"El ébola debe servirnos para estar alerta ante otros virus"

La investigadora Paz Sánchez-Seco, del Centro Nacional de Microbiología, hace balance de la situación vivida en España un año después de la llegada del virus del Ébola.

La investigadora del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, Paz Sánchez-Seco (i).
"El ébola debe servirnos para estar alerta ante otros virus"
Efe

La investigadora Paz Sánchez-Seco, del Centro Nacional de Microbiología (CNM), dónde se analizan las muestras con ébola de los tres españoles infectados, considera que la experiencia vivida con el virus en España "debe servir para estar alerta" ya que podrían aparecer otros virus causantes de fiebres hemorrágicas.


"El ébola debe servir para seguir alerta, podrían emerger nuevos virus o reemerger algunos ya conocidos y llegar a nuestro entorno a través de viajeros infectados", apunta la jefa del Laboratorio de Arbovirus del CNM.


Paz Sánchez-Seco, junto a Anabel Negredo, responsable de la línea de fiebres hemorrágicas de este laboratorio, han concedido una entrevista cuando esta semana se cumple un año de la llegada, por primera vez, del virus del Ébola a España.


El 7 de agosto de 2014 fue repatriado desde Liberia el misionero Miguel Pajares para ser tratado de ébola en el Hospital La Paz-Carlos III de Madrid. Esa misma noche las muestras con el virus llegaron al centro para ser analizadas.


"Fue excitante, no nos produjo susto, pero sí mucho respeto. Era una situación en la que habíamos trabajado hipotéticamente y ahora llegaba. Por primera vez en España estábamos manipulando una muestra positiva de ébola, un virus mortal", recuerda Paz Sánchez-Seco.


Un reto profesional para todo el equipo del CNM, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, que ya en el mes de julio se había preparado ante la posibilidad de recibir algún caso positivo.


"La situación nos obligó a hacer turnos de guardia fuera del horario laboral, se creó la unidad de alertas que ha sido esencial para poder dar la respuesta adecuada en esta crisis", señala la científica.


Una crisis que continuó con la llegada, en septiembre de 2014, de un segundo misionero, Manuel García Viejo, infectado de ébola en Sierra Leona, y que al igual que el primero murió en España al no poder ganar la batalla al virus.

García Viejo transmitió el ébola a la auxiliar de enfermería Teresa Romero, que formaba parte del equipo que le atendió, aunque ella sí logró superar la enfermedad.


Paz Sánchez-Seco confía en que una situación de "tal magnitud" no vuelva a repetirse y considera que la epidemia de ébola, que en África Occidental suma 27.748 casos y 11.279 muertes, sirva para "ajustar protocolos de salud pública, mecanismos de control, búsqueda de casos y diagnósticos rápidos de laboratorio".


El diagnóstico es uno de los ejes fundamentales del CNM, laboratorio nacional de referencia para zoonosis o enfermedades infecciosas que se transmitan de animales a humanos, muchas de ellas víricas.


Anabel Negredo, por su parte, considera que el ejemplo del ébola también debe servir para fortalecer la seguridad de los laboratorios y formar a los sanitarios en el manejo de muestras con nivel de riesgo biológico elevado.


En el CNM, según Negredo, la investigación con el ébola se ha centrado en el desarrollo de metodología y el uso de nueva tecnología para conseguir un diagnóstico más rápido y que pueda estar disponible para el Sistema Nacional de Salud.


Pero para investigar con el virus vivo es necesario un laboratorio con un nivel de seguridad P4, pero en España, y en concreto en el CNM, el máximo nivel disponible es P3, donde se manipulan muestras de riesgo biológico 4 sólo para ser inactivadas.


"El ébola sí ha supuesto un avance, un empujón a la investigación para grupos que trabajan con biología molecular y con sistemas no biopeligrosos, no con el virus vivo. Con un P4 podríamos hacer una investigación más seria", apunta Paz Sánchez-Seco.


Sí se trabaja con las muestras inactivadas de los tres españoles infectados para poder conocer, entre otros aspectos, cómo fue el comportamiento del virus en organismos y tratamientos diferentes.


"Para trabajar con estas muestras es necesario la autorización del Comité de Bioética, que ya tenemos, y para obtener esos datos vamos a colaborar con un centro estadounidense pero está siendo muy dificultoso legalmente enviar las muestras a Estados Unidos. Está pendiente", señala la responsable del laboratorio.


Lo que acabó con el virus de Teresa Romero es algo que todavía no está claro. Los expertos consideran que se debió al cóctel de diferentes tratamientos (suero hiperinmune, antivirales...) unido a la capacidad de respuesta inmunitaria de la auxiliar de enfermería.


"Algo esencial es transfundir al paciente por vía intravenosa líquidos con sales y minerales, varios litros al día...para mantener el equilibrio electrolítico, la presión sanguínea...", explica Anabel Negredo. Un nivel de cuidado que en África es difícil de ofrecer al afectado.


Un año después de la llegada del primer caso positivo de ébola a España, en el Laboratorio de Arbovirus inciden en otras líneas de investigación relacionadas, como la metodología que ayude a detectar virus que podrían causar de fiebres hemorrágicas, como el virus Lloviu, detectado en murciélagos en una cueva asturiana, o el virus Crimea-Congo presente en garrapatas capturadas en Extremadura. 


Ir al suplemento de salud.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión