'Maldito trabajo', cómo poner límites al esfuerzo para no caer en el sacrificio

No deberíamos normalizar el incremento de ansiedades y depresiones porque "lo normal no es tener que medicarse para ir a trabajar".

Más de la mitad de los trabajadores que sufren estrés desarrollan otras enfermedades.
Más de la mitad de los trabajadores que sufren estrés desarrollan otras enfermedades.

El pediatra Eduardo Vara acaba de publicar 'Maldito trabajo' (Ariel), un manual en el que aconseja poner límites a la cultura actual del esfuerzo para no llegar al sacrificio y en el que pide que no se normalice el incremento de ansiedades y depresiones porque "lo normal no es tener que medicarse para ir a trabajar".

Es el segundo libro de este médico de un Centro de Atención Primaria de Barcelona, en el que relata en primera persona como la sobrecarga y la gestión del trabajo durante la pandemia "colapsó" su mente.

"Tenemos la idea de la cultura del esfuerzo, que es hasta cierto punto positiva porque es una herramienta necesaria para conseguir lo que queremos y llegar a desarrollarnos como seres humanos, incluso a través del trabajo; pero hay que saber poner limites para no llegar al sacrificio", ha asegurado en una entrevista.

En este sentido, alerta de que el sacrificio "implica renuncias e incluso causa daño", por lo que insta a la reflexión para "tener una cultura del trabajo más saludable, donde el descanso también forme una parte importante para prevenir enfermedades mentales".

Lo normal no es tener que medicarse para trabajar

Advierte el médico vasco de la 'happycracia' que invade la vida actual, una "actitud que exige que las personas se muestren siempre optimistas y encaren las cosas desde el lado positivo".

A lo que suma la concepción capitalista que culpabiliza a los ciudadanos y trabajadores de todo: "Si no lo hemos conseguido, es porque no nos hemos esforzado suficiente, y si acabamos fracasando o sufrimos una enfermedad mental, es que somos débiles".

Ante esta situación, lamenta, "la gente tiene socialmente miedo y vergüenza a expresar una realidad que, lamentablemente, es más frecuente que nunca y que son los altos índices de ansiedad y depresión, así como el consumo de medicamentos relacionados con este tipo de trastornos".

"Es importante hablarlo para no normalizarlo, porque cada vez hay más volumen de personas afectadas" y "lo normal no es tener que medicarse para trabajar".

Una cosa es el 'burnout' y otra....

A su juicio, 'burnout' solo se debería usar para la afección emocional o actitud vital en que caen muchos trabajadores que están en "entornos laborales cínicos" en los que cuando intentan expresar sus necesidades o su sobrecarga se les acusa de no asumir responsabilidades, lo que les lleva a "la pasividad o a hacer lo justo y necesario para ir tirando".

"Esto es una actitud mental concreta, pero dentro de los trabajos, por culpa de las sobrecargas, tenemos trastornos mucho más importantes, como depresiones, ansiedades y síntomas de estrés postraumático", ha resaltado.

Las mujeres, las peor paradas

Según Vara, culturalmente, se espera que las mujeres "tengan iniciativa, arrojo y se muestren con cierta agresividad, incluso para poder considerar como que están a la altura del prototipo cultural del capitalismo del hombre triunfador".

Pero cree que, "cuando se pasan un poco de esta actitud, se les acusa de poco femeninas o de demasiado agresivas; así como también se les critica si muestran alguna parte de su feminidad, o de falta de compromiso con las empresas si plantean la maternidad".

Y a todo ello se une que las profesiones que tienen más peligro de enfermar a nivel mental son las de "cuidados a otros", como cuidadoras, médicos o profesoras. Todas ellas muy feminizadas, con un alto nivel de exigencia, de empatía, paciencia y control de los sentimientos porque "hay otros que están delante y que, en principio, tienen más derecho a expresar sus males".

"Optimizar a los hijos"

Cree Vara que los padres viven con el temor a no tener tiempo de calidad para cuidar a los hijos, algo que se está convirtiendo en un privilegio, así como existe -como comprueba en consulta- la obsesión de algunos padres por "optimizar el tiempo" extraescolar y colocar a los menores en ciertas líneas ya profesionales.

Y no porque "el niño muestre interés", sino para optimizar ese tiempo en que no se les puede cuidar", así como para prepararlos ya curricularmente en una dirección, cuando se sabe que lo que produce mayores índices de salud es el juego libre y en espacios naturales.

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