El proyecto de la Residencia Las Viñas supondrá una inversión de 4,2 millones de euros y generará entre 40 y 45 puestos de trabajo. Los promotores, los empresarios turolenses Juan José Gala y Tomás López, prevén habilitar 102 plazas en habitaciones individuales distribuidas en dos alas del colegio Las Viñas ahora vacías. Gala y López recalcan que la reconversión como geriátrico no alterará la actividad educativa. El colegio y la residencia tendrán accesos separados y no estarán conectados. Compartirán la capilla pero en horarios distintos.

Los impulsores del proyecto prevén llevar a cabo la residencia con una novedosa fórmula cooperativa. Cada residente-socio realizará una aportación económica que recuperará al dejar el establecimiento –o que recibirán sus herederos en caso de fallecimiento– tras un descuento por gastos de gestión. La promoción cooperativa rebaja los costes de funcionamiento y permite ofrecer un alojamiento y atención especializada por 1.150 euros al mes, tanto para ancianos válidos como asistidos.

La residencia ocupará 4.000 metros cuadrados construidos, a los que habrá que sumar 1.300 de jardín y 1.200 de aparcamiento. Los promotores prevén terminar las obras en un año y dos meses.

Gala y López creen que existe una demanda social de plazas geriátricas sin cubrir que encaja en sus planes. Adelantan que la atención que ofrecerá la residencia será también novedosa, con planes individualizados para cada residente, una amplia oferta de ‘hobbies’, la asignación de un auxiliar de referencia a cada usuario y una voluntad de implicar a las familias. Además de la oferta residencial, Las Viñas ofrecerá la posibilidad de atención en centro de día entre las 10.00 y las 18.00.