosotros debemos comenzar", aseguraba el oftalmólogo Enrique Mínguez al comienzo del acto de entrega de los premios del III Concurso de Microrrelatos Solidarios Ilumináfrica, un certamen organizado en colaboración con HERALDO DE ARAGÓN para "poner en valor" el trabajo de aquellos sanitarios que de año en año viajan en sus vacaciones para combatir la ceguera evitable al Chad, uno de los diez países más pobres de África.

También el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, insistió en la necesidad de seguir trabajando en proyectos "de esperanza" como el que protagonizan los voluntarios de esta oenegé aragonesa, sin pasar por alto el "altavoz" que supone para la causa de la Fundación -y, por ende, del continente africano- la organización de este tipo de eventos que marcan una "agradable" 'pausa' en su agenda diaria.

Por su parte, el representante del departamento comercial Almuzara Consultores, que entregó el premio otorgado por el Hotel Mas de Cebrián en la categoría 'África' agradeció la invitación al acto, y tras alabar las bondades del municipio turolense de Puertomingalvo -protagonista de uno de los premios- dio su enhorabuena a la zaragozana, Mercedes Marín Cambra, que emocionó a los presentes con la lectura del relato ganador 'África llora'. 

El también zaragozano Daniel Navarro Martínez, ganador en la categoría de 'Cooperación', puso el foco en los ojos de niños, madres y padres del Chad que suplican ayuda a todo el que viaja allí, en la necesidad de recursos que hacen falta para movilizar esa ayuda y en la carencia de especialistas que al comparar situaciones (se declaró miope) le removieron la conciencia al escribir su relato, '¿Algo que declarar?'. El premio, una suscripción, lo entregó en representación de HERALDO DE ARAGÓN Jesús Barceló, quien subrayó el valor "sentimental" que tiene este proyecto con el que colabora por tercer año consecutivo este periódico. "Nos sentimos pequeños porque en Heraldo damos visibilidad a las noticias y vosotros (Ilumináfrica) dais visibilidad a las personas", afirmó.

Por último, en la categoría de 'Ceguera', una amiga del galardonado Ernesto Navarro Polo, que por motivos laborales se encontraba de viaje en el extranjero, realizó la lectura del relato 'El ciego y Goya', dedicando también palabras de agradecimiento a todos los presentes. El premio de esta categoría, otorgado por Ringo Válvulas, lo entregó José Antonio Valero, director de Seguridad y Salud, Medio Ambiente y Responsabilidad Social de la compañía.

Entre los finalistas, que recibieron también un galardón por parte de la Fundación, hubo anécdotas divertidas que dieron una nota de color a la gala, como el amistoso saludo que protagonizó el consejero al reencontrarse en la entrega de premios con un antiguo funcionario suyo que, para sorpresa de ambos, también fue reconocido por su microrrelato solidario.