Heraldo del Campo

Cerveza negra de la tierra

La localidad de Blesa, en Teruel, cuenta desde hace nueve meses con una fábrica de cerveza que se comercializa con el nombre de Ordio Minero

Chesús Gracia y Quique Utrilla, en su fábrica cervecera de Blesa
Cerveza negra de la tierra

Oscura como la cebada tostada lentamente al calor de la brasa o como el lignito que esconde el subsuelo de la Cuenca Minera de Teruel. Así es Ordio Minero, una cerveza que desde hace nueve meses se elabora de forma artesanal en la localidad turolense de Blesa.


La materia prima utilizada para la fabricación de esta bebida negra, sobre la que destaca cuando se vierte en un vaso una capa de fina espuma, procede de la tierra. Los productos son, incluso, los que han inspirado la variedad que Chesús Gracia y Quique Utrilla –los propietarios de la fábrica– han sacado al mercado. "No podía ser de otra manera –señala el primero–; el agua de esta zona tiene un elevado porcentaje de sulfato cálcico, una sustancia que solo nos permite hacer una cerveza negra, con mucho cuerpo".


Ordio (cebada en aragonés) Minero surgió como una necesidad de volver a las raíces. Gracia y Utrilla optaron por dejar Zaragoza, donde residían, abandonar sus trabajos y montar una empresa con la que siempre habían soñado. Comenzaron con una producción de entre 500 y 1.000 litros de cerveza al mes y ahora han alcanzado los 2.000. Su meta es aumentar el negocio hasta llegar a los 4.000 litros mensuales, una cifra que esperan obtener a corto plazo, tan pronto terminen las obras de una nave para almacenaje y sala de maduración. "Esta cantidad es el techo que nos hemos fijado –explica Quique Utrilla–; mucha más producción obligaría a replantearse todo el concepto de empresa que hemos concebido".


Y es que la cerveza de Blesa, el "carbón líquido" –como la definen sus artífices–, obedece a una clara filosofía de negocio: "Buscamos nuestra soberanía alimentaria –replica Chesús Gracia–, de manera que intentamos adquirir nuestros productos lo más cerca posible a la fábrica". "Lo único que viene de lejos es el lúpulo". Subraya que, además de no tener aditivos, el aporte alcohólico de esta bebida se basa únicamente en la cebada.


Su proceso de elaboración es artesanal y largo, pero no hay prisa en el entorno urbano de la localidad. Consta de tres fermentaciones, algo que, según cuentan los artesanos, no es muy habitual en la ceveza. La última de las reacciones químicas dura cuarenta días, con el líquido ya embotellado y a 20 grados de temperatura ambiente.

Nueva variedad

Ordio Minero deja en el paladar un sabor final a café, un regusto que se va a suavizar en la nueva variedad que planean elaborar Gracia y Utrilla. Las últimas pruebas de esta nueva gama se efectuaron el miércoles y pretenden iniciar su comercialización en primavera. ‘Lignito milk’, como se llamará la variedad, aporta nuevos matices, con un delicado gusto a café con leche predominante.


No es el único proyecto en el que se van a embarcar. Junto con los propietarios de una fábrica de El Pobo han constituido la Asociación de Elaboradores de Cerveza Artesana de Teruel, Aecat, con la que pondrán en marcha una original iniciativa: fabricar dos versiones distintas de una cerveza elaborada con la misma receta. "El resultado final será muy diferente, porque los materiales también lo serán, sobre todo el agua", explica Chesús Gracia, quien anunció que las bebidas estarán en el mercado dentro de dos meses.


La cerveza, no obstante, es el motor de un proyecto más ambicioso de agroturismo, o "turismo de experiencias", como prefiere denominarlo Quique Utrilla. Contempla desde visitas de ámbito didáctico a la fábrica hasta rutas guiadas por el entorno natural, pasando por la elaboración de un singular aceite procedente de oliva ‘bolvina’, una variedad exquisita y rara que sobrevive a duras penas en unas pocas plantaciones familiares de la comarca.


La primera botella de cerveza Ordio Minero se presentó en sociedad en mayo del año pasado, durante la romería a la ermita de la Virgen de Aliaga, de Cortes de Aragón, que concentra a los vecinos de todos los pueblos cercanos. Allí, se repartió entre los asistentes bizcocho acompañado de este peculiar "carbón líquido". Ahora, la bebida se puede encontrar en tiendas gourmet y en bares muy especializados de todo Aragón. Su cata exige un rito de obligado cumplimiento: una suave capa de espuma debe cubrir el líquido para evitar su oxidación mientras se consume.


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