DÍA INTERNACIONAL DEL BESO

La evolución del beso: de “etilómetro” romano a labios de silicona en el móvil de los chinos

El 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso en homenaje al más largo de la historia, que duró 58 horas.

La connotación erótica de los besos habría llegado a Europa con Alejandro Magno.
La connotación erótica de los besos habría llegado a Europa con Alejandro Magno.
Pixabay

El beso más famoso de la historia no aparece en el viral videoclip de ‘Beso’ de Rosalía y Rauw Alejandro, a menos que preguntes a la generación Z. Este hito tuvo lugar hace casi 80 años entre un marino y una enfermera. El 14 de agosto de 1945 en Times Square, se tomó la instantánea neoyorquina que ha quedado grabada en el imaginario de varias generaciones. Sin embargo, la elección del 13 de abril como Día Internacional del Beso no se debe al más popular sino al Récord Guinness batido por la pareja tailandesa que se besó durante 58 horas consecutivas en un certamen.

El origen de este acto se remonta hasta la Prehistoria como una forma instintiva de la madre para brindar afecto y alimentar a sus crías, ya que les daban en la boca el alimento que previamente habían masticado. Aunque son varios los orígenes que se le atribuyen a este intercambio de saliva, su connotación sexual podría haber llegado a Europa en los barcos de Alejandro Magno y el Kamasutra que trajo desde la India.

Lejos de connotaciones afectivas y lujuriosas estaba el 'ios osculi' o derecho del beso en la antigua Roma, donde los labios de los hombres se convertían en un etilómetro con el que valorar si las mujeres, que tenían prohibido consumir alcohol, habían probado el vino. Este derecho al beso no se limitaba al marido, el resto de miembros masculinos de la familia también podían realizar este peculiar particular control de alcoholemia que, en caso de dar positivo, podía castigarse hasta con la muerte.

La vinculación de derecho y beso que hacían los romanos no quedó ahí. En la antigua Roma, los besos servían para sellar el contrato del matrimonio, un signo que quedó integrado en la cultura cristiana y sus ceremonias religiosas. Además del 'basium' o el beso en los labios que los romanos reservaron para los esposos, también hemos se heredó el 'osculum' o beso en la mejilla, utilizado para saludar en algunas zonas de Europa y América del sur, y el 'savolium' (palabra que proviene del término saliva), designado para los amantes.

El conocido popularmente como “beso francés” ya lo practicaban los romanos y tiene su origen etimológico en Estados Unidos. Fueron probablemente los soldados que viajaron a Francia a principios del siglo XX los que dieron origen a este término al besar a las oriundas, afamadas de ser más aventureras en el terreno sexual y que sorprendieron a los estadounidenses con lo que para ellas era simplemente un beso.

Esa misma estupefacción es la que han despertado los futuristas labios chinos que no necesitan de un compañero o compañera al que besar. Este dispositivo, que se vende a través del comercio ‘on line’ Taobao por unos 38 euros, consiste en unos labios de silicona con sensores de presión y pequeños motores que, aseguran, que recrea el movimiento de un beso. Esta peculiar boca se vincula al teléfono a través de Bluetooth mediante una aplicación con la que llamar a tu pareja y “besarla” desde el otro lado de la pantalla.

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