Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Pioneras de la geología que desafiaron los límites

La geología se ha considerado históricamente una disciplina solo para hombres, hoy conoceremos a las primeras que abrieron camino.

Varias mujeres realizan labores típicas de la geología en esta ilustración del XIX.
Varias mujeres realizan labores típicas de la geología en esta ilustración del XIX.
John Leech

De entre todas las disciplinas científicas, la geología es probablemente una de las más olvidadas, no solo en cuanto a contenidos, sino también en cuanto a aportaciones llevadas a cabo por mujeres. Sin embargo, es una de las ramas de la ciencia más importantes y a ella recurrimos cada vez que hay alguna catástrofe natural. Sin ella no habríamos sido capaces de encontrar yacimientos minerales de los que extraemos los elementos que se emplean para fabricar nuestros teléfonos móviles ni tampoco sabríamos dónde encontrar petróleo o gas natural.

En la actualidad, cualquier persona que lo desee puede estudiar Geología en alguna de las universidades que ofrecen este tipo de estudios. Por desgracia, esto no siempre fue así y, en el pasado, muchas mujeres vieron cómo les intentaron cortar las alas en cuanto empezaron a mostrar algo de interés en la materia.

Nos costaría mucho imaginarnos a una mujer que viviera hace un par de siglos, con un pomposo vestido con mucho vuelo, sorteando rocas y acantilados a su paso, y más si a la vez tenía que ir esquivando las manos y miradas de posibles e indeseadas compañías. Tampoco estaba nada bien visto que una mujer viajase sola, y mucho menos que se adentrara en zonas peligrosas sin la compañía de un hombre que la protegiera. Y, desde luego, en muchos países tampoco tenían acceso a estudios superiores. Por estos, y otros muchos motivos, el número de mujeres que se dedicaron a la geología antes del siglo XVIII, aunque fuera de manera tangencial, es casi insignificante si se compara con el de hombres.

Pocas mujeres y muchos hombres en una de las excursiones del Congreso Internacional de Geología de Toronto celebrado en 1913.
Pocas mujeres y muchos hombres en una de las excursiones del Congreso Internacional de Geología de Toronto celebrado en 1913.
Actas del XII Congreso Internacional de Geología

Afición y academia

Podemos agrupar a las mujeres que se dedicaron a la geología en el pasado en dos bloques. Por un lado, estarían las aficionadas, aquellas que se dedicaron a la geología como forma de entretenimiento o por herencia familiar. Por otro, estarían aquellas que tenían un interés de corte más académico, que incluso intentaban publicar sus hallazgos en revistas y participar en congresos científicos.

Charlotte Murchison, eliminando la oscuridad que cubre el mundo con su luz, en una litografía de H. T. de la Beche (1832)
Charlotte Murchison, eliminando la oscuridad que cubre el mundo con su luz, en una litografía de H. T. de la Beche (1832)
Science Museum Photographic Archive

En el primer grupo predominan las mujeres que se dedicaban a ayudar a sus esposos o familiares (casi todos geólogos) en sus labores de campo, ilustrando sus trabajos o tomando notas para ellos. Charlotte Murchison fue una de ellas, acompañaba a su marido en sus excursiones, recogía fósiles y hacía ilustraciones para sus artículos y libros. Otra fue Mary Horner Lyell, la esposa de Charles Lyell, uno de los fundadores de la geología moderna. El trabajo de estas mujeres no siempre fue bien valorado, pero su presencia fue muy notable en distintos países. Aunque no se puedan llamar geólogas, sin sus aportaciones ni su estrecha colaboración probablemente muchos de ellos no habrían llegado tan lejos.

Retrato de Mary Horner Lyell.
Retrato de Mary Horner Lyell.
‘Life, Letters and Journals of Sir Charles Lyell’ (1881).

En el segundo grupo destacan, entre otras muchas, Florence Bascom, Mignon Talbot o Catherine Alice Raisin, primeras mujeres en dar clases de geología en universidades de Estados Unidos y Reino Unido. A este grupo pertenecen también todas aquellas que se animaron, a contracorriente, a publicar libros de divulgación para jóvenes sobre geología o geografía, una de las pocas salidas que tenían para dar difusión a sus conocimientos.

Casi ninguna de estas mujeres lo tuvo precisamente fácil. Los problemas a los que se tuvieron que enfrentar fueron muchos y muy variados. No nos puede extrañar que muchas procedieran de familias con posibles, o que no se casaran ni tuvieran hijos. De las que sí lo hicieron, algunas tuvieron que dejar sus estudios o investigaciones tras la boda para quedarse en casa o cuidar a los hijos, truncando así sus carreras. Otras se tuvieron que enfrentar a la radical oposición a que estudiaran en la universidad, lo que les cerraba muchos caminos, y también al desprecio de su trabajo por parte de sus propios compañeros de profesión. No siempre tenían permitido hacer las mismas tareas que los hombres o tuvieron que conformarse con trabajar en una oficina. Muchas fueron, irónicamente, las ‘piedras’ que se fueron encontrando por el camino y que les impedían avanzar. Y, por desgracia, si algo podemos deducir de toda la historia de las mujeres en la geología, es que estas mismas piedras se fueron repitiendo una y otra vez casi hasta llegar a nuestros días. La situación actual es diferente, las mujeres ya pueden estudiar y dedicarse a la geología, aunque todavía queda bastante camino por recorrer hasta alcanzar la paridad total.

Gerentes de minas y buscadoras de yacimientos minerales

La primera mujer que podemos relacionar con la geología es Hildegarda de Bingen (1098-1179). Conocida por haber sido abadesa, además de compositora, filósofa, naturalista y escritora, dedicó parte de su vida a cuidar enfermos y para ello, entre otros remedios, empleó distintos minerales. Por ejemplo, la esmeralda se recomendaba a personas con dolencias en el corazón, estómago o costado. Claramente, la visión que tenemos hoy en día tanto de la medicina como del uso de los minerales es muy diferente, pero no por ello deja de ser una de las primeras veces que una mujer mostró interés en este tema, aunque fuera de esta peculiar forma.

Un caso único en Europa

Varios siglos después, en Alemania, nacía Barbara Uthmann (1514-1575). Su familia tenía una estrecha relación con el sector de la minería. Su marido fue gerente de varias minas y pozos y, tras su muerte, fue ella la que tomó el relevo. Probablemente se trató de un caso único en Europa, aunque no había ninguna norma que impidiera que una mujer estuviera a cargo de este tipo de empresas. Desempeñó esta labor hasta pocos años antes de su muerte, cuando tuvo que vender casi todo su patrimonio.

Acusada de brujería

Martine de Berterau (1578-1643) nació en Francia y, junto a su marido, recorrió el mundo en busca de yacimientos minerales. Publicó varios libros y en ellos dejó escritos muchos de los problemas a los que se tuvo que enfrentar en su día a día por ser mujer. Sus inquietudes tampoco carecían de base; en un pequeño pueblo de Bretaña donde estaban buscando yacimientos, fue acusada de brujería. Esta misma acusación se repitió años después y terminó encerrada en un castillo junto a una de sus hijas hasta su muerte.

‘La señorita instruida o sea Manual del bello sexo’

Los maestros y las institutrices eran los principales proveedores de conocimientos científicos para los más jóvenes. Podían hacer uso de libros con lecciones de corte más tradicional y de otros escritos a modo de conversaciones en los que los distintos temas se iban encadenando de forma natural y en un contexto cotidiano. Algunas mujeres recurrieron no solo a leer estos libros, sino también a escribirlos.

Durante el siglo XIX se hicieron muy populares los libros de divulgación científica y, en particular, destacan algunos escritos por mujeres como Jane Marcet o Maria Hack. En el caso de esta última, escribió ‘Bocetos geológicos y atisbos de la antigua Tierra,‘ una conversación entre un adolescente y su madre en la que se habla de los restos de ictiosaurios descubiertos por Mary Anning unos años antes. 

Otra divulgadora fue Delia Woodruff Godding, quien publicó el libro ‘Primeras lecciones de geología’, en el que se explica cómo es la Tierra, cómo se forman las rocas y minerales o cómo funciona un volcán. 

En España también tenemos un ejemplo de este tipo de obras, ‘La señorita instruida o sea Manual del bello sexo’, publicado en 1855, escrito por Felipa Macsima de Cabeza. Aunque en el primer volumen aparecen lecciones sobre costura y bordado, en el segundo sí se mencionan temas de geología y mineralogía, de forma muy simplificada y sencilla.

Lámina de fósiles realizada por Teresa Madasú que aparece en la obra de Lucas Mallada.
Lámina de fósiles realizada por Teresa Madasú que aparece en la obra de Lucas Mallada.

La zaragozana Teresa Madasú, una ilustradora de excepción

De todas las mujeres que podemos relacionar con la geología en España, hay algunas que nacieron o desarrollaron parte de su carrera en la Comunidad de Aragón.

Una de las primeras fue Teresa Madasú y Celestino, nacida en Zaragoza (1848-1917). En la década de 1860 Teresa comenzó a desarrollar su pasión por el arte, llegándose a publicar algunas de sus ilustraciones en revistas de la época. Terminó trabajando para la Comisión del Mapa Geológico de España, organismo encargado de mejorar los conocimientos geológicos de nuestro país. 

Realizó una serie de litografías de fósiles que aparecen en algunas de las memorias de los mapas geológicos y también en varios artículos científicos. Todas las litografías que hizo son muy detalladas y tienen gran calidad, pudiendo distinguir los diferentes especímenes entre sí, incluso aunque las diferencias entre ellos fuesen muy sutiles. Además, trabajó con Lucas Mallada, geólogo oscense contemporáneo suyo, considerado por muchos el fundador de la paleontología en nuestro país. Concretamente, Teresa colaboró en más de 200 láminas de fósiles de la ‘Sinopsis de las especies fósiles’ que se han encontrado en España’, obra que vio la luz entre 1875 y 1892 y en la que Lucas Mallada resumía todo lo que se conocía hasta el momento sobre el tema. Varios ilustradores más participaron en este proyecto tan ambicioso que, por desgracia, no llegó a completarse. Teresa continuó haciendo ilustraciones y llegó a convertirse en profesora de clases de dibujo en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer.

Nacida en Granada, destaca Constanza Fernández-Nieto Fernández (1943-2007). Tuvo la oportunidad de estudiar Ciencias Geológicas en su ciudad natal. De allí se trasladó a Zaragoza, donde pasaría el resto de su vida. Defendió su tesis doctoral en 1977, centrada en la mineralogía y mineralogénesis del yacimiento de hierro de Ojos Negros. En 1984 se convirtió en la primera profesora titular de la licenciatura de Geología de la Universidad de Zaragoza. Además, participó en la elaboración del primer Plan de Estudios de la licenciatura de Geología y formó parte de varios órganos universitarios, como la Junta de Facultad o el Consejo de Gobierno. Su investigación se centró en estudiar diversos yacimientos minerales del Pirineo y del Sistema Ibérico, algunos de los cuales fueron el tema central de las varias tesis doctorales que dirigió.

Asimismo, Josefina Besteiro Ráfales (1944-1994), que nació en Villar del Cobo (Teruel), terminó la licenciatura de Geología en la Universidad de Barcelona en 1970. En esa misma ciudad defendió su tesis doctoral en 1975 y permaneció allí un año más como profesora contratada hasta que se trasladó a la Universidad de Zaragoza. Unos años más tarde, en 1985, se convirtió en profesora titular del área de Cristalografía y Mineralogía. Entre sus líneas de investigación figuraban el estudio de las propiedades ópticas de los minerales y de los principios de la simetría cristalográfica a los diseños del arte mudéjar en Aragón. Entre sus aficiones destacaron la gemología y el estudio de las gemas. Gracias a ella, junto a otras personas, se pudo crear la Asociación Gemológica de Aragón.

Guiomar Calvo Sevillano Profesora de Didáctica del Medio Biológico y Geológico en la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza y autora del libro ‘Geólogas’

-Ir al suplemento Tercer Milenio

Apúntate y recibe cada semana en tu correo la newsletter de ciencia

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión