Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Laia Alegret: "En todo el pasado geológico no se ha registrado un calentamiento global tan rápido como el actual"

La micropaleontóloga oscense de la Universidad de Zaragoza acaba de ser nombrada Académica de Número en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España.

Laia Alegret, con la medalla que la acredita como académica de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España.
Laia Alegret, con la medalla que la acredita como académica de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España.
Francisco Jiménez

Acaba de ser nombrada Académica de Número en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España. Enhorabuena. ¿Qué se siente?Es un orgullo. Desde 2019 ya era académica correspondiente, colaboradora de la institución, y de esos hay bastantes. Ahora lo soy de número. Soy la medalla 33 de un máximo de 72, y esta en concreto ha tenido siete predecesores, yo soy la octava. Hay que devolverla cuando dejas la academia, y la ha llevado alguien ininterrumpidamente desde 1847.

¿Cómo fue ser nombrada?Nunca se me había pasado por la cabeza que me ofrecieran solicitar el ingreso. Son los académicos los que proponen. A mí me llamó un académico para preguntarme qué me parecía la idea; en ese momento estaba en Texas haciendo un muestreo de unos sondeos y pensé que se habían confundido.

¿Por qué? Algo habrá hecho bien a ojos de los académicos.¿Hacer algo bien? Yo siempre he hecho lo mismo, lo que me gusta. He investigado en paleontología, he dado mis clases en la Universidad de Zaragoza, en el extranjero, he participado en conferencias... pero todo eso son cosas que me salen de dentro porque me gustan, y tengo la suerte de dedicarme a ello. Mi profesión es mi hobby, nunca he hecho nada pensando en si algún día me llamaba un académico. Creo que he seguido una evolución natural desde que empecé la carrera, y supongo que eso les ha parecido bien.

Es mujer y de los académicos más jóvenes. Un orgullo doble, pero que hay que normalizar. ¿Es lamentable que le esté dando la enhorabuena por ser mujer y joven en una Academia española?Me pasa muchas veces cuando me preguntan o me felicitan por ser mujer. Esto siempre lo he vivido con mucha normalidad. He tenido las mismas oportunidades que los hombres para desarrollar mi carrera, o así quiero pensarlo; nunca me he sentido minusvalorada por ser mujer y si alguna vez ha habido un comentario poco afortunado, he sabido estar por encima de ello. Son contadas las ocasiones en las que me he enfrentado a un comentario de ese tipo. Creo que hay que normalizar que las mujeres asciendan puestos en la escala académica, u obtengan distinciones, sin centrarse en su género. Solo soy una persona que ha recibido un premio.

"Hay que normalizar que las mujeres asciendan puestos en la escala académica, u obtengan distinciones, sin centrarse en su género"

Es probable que en unos meses haya un nuevo ministro, o ministra, de Ciencia. ¿Qué le pediría?Me gustaría que cuidara la ciencia y entendiera a los científicos. Sé que ha habido ministros científicos, mi duda es hasta qué punto les dejan hacer en el gobierno. Me gustaría que hiciera todo lo posible por reducir la burocracia excesiva a la que nos someten. Muchas veces, justificar la financiación para un proyecto es un gran problema. La burocracia es una de las grandes lacras de la ciencia española, y a los científicos nos consume un tiempo enorme que no invertimos en investigar.

¿Hay un interés del público por la paleontología y la geología?En las últimas décadas, la fascinación se ha extendido y se ha ganado mucho en cultura paleontológica. Antes nos preguntaban sobre fósiles y solo pensaban en dinosaurios; ahora cada vez se conocen más las aplicaciones que tiene el estudio del registro fósil, que no es solo estudiar algo muerto del pasado, sino que nos permite entender el presente para poder mirar y predecir el futuro.

En Aragón hay descubrimientos paleontológicos cada dos por tres. ¿Es esta una zona privilegiada?Absolutamente. Los paleontólogos que vivimos en Aragón estamos de acuerdo en que es un paraíso de la paleontología. Hay afloramientos de referencia a nivel mundial que van desde tiempos paleozoicos, de hace 600 millones de años, hasta casi la actualidad. Las rocas son las páginas de un libro que nos habla de la historia de la Tierra. Pues bien: en Aragón tenemos registrado un libro muy, muy completo de la historia del planeta. Tenemos afloramientos excepcionales del Cámbrico, con los trilobites; unos afloramientos fascinantes con dinosaurios, pero no solo en Teruel o Zaragoza, también en Huesca se ha encontrado uno de los mayores afloramientos de cáscaras de huevo de dinosaurio. Hay sedimentos marinos… Yo he estudiado rocas marinas del Eozeno en el prePirineo, y podemos decir que allí había mares tropicales con arrecifes. La variedad paleontológica es tanta… En España, en general, hay mucha riqueza paleontológica, pero Aragón es una estrella.

"Aragón es un paraíso de la paleontología (...) En España, en general, hay mucha riqueza paleontológica, pero Aragón es una estrella"

¿Esa fascinación se traduce en la afluencia a las aulas?Hay interés en estudiar pero podría haber más, y yo tengo una hipótesis. Creo que hay más vocaciones de las que luego se traducen en las aulas. Me gustaría que si unos padres tienen un hijo con vocación paleontológica o geológica, se lo piensen antes de sugerirle que estudie otra cosa, porque es una carrera con bastantes salidas. Y si un estudiante con vocación estudia lo que le gusta, lo va a hacer bien. Y después, si consigue trabajar en lo que le gusta, será la persona más feliz del mundo.

Antes decía que la paleontología y la geología estudian el pasado, y además nos permiten entender el presente para predecir el futuro. Hace millones de años hubo importantes cambios climáticos, que ustedes han podido documentar.Sí, a través del registro fósil de los sedimentos. Por ejemplo, cuando varía la temperatura, cambia la relación isotópica de la materia que forma las rocas carbonatadas o los caparazones de los fósiles. Esto es, cuando un organismo está experimentando un calentamiento del medio, ese aumento de la temperatura va a quedar registrado a nivel atómico en el carbono, en el oxígeno que compone sus caparazones. También existen los indicadores geoquímicos, y tenemos fósiles típicos de medios cálidos y otros de medios más frescos. Uniendo todos los indicadores, deducimos los cambios en la temperatura del pasado, y las variaciones en la concentración del CO2 atmosférico. Con todo ello estudiamos esos eventos de calentamiento del pasado, que en muchas ocasiones han estado asociados a la liberación de gases de efecto invernadero.

Perdón, pero asociamos esos gases a los tubos de escape, a la actividad industrial, a la ganadería… ¿Qué emitía, y cómo, esos gases hace millones de años?Tenemos emisiones del CO2 volcánico, liberación de los hidratos del metano almacenados en los márgenes continentales, ha habido momentos en los que un calentamiento inicial o cambios en la circulación oceánica han provocado la liberación de esos gases invernadero, la quema de la turba en altas latitudes... todo libera a la atmósfera carbono ligero, también llamado carbono 12. Y todo es asimilable a la liberación de gases que estamos provocando ahora los humanos.

Y si echamos un vistazo al futuro que nos espera, ¿estamos encaminados a esos cambios climáticos tan brutales del pasado?Para explicar esto, primero tengo que hablar de que en el pasado hubo momentos en los que, a lo largo de millones de años, nuestro planeta se estuvo enfriando o calentando. Y superpuestos a esas tendencias graduales detectamos unos eventos rápidos de calentamiento que llamamos hipertermales. Unos fueron más rápidos, otros más intensos, en otros se liberó más cantidad de gases invernadero... Eso nos permite calibrar el actual cambio climático, y predecir sus consecuencias. Así, podemos decir que se trata de un evento demasiado rápido; tanto, que en todo el pasado geológico no se ha registrado un evento de calentamiento como el que estamos viviendo hoy en día, y como consecuencia los ecosistemas no están teniendo la capacidad de adaptarse. En el pasado, estos eventos de calentamiento relativamente rápidos permitieron que el planeta pudiera ir absorbiendo el exceso de gases invernadero, e incluso que los ecosistemas se fueran adaptando poco a poco. El problema del actual cambio climático es que es demasiado brusco y rápido, y no le está dando al planeta la oportunidad de irse recuperado, o a los ecosistemas de adaptarse.

Llegará un momento en que todo… ¿reviente?Podemos pensar en el sistema Tierra como una goma elástica. Estamos estirando y estirando, pero no sabemos cuándo se romperá. Y cuando eso pase, será el punto de no retorno a partir del cual ya no podremos recuperarnos. No hemos llegado a ese punto, pero si no disminuimos las emisiones se desencadenarán una serie de procesos que ya hemos visto en el registro fósil. Cambiarán las corrientes oceánicas: imagine que desaparece la corriente del Golfo, que dulcifica las temperaturas en Estados Unidos y en el oeste de Europa. O se provocarán una serie de efectos colaterales totalmente fuera del alcance de los humanos: un calentamiento extremo o una glaciación por los cambios en las corrientes oceánicas. Si se derrite el hielo de los polos, habría subidas muy importantes del nivel del mar, y más del 80% de la población mundial vive cerca de una costa. Como todo ese terreno se inundaría, tendrían lugar grandes migraciones, por no hablar de que el aumento de la temperatura ya está provocando migraciones de animales, de insectos. El calor afecta a la agricultura debido a que hay, y habrá, grandes sequías, lo que puede provocar una crisis alimenticia a nivel global…

"Imagine que desaparece la corriente del Golfo, que dulcifica las temperaturas en Estados Unidos y en el oeste de Europa"

Pero nosotros solo nos quejamos de que el verano cada vez empieza antes, y de que en abril ya sufrimos temperaturas más acordes con el mes de julio. A nivel del ciudadano medio, ¿somos conscientes de hacia dónde vamos?Una parte de la población no es consciente. Si todos ponemos nuestro granito de arena, podemos contribuir a que los efectos sean ligeramente menores. Pero esto es un problema global, afecta a todo el planeta, y todos los países deben colaborar. De nada sirve que yo recicle el plástico si luego hay países como China, Rusia o la India que no se adhieren ni cumplen los protocolos contra el cambio climático. Tampoco quiero sonar catastrofista, pero hay que concienciar a toda la población, y mientras esto no llegue seguiremos estirando la goma. Esto es solo un inicio de lo que está por venir, y espero que en nuestras vidas no veamos cómo se rompe la goma. Pero lo verán nuestros hijos, y nuestros nietos.

En 2017, usted fue la única científica española en una expedición a Zelandia, un continente que permanece oculto bajo las aguas del Pacífico occidental. Llevan años analizando las muestras recogidas ¿Qué resultados están viendo?La expedición fue financiada por un consorcio internacional con 13 millones de dólares, que en realidad cubrían solo los aspectos básicos. Se invirtió tanto en ella porque pretendía resolver una serie de problemas fundamentales sobre el funcionamiento de nuestro planeta. En primer lugar, Zelandia se sitúa en una zona de subducción, que es un lugar donde la corteza oceánica se hunde por debajo de la corteza continental generando mucha fricción y calor, y con ello la mayor actividad volcánica y sísmica del planeta. La subducción es un proceso fundamental porque regula los ciclos geoquímicos, la dinámica del manto de la Tierra, la tectónica de placas… pero en realidad no se sabe muy bien cómo funciona. Se desconoce cómo se inicia, cómo evolucionan las fuerzas, cómo y cuándo acaban, y para dar respuesta a esas preguntas, el principal objetivo de la expedición era analizar la subducción en el Pacífico occidental, donde se sitúa Zelandia.

El estudio de ese continente sumergido también describe eventos de calentamiento global ocurridos hace millones de años.Efectivamente, en esos sedimentos aparecen registrados eventos de calentamiento hipertermales del pasado que nos permiten mejorar los modelos predictivos del actual cambio climático. Además, esa zona es crítica porque los modelos climáticos que ya tenemos no funcionan en Zelandia, no predicen bien las temperaturas. Y eso tiene que ver con muchos factores, era una zona en la que se produjeron cambios en las corrientes oceánicas a lo largo de millones de años, y eso es lo que estamos estudiando: la evolución de Zelandia cuando se separó de Australia y de la Antártida hace 80 millones de años, cómo fue ese movimiento de separación, cómo influyó en las corrientes oceánicas, lo que influiría en el clima regional. Además tenemos los cambios globales, esos eventos hipertermales. Cómo se superponen unos sobre otros, el clima global sobre el clima regional, incluso cómo influyeron los movimientos de subducción sobre el clima regional. Es un puzle con muchas piezas que debemos intentar encajar precisamente para mejorar los modelos climáticos y tratar de predecir de la forma más fiable posible el futuro de nuestro planeta. Es apasionante.

¿El estudio de Zelandia tiene entonces que ver con la evolución global del planeta?Absolutamente. Todo está interconectado. Otro ejemplo: la altura media de Zelandia son 2.000 metros por debajo del nivel del mar, con lo que solo afloran sus partes más altas, que son Nueva Zelanda y Nueva Caledonia. En Zelandia se dan muchos endemismos de especies extrañas, como los kiwis y algunos de sus animales marinos. ¿Por qué hay tantos endemismos? ¿Cómo migraron las especies a lo largo de millones de años, y cómo explica eso la evolución de otras especies fuera del continente? Antes hablaba del problema climático, que es algo global; pues esto también. Vivimos en un mundo cambiante, dinámico, y lamentablemente conocemos más sobre la cara oculta de la Luna que sobre los fondos oceánicos batiales y abisales. 

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