Tercer Milenio

En colaboración con ITA

La actividad física por la noche está relacionada con mayores beneficios en personas con obesidad

La hora del día a la que se practica el deporte condiciona su efecto sobre la salud.

Para correr seguro por la noche es mejor vestir elementos reflectantes
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Da igual la hora del día, el ejercicio siempre es bueno, por lo que las recomendación es que todo el mundo debe realizar alguna actividad deportiva sin mirar el reloj. No obstante, desde hace años la literatura científica sugiere que la hora del día a la que se practica puede influir aportando mayores efectos sobre la salud.

Con la intención de descubrir cuál es la mejor hora, un estudio dirigido por investigadores del Centro Charles Perkins de la Universidad en Australia ha evaluado la asociación entre el momento de realizar actividad física aeróbica de moderada a vigorosa (MVPA) y el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV), enfermedad microvascular (MVD) y mortalidad por todas las causas en adultos con obesidad y un subconjunto con obesidad y diabetes tipo 2 (diabetes tipo 2).

La muestra principal incluyó a 29.836 adultos con obesidad, con una edad media de 62,2 años, todos mayores de 40 años. Durante un período medio de seguimiento de 7,9 años, en los que ocurrieron 1.425 muertes, 3.980 eventos de cardiovascualres y 2.162 eventos de microvasculares. Los participantes se clasificaron en actividad física aeróbica de moderada a vigorosa de mañana, tarde o noche según cuándo realizaron la mayor parte de su actividad. El grupo de referencia incluyó participantes con un promedio de menos de una sesión aeróbica por día.

El estudio, que se ha publicado en 'Diabetes Care', ha concluido que realizar la mayor parte de la actividad física diaria por la noche está relacionado con los mayores beneficios para la salud de las personas que viven con obesidad. Además, la frecuencia con la que las personas realizaban actividad física de moderada a vigorosa (MVPA) por la noche, medida en sesiones cortas de hasta tres minutos o más, también parecía ser más importante que la cantidad total de actividad física diaria.

Utilizando datos de dispositivos portátiles para categorizar la actividad física de los participantes por mañana, tarde o noche, los investigadores descubrieron que aquellos que hacían la mayor parte de su actividad física aeróbica de moderada a vigorosa (la que eleva nuestro ritmo cardíaco y nos deja sin aliento) entre las 6 p.m. y la medianoche tenía el riesgo más bajo de muerte prematura y muerte por enfermedad cardiovascular.

"Debido a una serie de factores sociales complejos, alrededor de dos de cada tres australianos tienen exceso de peso u obesidad, lo que los pone en un riesgo mucho mayor de sufrir enfermedades cardiovasculares importantes, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, y muerte prematura", dijo Angelo Sabag , profesor en Fisiología del Ejercicio en la Universidad de Sidney.

"El ejercicio no es de ninguna manera la única solución a la crisis de obesidad, pero esta investigación sugiere que las personas que pueden planificar su actividad en ciertos momentos del día pueden compensar mejor algunos de estos riesgos para la salud".

Los ensayos clínicos más pequeños han mostrado resultados similares; sin embargo, la gran escala de datos de los participantes en este estudio, el uso de medidas objetivas de actividad física y resultados duros, como la muerte prematura, hacen que estos hallazgos sean significativos.

El primer autor, Matthew Ahmadi, también destaca que el estudio no se limitó a realizar un seguimiento del ejercicio estructurado. Más bien, los investigadores se centraron en realizar un seguimiento de la MVPA aeróbica continua en sesiones de tres minutos o más, ya que investigaciones anteriores muestran una fuerte asociación entre este tipo de actividad, el control de la glucosa y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular en comparación con sesiones más cortas (no aeróbicas).

"No discriminamos según el tipo de actividad que rastreamos, que podía ser cualquier cosa, desde caminar vigorosamente hasta subir escaleras, pero también podía incluir ejercicios estructurados como correr, realizar tareas laborales o incluso limpiar enérgicamente la casa", señala Ahmadi, investigador postdoctoral de la National Heart Foundation en el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sidney.

Si bien los resultados son observacionales, los hallazgos del estudio respaldan la hipótesis original del autor, que es la idea (basada en investigaciones anteriores) de que las personas que viven con diabetes u obesidad, que ya son intolerantes a la glucosa al final de la noche, pueden compensar parte de esa intolerancia y complicaciones asociadas, realizando actividad física por la noche.

¿Por qué es importante este estudio?

El profesor Emmanuel Stamatakis, director del Centro de Investigación Mackenzie Wearables en el Centro Charles Perkins y autor principal del artículo, afirma que la sofisticación de los estudios en el campo de los wearables está proporcionando enormes conocimientos sobre los patrones de actividad que son más beneficiosos para la salud.

"Es un momento realmente emocionante tanto para los investigadores en este campo como para los profesionales, ya que los datos capturados por dispositivos portátiles nos permiten examinar los patrones de actividad física en una resolución muy alta y traducir con precisión los hallazgos en consejos que podrían desempeñar un papel importante en la atención médica", afirma Stamatakis.

"Si bien necesitamos realizar más investigaciones para establecer vínculos causales, este estudio sugiere que el momento de la actividad física podría ser una parte importante de las recomendaciones para el futuro manejo de la obesidad y la diabetes tipo 2, y la atención médica preventiva en general".

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