Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Gazapos de ciencia y cine

En la película 'Venom: habrá matanza’: ¿qué fue primero: los sesos o las gallinas?

Es del todo comprensible que Venom se suba por las paredes teniendo en cuenta que solo puede alimentarse de los diminutos cerebros de gallinas idiotas y chocolate. Lo irónico es que el único motivo por el que tiene una dieta tan restringida es por falta de seso

Fotograma de la película ‘Venom: habrá matanza’ (Andy Serkis, 2021).
Fotograma de la película ‘Venom: habrá matanza’ (Andy Serkis, 2021).
Sony Pict., Marvel Ent., Pascal Pict., Tencent Pict. Disney+

Eddie y su simbionte Venom todavía están intentando descubrir cómo vivir juntos y superar su ruptura con Anne, cuando Carnage, un psicópata que está en el corredor de la muerte, logra escapar tras infectarse de otro simbionte, provocando una masacre a su paso que solo la pareja protagonista podrá detener.

Descubre el gazapo de ciencia escondido en este diálogo de la película  ‘Venom: habrá matanza’ (’Venom: let there be carnage’), dirigida en 2021 por Andy Serkis, con guion de Kelly Marcel y Tom Hardy (Eddie Brock/Venom); Woody Harrelson (Carnage) y Michelle Williams (Anne) en el reparto.

El diálogo 

  • –Necesito ser libre: sentir el viento en el pelo y arena entre los dedos de los pies –se quejó Venom.
  • –Tú no tienes pelo –replicó Eddie.
  • –¡No estás escuchándome!
  • –Sí, te escucho.
  • –No puedo seguir viviendo así, me muero de hambre –protestó amargamente el extraterrestre-No puedo vivir solo base de gallinas y chocolate. ¡Necesito sesos!
  • –Las gallinas tienen sesos.
  • –Discrepo rotundamente. Mira esas pobres idiotas –dijo en alusión a las dos gallinas que habían adoptado como mascotas (y recurso alimenticio de emergencia)–: sesos diminutos.
  • –Venga tío, no es culpa suya que tú vivas a base de fenila… –dijo Eddie vacilando al aludir a la base de la alimentación del simbionte.
  • –Feniletilamina.
  • –Sí, eso…
  • –Te lo he dicho un montón de veces porque solo se encuentra en el cerebro y el chocolate.
  • –Vale, ¿qué te parece esto?: vives en mi cuerpo, vives según mis reglas –y con ello Eddy zanjó la discusión y dejo claro que comerse las cabezas de los malos no era una opción contemplable».

El gazapo

No deja de ser sintomático que la capacidad cerebral de las gallinas sea el foco de la discusión entre los dos cabezas de chorlito protagonistas –para todo aquel que no lo sepa, el chorlito es un ave–. O, puesto en activa, que sean dos cabezas de chorlito quienes discuten sobre sesos de gallina.

Y espera a que el alienígena se entere de que se está sometiendo –o está siendo sometido– a una dieta de lo más restrictiva de forma gratuita o absurda, ya que en realidad el chocolate y el cerebro no son las únicas fuentes de feniletilamina disponibles (y accesibles y asequibles). De hecho, es de lo más discutible que el cerebro de las gallinas, de los chorlitos y de las aves en general pueda considerarse como tal. Habrá matanza… y rodarán (y se devorarán) cabezas. 

Es momento de poner la ‘fenila…’ esa sobre la mesa: desde un punto de vista químico, la feniletilamina es una monoamina aromática –y esto es importante para lo que vendrá luego–; esto es, una molécula con un grupo amino y un anillo aromático (o bencénico). 

Desde un punto de vista fisiológico, la feniletilamina es una amina traza, es decir, una molécula presente en cantidades muy pequeñas en el cerebro de los mamíferos y que actúa como neurotransmisor estimulante del sistema nervioso central. 

Finalmente, y para completar el cuadro, desde un punto de vista bioquímico, la feniletilamina es un compuesto endógeno, es decir, que el organismo de los mamíferos sintetiza a partir del aminoácido L-fenilalanina. Un metabolito que además tiene una vida media muy breve; de modo que una vez puesto en circulación en seguida es matabolizado a otros compuestos. Lo que justifica la necesidad de Venom de comerse los sesos cuando su portador aún está vivito y coleando.

Lo anterior también explica porqué Venom se tiene que contener para no zamparse los sesos de cuanta persona le sale al paso y de clamar a Eddie que al menos le deje comerse los cerebros de los malos. Lo que ya no explica es por qué ante la negativa de su anfitrión –que al fin y al cabo es el que establece las reglas–, encomienda su alimentación a sesos de gallina cuando se ha dicho que la feniletilamina es una amina propia de los mamíferos. ¿Por qué no alimentarse entonces con sesos de conejos, o mejor aún cabras, vacas o cerdos que, además de ser mamíferos igualmente criados y hacinados en granjas, tienen cerebros apreciablemente más grandes (y los últimos incluso son protagonistas de la matanza)?

Por otro lado, y de vuelta al consumo de sesos humanos, mejor los de individuos tratados con algún antidepresivo inhibidor de la monoaminoxidasa que, como su nombre indica, es la enzima que degrada las monoaminas (¿ves como ese detalle era importante?).

El chocolate marida bien con vino

Pero aguarda, que nos hemos dejado lo mejor para el postre: y es que, aunque el chocolate –y en general el cacao y sus derivados, más si aquel ha sido previamente tostado– sí es la principal fuente dietética de feniletilamina, no es ni mucho menos la única. También está presente en otros alimentos, especialmente –atendiendo a su concentración– en el vino, el queso (sobre todo los madurados y enmohecidos) y productos fermentados como el chucrut o el natto (soja fermentada).

Pero que Venom no esté disfrutando del queso, la ternera, el cerdo o el cordero, todo ello bien regado con vino, no es lo peor. Lo peor es que la feniletilamina está disponible como principio activo de suplementos para estimular el cerebro y aumentar la capacidad de concentración.

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