Los hombres matan dieciséis veces más a su pareja que las mujeres

La mitad de las investigaciones judiciales contra los maltratadores que acaban matando se cierran tras desistir la víctima de la acusación.

Imagen de archivo.
Los hombres matan dieciséis veces más a su pareja que las mujeres
Pixabay

El informe elaborado por el Observatorio contra la Violencia de Género deja sin argumentos a quienes aún hoy se empeñan en llevar la contraria a las leyes y al Tribunal Constitucional y aseguran que la violencia machista es un invento y que todas las agresiones en el ámbito de la pareja son simple violencia doméstica, sin más.

El organismo dependiente del Consejo General del Poder Judicial, en un análisis pormenorizado de todos los crímenes en el ámbito de la pareja ocurridos el año pasado, concluye que los hombres matan a sus esposas o exparejas dieciséis veces más que las mujeres a sus maridos o excompañeros. El documento recoge que mientras 49 mujeres perdieron en 2022 en España la vida a manos de sus compañeros sentimentales presentes o pasados, ellas solo mataron a tres de sus parejas. En concreto, las víctimas fueron dos hombres con los que las homicidas convivían y una mujer (una de las parejas era de lesbianas). Tenían una media de 60 años. En las tres ocasiones el arma fue un cuchillo y se trató de relaciones sin hijos.

Y ahí termina la violencia extrema de pareja ejercida por mujeres. El 95% de los crímenes ocurridos en 2022 en el hogar, 49 de los 52 registrados, fueron violencia de género. El verdugo fue un hombre y el cadáver el de una mujer. Sin entrar en las decenas de miles de denuncias por maltrato reiterado, una española fue asesinada cada semana por su marido o exnovio. Eso sí, junto a 2021, el pasado fue el año con menos crímenes machistas de las últimas dos décadas. Un dato positivo que, no obstante, por ahora parece solo un espejismo, pues a falta de cuatro días para que concluya 2023 van 55 asesinadas por sus compañeros sentimentales este año, una cifra ya en la media habitual del último decenio. Los crímenes dejaron 37 menores huérfanos y solo se libraron de este drama Asturias, Baleares, Cantabria, Galicia y La Rioja. La mayor tasa de asesinadas, el triple de la media nacional, se dio en Castilla-La Mancha.

Otro dato tan atípico como positivo registrado en 2022 fue que el 41% de los homicidas de género habían sido denunciados, muy por encima del 25% de media de años anteriores. Eso permitió a los expertos del Poder Judicial hacer un análisis más extenso y profundo sobre dónde pueden estar algunas las claves y medidas a mejorar en la atención y protección a las víctimas para tratar de minimizar los homicidios machistas en el futuro próximo. Eso sí, el mérito de este nivel inédito de denuncias es de la propia víctima, en el 68% de los casos, y de la policía, en el 25%. La denuncia de familiares, vecinos o allegados no se dio ni en el 10% de las ocasiones.

Dos fallas en el sistema

De este estudio se deducen al menos dos problemas. Que hay que mejorar el sistema policial VioGén que valora el riesgo potencial que corren las denunciantes y que hay que tomar medidas (sociales, económicas, jurídicas, de concienciación, etcétera) para que las víctimas se sientan empoderadas y más protegidas y no desistan en tal altísima proporción de la acusación contra sus maltratadores.

El VioGén solo fue capaz de detectar riesgo alto o extremo en las circunstancias personales y familiares que rodeaban a una de cada seis mujeres cuya pareja o excompañero fue denunciado por maltrato y terminó por matarlas. De los 17 casos mortales en que en 2022 consta valoración por este sistema solo en dos se apreció riesgo alto y en uno extremo. En cuatro no se vio riesgo alguno, en cinco parecía bajo y en los otros cinco, medio.

En su descargo hay que subrayar que, a las dificultades a las que se enfrenta el análisis policial, hay que sumar que en nada ayuda que muchas de las mujeres denunciantes que acabaron asesinadas contribuyesen a cerrar las investigaciones judiciales y las vigilancias contra quienes acabaron siendo sus verdugos. Tres de cada diez de estas mujeres pidieron la retirada de las medidas de protección contra el agresor dictadas por el juez y solo una de cada tres ratificó ante el magistrado la denuncia que había interpuesto. Pero, lo que es aún mucho más grave, algo más de la mitad de las mujeres que después terminaron muertas, el 52%, renunció ante el tribunal a ejercer acciones penales contra su maltratador o se acogió a su derecho a no declarar contra él. El resultado de este paso atrás, al que no suelen ser ajenos el miedo, el desamparo, la dependencia o la falta de apoyo familiar de las víctimas, permitió que en 2022 el 85% de los procesos de los que se retiró la maltratada terminasen sobreseídos, con el agresor libre y sin controles.

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