Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Premio Savirón a la divulgación científica

Daniel Pellicer: "Hay muchísima gente deseando leer reportajes de ciencia y más todavía que no sabe que lo está deseando"

Ganador del Premio Savirón a Jóvenes Divulgadores, comunica ciencia en redes sociales, vídeo, pódcast, artículos y monólogos.

Daniel Pellicer, Premio Savirón a Jóvenes Divulgadores
Daniel Pellicer, Premio Savirón a Jóvenes Divulgadores 2023
Toni Galán

Su trayectoria polifacética, su capacidad y el uso de medios diversos para hacer que la ciencia tenga una repercusión directa en la sociedad fueron los argumentos que condujeron al jurado del Premio de Divulgación Científica José María Savirón a distinguir este año a Daniel Pellicer Roig, de la Universidad de Valencia, con el Premio a Jóvenes Divulgadores. Lo recogió el pasado viernes en Zaragoza, ex aequo con Inés Mármol Peguero, colaboradora de Tercer Milenio e investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón. 

Este biotecnólogo es técnico de proyectos para la Red de Universidades Valencianas para la Innovación y Desarrollo. Como divulgador, lleva más de cien artículos publicados en 'La Razón', comunica también ciencia en un pódcast ('Experimiento demente') y en el canal de Youtube 'Divudan'. Además realiza monólogos en distintas universidades. 

¿Para qué sirve divulgar? ¿Cuál es su razón de ser?Personalmente, considero que divulgar tiene tres razones de ser. Lo primero es promover la curiosidad hacia la ciencia, hacerla atractiva y emocionante. Esto se consigue en divulgación alejándose de las palabras técnicas y simplificando conceptos, haciéndolos accesibles a todo el mundo. Así, se consigue un público que quiere aprender más sobre el tema.
​Eso sí, hay que tener en cuenta que, a pesar de las simplificaciones que han de hacerse, la rigurosidad ha de estar presente y han de tratarse los temas de forma objetiva para que la sociedad adquiera una opinión propia, fomentando así el pensamiento crítico.
​Por último, la divulgación también sirve para que la sociedad comprenda la importancia de la inversión en ciencia y que, además, entienda dónde va el dinero de los impuestos que se destinan en estas partidas. Este es un punto especialmente delicado, ya que las inversiones en ciencia no ofrecen una recompensa inmediata, por ello hay que ofrecer la visión de la carrera a largo plazo.

¿Cómo empezó en el ámbito de la divulgación?Pues diría que comencé en un proyecto que realizamos en la Universitat Politècnica de València en 2015, donde teníamos un equipo multidisciplinar. En ese equipo, yo actuaba un poco como 'traductor' entre informáticos y biotecnólogos y comprendí la importancia de una figura que comprendiese y simplificase conceptos de ambos mundos y fuese capaz de trasmitirlos. Ese fue el momento del 'click' en el cerebro. Tras esto, en 2017 realicé mi primer cursillo de divulgación científica y conocí a las personas que me introdujeron en el mundillo, que ahora me alegra decir que son grandes amigos. El punto en el que ya me consideré divulgador fue en 2020, tras participar en FameLab, un concurso de monólogos científicos organizado por la Fecyt. A partir de ahí todo ha ido hacia arriba.

¿Qué formatos ha trabajado? ¿Desde dónde divulga ahora mismo?Creo que he tocado prácticamente todos los palos, desde redes sociales a vídeo, pódcast, artículo y monólogo. Y actualmente sigo con los mismos.

¿En cuál se siente más cómodo?¿A cuál le ve más futuro?Diría que me siento cómodo en todos ellos, me encanta hablar de ciencia, pero igual el artículo, al ser más reposado, es más agradecido. Aunque bueno, también me encanta subirme al escenario porque la tensión del momento y el subidón de adrenalina son una sensación maravillosa. Puede que le vea más futuro al artículo escrito, aunque, sinceramente, me encantaría poder participar en el formato televisivo o de programa en una plataforma de vídeo, ya que los programas actuales que hablan de ciencia son por lo general muy entretenidos y dan mucha información de calidad.

¿Cuál es el secreto de un buen hilo de Twitter sobre ciencia?No los consideraría secretos, pero creo que para una red social como Twitter la brevedad e ir al grano son claves. Para mi, el tuit inicial tiene que romper los esquemas de la gente y puede introducir el tema de forma más creativa, pero tras este 'golpe' es importante comprender que la gente va a 'bajar' un número limitado de tuits. Cada tuit, como máximo, puede contener un par de conceptos, y los que requieran una explicación más elaborada, como máximo tres tuits. Además, hay que aprovechar la cercanía, que parezca que tu público está delante de ti y les estás hablando a ellos directamente. Pero, bueno, esto es una opinión totalmente subjetiva sobre el estilo, también hay hilos de más de 50 tuits que funcionan, cada uno tiene su público.
​Por cierto, una cosa extremadamente importante es poner siempre las referencias a los artículos utilizados para obtener la información, y esas fuentes han de ser científicas, de revistas científicas indexadas.

¿Si cada vez se lee menos (o más corto), seguirá la gente queriendo leer nuestros reportajes?Sí, hay muchísima gente deseando leer reportajes de ciencia y más todavía que no sabe que lo está deseando. En este caso, creo que la clave está en conseguir atraer el público. Para ello, plataformas que utilizan vídeos cortos o los tuits pueden actuar como canalizador y ser unas aliadas. Estos vídeos cortos o tuits no pueden desarrollar conceptos complejos, pero sí que pueden llevarte a querer aprender más, y ahí es donde se encuentran los reportajes, cuando el público quiere aprender más de ese tema que ha oído y ha llamado su atención.

¿Algún nuevo proyecto en marcha?Tres, dos de los cuales no puedo hablar, pero el tercero es mi canal de Youtube, 'Divudan', donde hablo sobre investigación en biomedicina, biotecnología y enfermedades raras. Está siendo un viaje apasionante y, aunque es mucho trabajo, vale la pena.

¿Se le ocurre cómo aplicar la IA a la divulgación?Creo que esta herramienta tiene potencial para hacer más accesible la ciencia, me explico. Las inteligencias artificiales que son capaces de comprender y traducir textos pueden hacer accesible la ciencia en otros idiomas de forma instantánea, y las que pueden describir imágenes, pueden ayudar a las personas con diversidad funcional visual a comprenderlas. Además, pueden ayudar a reducir el 'bloqueo del escritor'. Hay mucho potencial, pero también mucho riesgo.
​Los riesgos principales son que las IA puedan dar información errónea, que puedan trasmitir sesgos y/o que aparezcan artículos directamente falsos con argumentos convincentes para los poco entendidos en una materia. Pero, bueno, estos riesgos también existen en la actualidad, solo que aplicados a personas, no a máquinas.

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