Sexo y deporte de élite: ¿compatibles?

A lo largo de la historia diferentes técnicos han prohibido a sus deportistas mantener relaciones sexuales durante una competición.

Las relaciones sexuales y la actividad deportiva no siempre han estado ligadas.
Las relaciones sexuales y la actividad deportiva no siempre han estado ligadas.
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Es uno de los grandes quebraderos de cabeza en numerosos deportistas de élite a la hora de afrontar una competición oficial. ¿Mantener relaciones sexuales afecta a mi rendimiento? No han sido pocos los entrenadores que, a lo largo y ancho de la historia del deporte, han vetado el sexo a sus deportistas durante una concentración. Por eso, a las puertas de que esta tarde comience un nuevo Mundial, nos preguntamos: ¿Son compatibles el sexo y el deporte de élite?

"No es positivo ni negativo. Si le apetece mantener relaciones, ¿por qué no va a poder? Le quitará la ansiedad del deseo a realizarlas, además de proporcionarle un estado de relajación. Cada uno es libre de realizar lo que mejor le sienta a su cuerpo", reflexiona Oscar Rodrigo, sexólogo de Erótica Enigma.

Rodrigo considera que "mantener relaciones sexuales no consume tanta energía como mucha gente plantea. Dependerá del tiempo que dure, la postura, la velocidad… En los últimos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 ya se repartieron preservativos a los deportistas con el fin de prevenir infecciones de transmisión sexual, puesto que ya se había deshecho la idea de que el sexo era perjudicial para ellos".

De esta forma, mantener relaciones sexuales puede repercutir tanto positiva como negativamente en un deportista de élite. En cuanto a los beneficios, Rodrigo opina que "el sexo suele relajar a muchas personas y ayuda a conciliar mejor el sueño, por lo que sería una vía de escape natural para conseguir un mejor descanso".

Sin embargo, el sexólogo también apunta algunos aspectos nocivos. "Si la actividad sexual supone un efecto de ansiedad en el deportista, sí que podría afectar perjudicialmente a la hora de competir debido, principalmente, a la falta de relajación mental", apunta.

El hecho de prohibir al deportista mantener relaciones sexuales, norma comúnmente aplicada en el pasado, puede llevar a un ser humano a la frustración o la ansiedad, ya que no puede alcanzar lo que desea. Un sentimiento que, según Rodrigo, podría derivar en "no encontrarse a gusto consigo mismo", por lo que sí podría afectar negativamente al día siguiente en la competición oficial.

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