RELIGIÓN

Luis Argüello encabeza los pronósticos para presidir la Conferencia Episcopal

La jerarquía católica vota el martes al sucesor del cardenal Omella en un contexto en el que moderados y conservadores acaparan dos tercios de los votos.

Luis Argüello, portavoz de la CEE, tras la reunión de este viernes.
Luis Argüello, portavoz de la CEE, en una imagen de archivo.
Fernando Villar

El aperturismo del Papa Francisco y su apuesta por las reformas en el seno de la Iglesia católica no ha calado mucho en el episcopado español. Es más, hay obispos claramente hostiles al mandato del pontífice argentino.

El penúltimo ejemplo de la resistencia de los prelados españoles a las actuaciones del Papa es la posibilidad de que los sacerdotes puedan bendecir sin ritos a las parejas homosexuales. Los conservadores harán valer su peso la semana que viene durante la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal, en que se abordará la renovación de la cúpula católica.

Por edad y estatutos, el actual presidente, el aragonés Juan José Omella, no puede presentarse a la reelección. Los obispos moderados y conservadores conforman una mayoría de aproximadamente dos tercios, de modo que el sector progresista, que aglutina unos 20 mitrados, tiene muy limitadas sus opciones.

En este contexto, el favorito para suceder a Omella es el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello. Dentro de la facción más abierta a los cambios, no acaba de emerger un hombre dispuesto a dar el paso. El arzobispo de Madrid, José Cobo, el preferido por el Papa para liderar la Iglesia española, es consciente de su debilidad y cree que no es el momento adecuado para abanderar el cambio.

Luis Argüello, el favorito en los pronósticos para suceder a Omella, es bien conocido por la opinión pública. Ha sido secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, mandato durante el que se distinguió por minimizar la pederastica eclesial. Destacan de él que es un hombre culto e inteligente, con la suficiente capacidad dialéctica para lidiar con la prensa.

El mismo Bergoglio le reconoció esa habilidad: "Cuando te jubiles tienes que venir a Roma para participar en el equipo de fútbol, porque gambeteas [regateas] muy bien a los periodistas". Argüello defiende la actuación de los católicos en la vida pública y se le tiene por un hombre que reivindica la necesidad de que la Iglesia no se arredre en la batalla cultural frente al laicismo. Por si cupiera alguna duda, está dispuesto, y así lo ha hecho público, a aceptar el envite de comandar a la jerarquía eclesiástica durante los próximos cuatro años.

Los mitrados conservadores, que representan un tercio de la asamblea plenaria, cada vez andan más desacomplejados y no se amilanan en mostrar sus discrepancias con el obispo de Roma, como es el caso de Jesús Sanz (Oviedo) o José Ignacio Munilla (Orihuela-Alicante). Dos obispos radicales, y por ello, con pocas posibilidades de ascender en la jerarquía de la Iglesia hasta la presidencia, aunque hay quien quiere promocionar al de Oviedo a la vicepresidencia.

Cobo, en el sector progresista, ha irrumpido en el episcopado con la fuerza de ser un hombre catapultado por Francisco. Sin embargo, pese a su pujante carrera, no le ha dado tiempo de desarrollar un liderazgo sólido y de demostrar su valía. Cobo es consciente de este hecho y ha dado señales de la conveniencia de que otro candidato encabece una tercera vía. El problema es que no hay mucho donde escoger, al menos para convencer al sector moderado, que es el que a la postre inclinará la balanza.

Poca influencia social

A favor de Cobo, arzobispo de Madrid, cuenta el hecho de que es relativamente joven, tiene 58 años, y dispone de un puesto asignado en la comisión ejecutiva de Conferencia Episcopal y de otro en el dicasterio de Obispos, al que Francisco ha encargado la misión de renovar el episcopado español, un organismo con cada vez menos influencia social.

Para deshacer la imagen de división y discordia los obispos pueden optar por una tercera vía, pero el hombre en el que se piensa, Joseba Segura, obispo de Bilbao, no parece que entusiasme a los moderados, mitrados prudentes y grises, que necesitan tiempo para digerir los cambios. Otro hombre capaz de suscitar consenso, alineado con el espíritu reformista y con ascendente entre sus pares es el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto, aunque acaba de llegar al cargo

En el caso de que los mitrados no quieran desairar al Papa eligiendo a una cúpula dirigente netamente conservadora, siempre cabe la posibilidad de que Cobo lance un mensaje en clave con el que diga que esta dispuesto a aceptar la vicepresidencia, una hipótesis a la que Argüello no se negaría.

La votación de sondeo que tendrá el lunes será determinante para ver por dónde van los tiros. El martes por la mañana se realizará la votación definitiva. El candidato deberá gozar de mayoría absoluta y, si no cuenta con los votos necesarios, podrán hacerse hasta tres votaciones. En la tercera se podrá optar únicamente entre los dos candidatos que más apoyos hayan conseguido en la segunda votación y, en caso de empate, se elegirá al de mayor edad.

Además del puesto de presidente, los obispos renovarán también el cargo de vicepresidente de la Conferencia Episcopal que actualmente ejerce Carlos Osoro, los miembros de la Comisión Ejecutiva, los presidentes de las Comisiones episcopales, el presidente del Consejo Episcopal para los Asuntos Jurídicos, los miembros del Consejo Episcopal de Economía y los presidentes de las subcomisiones.

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