Morata acude al rescate
Insípido pero provechoso triunfo de España. El delantero de la Juve marcó tras un buen balón de Koke para estrenarse como goleador en el fase más acertada de la Roja.
En el arranque Isco y Morata le pusieron mucha voluntad para demostrar por qué se han colado en un once repleto de mundialistas. La primera combinación entre Isco, que cuenta con el público entregado desde antes de tocar la bola, y Silva, dejó al canario ante el portero, pero marró la intentona. La línea de tres tocaba esperando la movilidad de Morata, que tras recibir un pase filtrado completó un disparo cruzado y mordido. Isco aparecía, pero a veces se adornó con los regates a rivales en la frontal del área. En una de esas ocasiones que se quedó sin ángulo para el disparo, el rechace le llegó a Koke, que obligó a Pyatov a mostrarse de nuevo. Isco disparó desde lejos, generando cierto optimismo antes de que Rotan provocase el pánico en el Pizjuán. Su zurdazo se fue junto al palo. Y así, cuando estaba la grada quitándose el susto, llegó el gol español. Koke filtró un pase para Morata, que se plantó ante Pyatov al ganar la carrera al central, y su disparo rozó en él y le superó por alto. Un tanto con suerte, es verdad, pero que premia su esfuerzo y la confianza de todos aquellos que han ido apostando por él, jugase o no en el Real Madrid.
Ucrania entristeció, por el gol y por perder a Zozulya por lesión. Su recurso era el balón parado y las carreras por banda, pero Alba y Juanfran sujetaron a Yarmolenko y Konoplyanka sin grandes apuros. Pudo ser aún peor, porque Sergio Ramos, en su décimo aniversario con La Roja, estrelló un cabezazo en el larguero.
En la segunda mitad España entró al campo con bostezos y la consecuencia es que Ucrania se metió en el partido. Empezó a llegar, primero con sus armas del balón parado, y después buscando las bandas con Yarmolenko y Konoplyanka y la movilidad de un Kravets que provocó inquietud entre los centrales. Pudo haber igualado el partido en un error de Casillas, inseguro, pero que puso un par de manos que evitaron el gol aunque no la taquicardia. Luego el meta estuvo firme cuandorepelió de puños un remate muy centrado de Kravets. Para esas alturas Del Bosque había metido a Pedro en el campo, colocando de referencia. Cazorla fue el elegido para dar aire a un Iniesta que se fue apagando, como el resto del centro del campo. La lesión de Alba obligó a Del Bosque a poner en el campo a Bernat para el cuarto de hora final. Tymoshchuk lo intentó desde lejos pero fue Cazorla, el mejor en el rato que participó, el que rozó el gol en un zurdazo que mereció el tanto. La afición se fue a casa con un regusto extraño, ese que deja cualquier espumoso cuando lo bebes una hora después de haberlo descorchado. Es el mismo que al inicio de la noche, pero mucho más insípido.