Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Cien años sin don Zoel

García de Galdeano, constructor de las redes sociales matemáticas españolas hace más de un siglo

Difundir, conectar y enseñar fueron los objetivos de su vida. Desde Zaragoza, con sus conexiones internacionales, abrió las puertas para que la matemática moderna entrara en España.

Acaban de cumplirse cien años del fallecimiento del matemático Zoel García de Galdeano.
Acaban de cumplirse cien años del fallecimiento del matemático Zoel García de Galdeano.
Pedro J. Miana

Cuando era pequeña, realmente la asignatura de Matemáticas no le llamaba la atención. "Percibía en ella algo muy rígido, nada creativo, pero conforme fui creciendo, me di cuenta de ese lado de las matemáticas que, como en todas las ciencias, está lleno de creatividad". Es lo que le fascinó. Marina Salamero Cebollero (Huesca, 2001) lo recuerda desde Sevilla, donde está haciendo un máster en Matemáticas después de haber terminado el grado por todo lo alto el curso pasado en la Universidad de Zaragoza. Al ser el segundo mejor expediente de su promoción (el primero obtiene el premio Fin de Carrera), en su currículum ya figura el premio García Galdeano. 

Sus preferencias se decantan por el álgebra, la geometría y la topología y, aunque a sus 23 años aún no tiene del todo claro a qué le gustaría dedicarse en el futuro, se ve "como investigadora y como profesora también, porque me gusta explicar y hacer que alguien entienda algo que de primeras le parecía difícil". De la biografía de Zoel García de Galdeano sabe poco más de que fue un matemático vinculado a la Universidad de Zaragoza, "pero curiosamente, ya desde el primer día de carrera me chocó ver su nombre en la biblioteca de Matemáticas, porque una de mis mejores amigas del colegio se apellidaba casi igual". 

Cien años después de su muerte, el premio anual "para un alumno brillante de la Facultad de Ciencias Exactas o Físicas", alternativamente, es parte de su legado. Dispuso el catedrático en su testamento una dotación de 500 pesetas (de las de los años veinte del siglo pasado), y así se hizo mientras duró el dinero; ahora el valor es otro. Al año que viene, como Marina, última receptora del García de Galdeano, quiere empezar el doctorado, "llegará el momento de pedir becas y, entre los méritos que se tienen en cuenta, este premio algo ayudará", confía. Pero la herencia de este matemático va mucho más allá, pues supo cultivar las relaciones internacionales, construir redes sociales, y conectó a España con la matemática moderna.

Retrato de Zoel García de Galdeano y Yanguas realizado en el estudio fotográfico José Yanguas y García (1911).
Retrato de Zoel García de Galdeano y Yanguas realizado en el estudio fotográfico José Yanguas y García (1911).
Patrimonio Cultural Universidad de Zaragoza

Tres amores

"Sus únicos amores fueron la matemática, la música y su querida Facultad de Ciencias, a la que hace ya algunos meses cedió su valiosísima biblioteca, seguramente la mejor biblioteca científica de España". Con estas palabras se despedía de Zoel García de Galdeano su colega Jerónimo Vecino en las páginas de Heraldo de Aragón el día después de su fallecimiento en Zaragoza a las nueve y media –detallaba la esquela– del 28 de marzo de 1924. 

Con una sola idea definía a la perfección aquella necrológica la obra científica de García de Galdeano: "Su amplitud de horizonte". Una amplitud que le llevaría a participar en congresos internacionales y a trabajar en conexión con colegas de diferentes países, convirtiéndose en impulsor de la modernización matemática de la España de finales del siglo XIX y principios del XX. "En su enciclopedia matemática puede verse la introducción en España de teorías tan importantes como el infinito de los conjuntos y las geometrías abstractas", concretaba Vecino. A García Galdeano, José Echegaray y Eduardo Torroja se les denominaba ‘los sembradores’.

De Pamplona a Zaragoza

Zoel García de Galdeano (Pamplona, 1846-Zaragoza, 1924) ejerció como catedrático de la Universidad de Zaragoza –ciudad a la que llegó de joven, con su madre y hermanas– durante más de tres décadas, desde 1889. Fue autor de casi dos centenares de publicaciones, fundó y dirigió la primera revista científica española dedicada exclusivamente a las Matemáticas, ‘El Progreso Matemático’. Primer presidente de la Real Academia de Ciencias de Zaragoza, tomó el relevo de Echegaray al frente de la Sociedad Matemática Española. 

Todo ello al tiempo que participaba activamente de la vida zaragozana, ya fuera asistiendo a las funciones de zarzuela del Teatro Principal, midiendo fuerzas al ajedrez con Santiago Ramón y Cajal o Bruno Solano o donando 5 pesetas para la nueva iluminación de la basílica del Pilar.

Zoel García de Galdeano, con barba, junto a profesores y alumnos del insituto de enseñanza secundaria de Toledo.
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Ciencias y letras

Zoel García de Galdeano estudió perito agrimensor y maestro de primera enseñanza; en 1871 ya era licenciado en Ciencias y Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza. Fundó el Instituto Libre de Calahorra y enseñó Matemáticas en institutos de Ciudad Real, Almería y Toledo (en la imagen, con barba, junto a profesores y alumnos), hasta que obtuvo la cátedra de Geometría de la Universidad de Zaragoza, que luego permutó por la de Cálculo Infinitesimal.
​Imagen: Colecciones históricas del IES El Greco (Toledo). Fondo fotográfico, Colectiva, 1883

Además de ser un ávido lector, Zoel García de Galdeano era aficionado a la música y al ajedrez. En octubre de 1919, el Casino de Zaragoza acogió el Torneo Nacional y, junto a las principales figuras del momento, allí aparece él retratado, en magnífica fotografía de Gustavo Freudenthal para las revistas ‘Nuevo Mundo’ y ‘La Ilustración Española y Americana’.
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Jaque mate

Además de ser un ávido lector, don Zoel era aficionado a la música y al ajedrez. En octubre de 1919, el Casino de Zaragoza acogió el Torneo Nacional y, junto a las principales figuras del momento, allí aparece él retratado, en magnífica fotografía de Gustavo Freudenthal para las revistas ‘Nuevo Mundo’ y ‘La Ilustración Española y Americana’.

Espíritu divulgador

No enunció ningún nuevo teorema porque, más que investigador, fue un divulgador que encarnó el espíritu modernizador y europeísta en las décadas de la Edad de Plata de la ciencia española. Casi siempre de su propio bolsillo costeaba la asistencia a congresos fuera de España, la pertenencia a sociedades matemáticas extranjeras, la edición de libros y revistas matemáticas y la compra de modelos geométricos de escayola, un moderno apoyo didáctico en tres dimensiones.

El 3D del XIX. La Universidad de Zaragoza posee 40 modelos geométricos de escayola fabricados en Alemania por Martin Schilling y donados por García de Galdeano, defensor de las figuras para comprender la geometría. Una colección única en España. Fueron restaurados en 2012 bajo la coordinación científica de Maite Lozano y Julio Bernués.
El 3D del XIX. La Universidad de Zaragoza posee 40 modelos geométricos de escayola fabricados en Alemania por Martin Schilling y donados por García de Galdeano, defensor de las figuras para comprender la geometría. Una colección única en España. Fueron restaurados en 2012 bajo la coordinación científica de Maite Lozano y Julio Bernués.
Patrimonio Cultural de la Universidad de Zaragoza

Su mayor empeño fue "diseminar el conocimiento –considera Pedro J. Miana, director del Instituto Universitario de Investigación de Matemáticas y Aplicaciones y uno de los investigadores que ha estudiado su figura–. No fue investigador propiamente dicho, pero formó a otros que sí lo fueron, como Julio Rey Pastor, su discípulo más brillante, y escribió tratados de matemáticas que vendía o donaba". 

En 1891 funda Zoel García de Galdeano la primera revista matemática española, ‘El Progreso Matemático’, que tuvo más suscriptores extranjeros que españoles y abrió la puerta a interesantes intercambios de publicaciones. Duró lo que dio de sí su sueldo.
En 1891 funda Zoel García de Galdeano la primera revista matemática española, ‘El Progreso Matemático’, que tuvo más suscriptores extranjeros que españoles y abrió la puerta a interesantes intercambios de publicaciones. Duró lo que dio de sí su sueldo.

Destaca su interés por mejorar la enseñanza de las matemáticas, recomendando autores y obras específicas para aplicar incluso en enseñanza primaria, según ha estudiado Ana Millán Gasca, profesora de la Università degli Studi Roma Tre, con el objetivo de "aprender entendiendo y de manera intuitiva", evitando el rechazo de los niños ante un aluvión de reglas aprendidas de memoria .

Su espléndida biblioteca particular fue su verdadero tesoro, con más de 2.000 títulos sin contar las revistas, que él mismo valoró: "Me he gastado próximamente 7.000 duros en mi biblioteca matemática. Me he gastado próximamente 7.000 duros en mis publicaciones de propaganda. Y vivo con privaciones que otros no tienen" –el salario anual de un catedrático de universidad no superaba entonces los mil duros–. 

La comisión que recogió a su muerte sus pertenencias en la vivienda de la calle de Cervantes que le facilitó en sus últimos años la universidad (las tres plantas sin ascensor del Coso donde vivió durante décadas eran demasiado para una persona mayor) encontró el piso abarrotado de papeles y libros. Su legado fue la semilla que dio lugar a la formación, en 1950, de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, con un reseñable fondo antiguo del siglo XIX. Medio centenar de ejemplares lucen dedicatorias manuscritas de matemáticos de la talla de Georg Cantor y Felix Klein.

La movilidad internacional y la asistencia a congresos forma parte actualmente del día a día de la ciencia, pero García de Galdeano sería en esto pionero, al ser el primer matemático español contemporáneo que participó activa y asiduamente en congresos internacionales y en organismos directivos de la comunidad matemática internacional.

El 8 de agosto de 1900, cuando David Hilbert pronunciaba la conferencia de matemáticas más famosa e influyente de todos los tiempos en el Congreso Internacional de Matemáticos de París: ‘Sur les problèmes futurs des Mathèmatiques’, allí, entre el auditorio de la Sorbona, se encontraba García de Galdeano. Por la tarde, en esa misma sala, presentaba él su comunicación .

Y ya que el correo postal era el internet de la época, García de Galdeano cultivó a lo largo de toda su vida su participación activa en la comunidad matemática internacional a través de una rica correspondencia, en francés con sus destinatarios internacionales. La carta más antigua localizada –según han investigado Miana y Antonio M. Oller– data de 1885, cuando era catedrático del Instituto de Secundaria de Toledo; mientras que la más tardía está fechada en 1921, tres años después de su jubilación como catedrático de Cálculo Infinitesimal en la Universidad de Zaragoza. 

Carta del matemático Zoel García de Galdeano al matemático francés Charles-Ange Laisant.
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Mi estimado amigo y colega

Miles de cartas procedentes de medio mundo debieron de llegar al Coso, 99, 3º, domicilio de García de Galdeano. No se conservaron, aunque sí borradores en los archivos de sus remitentes y algunas de las enviadas por él. Ha seguido su rastro, entre otros, la investigadora Elena Ausejo. Esta, dirigida al matemático francés Charles-Ange Laisant, fue adquirida a un anticuario galo por Pedro J. Miana.

Se escribe con David Hilbert, Felix Klein, Ernst Cesàro o Charles-Ange Laisant, también con Marcelino Menéndez Pelayo y Santiago Ramón y Cajal. En algunos casos de larga conexión epistolar, como con Gomes Teixeira, García de Galdeano se dirige en febrero de 1891 al portugués como "Muy señor mío y de mi más distinguida consideración…", mientras que en diciembre de 1905, ya es "Mi estimado amigo y colega…".

Toda esta incansable labor como tejedor de contactos nacionales y extranjeros dio frutos como la visita a Zaragoza en 1921 del matemático Jacques Hadamard, con quien había coincidido el catedrático de Unizar en numerosos congresos internacionales celebrados en Zürich (1897), París (1900), Heildelberg (1904), Roma (1908), Cambridge (1912) y Estrasburgo (1920). A su muerte, Hadamard envía a la Universidad de Zaragoza una carta de pésame por la pérdida del "vénéré professeur", que se conserva en el expediente personal de Zoel García de Galdeano en el Archivo Histórico de la Universidad.

Solterón, peculiar, García de Galdeano, don Zoel, tenía tal amor por la docencia que, dicen, no faltó jamás a clase, ni por enfermedad. Con sencillos y elocuentes trazos Luis Pablo Sanz Lafita, joven estudiante de Químicas conocido artísticamente como Rodio, captó la personalidad de este y otros profesores de la facultad.
Solterón, peculiar, García de Galdeano, don Zoel, tenía tal amor por la docencia que, dicen, no faltó jamás a clase, ni por enfermedad. Con sencillos y elocuentes trazos Luis Pablo Sanz Lafita, joven estudiante de Químicas conocido artísticamente como Rodio, captó la personalidad de este y otros profesores de la facultad.
Luis Pablo Sanz Lafita, Rodio

Genio y figura en el aula

Don Zoel, como se le llamaba en la Facultad, no pasaba desapercibido en las aulas. En una conferencia, el matemático José Javier Etayo Miqueo refería como verosímil que, en sus clases, cada vez que don Zoel culminaba la demostración de un teorema con el habitual "como queríamos demostrar", los estudiantes aplaudían. Hasta que un día, tras la explicación, se hizo el silencio. Extrañado, les preguntó si es que no habían entendido la demostración, pero la razón era que el rector les había prohibido aplaudirle, lo que desató la ira de don Zoel: "¡Claro, pura envidia! Como a él no le aplauden porque no hay quien lo entienda, no soporta que les gusten mis lecciones". Como Etayo no pudo conocerlo, tímidamente recogía de oídas su fama de poder dar el do de pecho... y de darlo si los alumnos le provocaban "hasta tumbado encima de la mesa". Momento musical junto al de las 12 del mediodía, cuando su alumnado cantaba el ‘Bendita y alabada’ a coro con la megafonía del Pilar.

Tan singular y melómano personaje de la vida zaragozana asoma en la copla que, firmada por Melinardo, se publica en ‘El Diario de Avisos de Zaragoza’ el 5 de diciembre de 1907, sección ‘Murmuraciones’: "Anoche en el Principal, / cantó Bergés su papel / de un modo tan colosal... / ¡que entusiasmó a don Zoel!".

La sensación personal de Miana es que "fue un solitario, un amante de las matemáticas muy valiente, que supo ver lo que había que hacer para poner al primer nivel las matemáticas en España: mantener contacto con el extranjero, escribir, divulgar y formar a futuros investigadores". Cien años después de su muerte, "se ha ido perdiendo su figura; quedan la calle que el alcalde Gonzalo González Salazar, amigo personal de García de Galdeano, le dedicó en Zaragoza en abril de 1925; la biblioteca, el premio, la colección de figuras geométricas, el documental que se hizo en 2017..., pero si, en vez de quedarse en provincias, se hubiera ido a Madrid y hubiese investigado, seguro que tendría un mayor reconocimiento".

Enamorado de su carrera, vivió su jubilación como una "inmensa desgracia", se sentía "un desterrado de la enseñanza". Tras resistirse todo lo que pudo, el 18 de mayo de 1918 se despide de sus alumnos con una carta en la que relaciona la ciencia con la poesía, la filosofía y el arte y declara: "La ciencia es higiene del alma y uno de los caminos de la virtud, porque nos aproxima a la bondad, alejándonos de la materia".

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