Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Enfermedad del ciervo zombie: ¿Puede llegar a Aragón? ¿Y afectar a los humanos?

Un agente priónico mortal produce la enfermedad de la caquexia crónica en venados y alces. Se ha propagado en Estados Unidos, Canadá y países del norte de Europa, y los científicos lo investigan.

Los ciervos son la especie cinegética más afectada por la enfermedad hemorrágica.
Un ejemplar de ciervo.
J. Manzano

Cuando un ciervo anónimo murió el pasado mes octubre en el Parque Nacional Yellowstone en Estados Unidos, a nadie le llamó la atención. Pero la caquexia crónica (CWD, por sus siglas en inglés), una extraña enfermedad debilitante causada por priones (agentes patógenos anormales y transmisibles), ya preocupaba a los cazadores, que habían detectado algunos ejemplares de este animal comportándose de manera extraña.

Los priones provocan cambios en el cerebro y el sistema nervioso de los ciervos, dejándolos babeando, letárgicos, demacrados y con una reveladora mirada en blanco que llevó a algunos a llamarla ‘enfermedad del ciervo zombie’, mortal y sin tratamiento ni vacunas. 

Poco después aparecieron ejemplares afectados de ciervos, alces y renos en países como Canadá, Noruega, FinlandiaSuecia o incluso Corea del Sur, lo que puso en alerta a la comunidad científica. Los científicos no tienen muy claro cómo se propaga. La mayor parte de ellos sostiene que la propagación es directa e indirecta, lo que significa que podría transmitirse por contacto animal a animal, pero también a través de heces y orina, saliva, agua potable contaminada o alimentos, entre otros posibles métodos. Y si bien el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos afirmó que en la actualidad no hay pruebas de que la caquexia crónica pueda infectar a los seres humanos o a animales domésticos, la preocupación está ahí. ¿Podría llegar a transmitirse? ¿Ha llegado a España? Concretando todavía más… ¿Hay casos en Aragón?

"No está demostrado que la enfermedad pueda saltar a los humanos", tranquiliza Rosa Bolea, vicerrectora de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, catedrática e investigadora del Centro de encefalopatías y enfermedades transmisibles emergentes. Aún más, la experta asegura que no hay motivos para la alarma, aunque sí es cierto que la enfermedad se investiga en los laboratorios para saber más sobre ella y poder atajar hipotéticos problemas futuros. "Los científicos generan modelos sensibles en ratones para valorar los riesgos que pudieran darse, pero estos modelos se fuerzan, no se dan de forma natural", concreta Bolea. Y no, no hay casos en el sur de Europa, ni mucho menos en Aragón.

Tras conocerse los casos de caquexia crónica en los ciervos, el codirector del programa del Centro de investigación y política de enfermedades infecciosas de Estados Unidos, Cory Anderson, alertó del riesgo de que se produzcan contagios del ganado a personas: "El brote de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido proporcionó un ejemplo de cómo, de la noche a la mañana, las cosas pueden volverse caóticas", sostuvo al diario británico ‘The Guardian’. En el Reino Unido, cerca de 200.000 vacas presentaron síntomas como temblores, cambios de comportamiento y pérdida del equilibrio, hasta llegar a la muerte. En España fueron cerca de un millar. Las personas que ingirieron productos bovinos contaminados sufrieron la variante de la enfermedad de Creutzfeld-Jackob, una patología neurodegenerativa sin cura. En todo el mundo resultaron afectadas 226 personas, cinco de ellas en España.

Consumo de carne contaminada

Bolea, sin embargo, descarta esa posibilidad. "El agente que produce la enfermedad del ciervo zombie se parece al de las vacas locas, sí, y también al scrapie", una enfermedad degenerativa fatal que afecta al sistema nervioso de las ovejas y las cabras. El scrapie no es transmisible a las personas, y aunque sí es cierto que la enfermedad de las vacas locas saltó a los humanos, lo hizo porque estos animales fueron alimentados con pienso elaborado con harina de carne y huesos de ovejas infectadas. El organismo de la vaca, que en origen no tiene el prión que desencadena la enfermedad, lo modificó, lo que facilitó su transmisión. 

Con la temporada de caza en curso en los Estados Unidos, los centros de prevención de enfermedades y los estados individuales recomiendan la revisión de animales de caza para detectar enfermedades y la precaución al consumir carne de cérvidos. Por su parte, la Alianza para la Vida Silvestre Pública de aquel país estima que la carne de entre 7.000 y 15.000 animales infectados con caquexia crónica se come cada año sin que sus consumidores lo sepan. "Por ahora no hay casos de transmisión a humanos -reitera Bolea-, y el riesgo no es alarmante, pero siempre hay que estar preparados".

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