sexualidad

“En las películas porno no se besan porque es una expresión de amor”

Santiago Frago, director médico del Instituto de Sexología y Psicoterapia Amaltea, explica que el beso es “el gesto más íntimo y expresa deseos, emociones e intenciones”.

Las actrices marroquís Loubna Azabal y Nisrine Erradi protagonizaron un beso en Cannes
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El primer beso nunca es el mejor del recuento pero no se olvida. Aquel escarceo sentimental adolescente que recuerda a verano, patio de instituto o fiestas de pueblo ni se borra de la memoria de los españoles ni les convence. Según la app de citas Adopte solo un 34% de los encuestados confirma que guarda un buen recuerdo de aquel momento. “Más que al beso, se recuerda a la persona”, recalca Santiago Frago, director médico del Instituto de sexología y psicoterapia Amaltea. “Es nuestro gesto más íntimo, el más privado y erótico”, aclara.

El codirector del instituto de sexología zaragozano explica además que “no hay buenos o malos besos”, sino “formas particulares de besar”. Un motivo de tranquilidad para los recién llegados a la pubertad que sientan la presión de encandilar a sus enamorados desde el primer beso. “No hay que hacer ningún taller para besar”, explica Frago.

“El beso es nuestro gesto más íntimo y expresa deseos, emociones e intenciones”, indica. En esa línea, insiste en que las parejas deben tener claro que el beso es un acto sustantivo que no debe asociarse siempre a las relaciones íntimas: “Hay veces que una persona no da un beso a su pareja por no confundirla, pero el beso es un juego en sí mismo y hay que disfrutar de él”. Además, “es bueno para la salud” porque “libera hormonas como endorfinas y oxitocinas, aumenta el ritmo cardíaco y mejora el estado de ánimo”.

A pesar de su significación singular, el beso "suele ser uno de los primeros momentos del juego erótico" y un elemento clave en la vida sexual y en la cultura erótica: “En las películas porno ni se besan ni se miran porque que son expresiones de amor, determinan que ha existido una elección de la otra persona”.

El médico reconoce la influencia de este tipo de vídeos en la percepción sexual de los jóvenes pero afirma que la educación sexual es “una herramienta para combatirlo”. “Antes, los jóvenes buscaban porno y ahora el porno les encuentra ellos, es una realidad inevitable.”, explica. Considera que si el adolescente “ha tenido una buena educación y ha satisfecho sus curiosidades en páginas web adecuadas”, será consciente de que lo que ve detrás de la pantalla -y donde no existen los besos- es ficción.

El tipo de beso que desecha el experto llega también de la ciencia ficción y más concretamente de China con su dispositivo de labios de silicona que pretenden simular un beso enganchados a la pantalla de un móvil. “Nunca van a conseguir sustituir el contacto humano”, sentencia.

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