Tercer Milenio

En colaboración con ITA

La vida de las piedras

Minerales aragoneses con historia

Ojos Negros, Tierga, Alcorisa, Bielsa, Remolinos... Son el origen de las piezas que cuentan su historia desde las vitrinas del Museo de Ciencias Naturales.

Tres formas para el mismo mineral: halita (sal gema) de Remolinos.
Tres formas para el mismo mineral: halita (sal gema) de Remolinos.
Oliver Duch

Muchos de los ejemplares que forman parte de la exposición permanente de Minerales de Aragón que se ha reunido en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza proceden de donaciones. Son fruto del proyecto de ‘Recuperación de la memoria olvidada de las minas aragonesas’ que está desarrollando el museo, cuyo director, José Ignacio Canudo, destaca que "las muchas donaciones que ha habido han permitido juntar una colección, única en Aragón, de ejemplares aragoneses". Pero esta exposición, "además de mostrar ejemplares singulares, tiene otra parte fundamental: cuenta historias de las minas aragonesas".

En Aragón no suelen encontrarse ejemplares espectaculares de minerales, pero gracias a la donación de aficionados, asociaciones, empresas mineras y las propias colecciones de la universidad se han podido reunir más de 50 ejemplares procedentes de diferentes minas de las tres provincias aragonesas.

Ejemplar de aerinita de gran tamaño, procedente de Estopiñán del Castillo (Huesca).
Ejemplar de aerinita de gran tamaño, procedente de Estopiñán del Castillo (Huesca).
Oliver Duch

Intensamente azul. Los azules del románico de Jaca son de aerinita, un mineral muy raro que se encuentra en el Pirineo. Un ejemplar de aerinita de gran tamaño, procedente de Estopiñán del Castillo (Huesca), se exhibe en el edificio Paraninfo. Debido a su color, durante largo tiempo se confundió este mineral con el cobalto y así, como ‘cobalto del Pirineo’, se les vendía a los turistas y coleccionistas a mediados del siglo XIX. "Siguiendo una nefasta costumbre que aún perdura en ocasiones en el comercio de minerales, los vendedores ocultaban la procedencia exacta del material para mantener su exclusiva", apunta Miguel Calvo Rebollar, catedrático y experto en mineralogía. Aunque lo adquirió como cobalto, Arnold von Lasaulx se dio cuenta de que tenía características diferentes a los minerales conocidos, era una especie nueva que describió en 1876. En 1980, se encontró aerinita en forma muy pura, fibrosa, en Estopiñán del Castillo y en Saint-Pandelon (Francia), lo que permitió terminar de demostrar que era una especie mineral bien definida. "Su estructura es tan compleja que, para describirla –dice Canudo–, ha sido necesario usar instrumentación tan avanzada como el sincrotrón", un tipo de acelerador de partículas.

Una pieza espectacular con varios cristales de teruelita.
Una pieza espectacular con varios cristales de teruelita.
Oliver Duch

La teruelita es otro mineral descrito en Aragón. Se trata de "un pequeño mineral de color negro que aparece en los yesos del Triásico de Teruel", señala Canudo. Sin interés económico, es este un mineral de colecciones. En la exposición de Unizar hay un raro ejemplar con varios cristales en la matriz. La teruelita "fue descrita inicialmente por Amalio Maestre en 1845 como una especie mineral nueva, a partir de los ejemplares que obtuvo en el yacimiento cerca de Teruel que le enseñó el farmacéutico turolense Juan Pedro Lagasca en 1841. Sin embargo, nunca se aceptó como tal especie a nivel internacional, y el famoso mineralogista alemán Breithaupt la clasificó inmediatamente como una variedad de dolomita, variedad que era además conocida ya en algunos yesos del Tirol, en Austria", explica el director del museo.

Tres formas para el mismo mineral: halita (sal gema) de Remolinos.
Tres formas para el mismo mineral: halita (sal gema) de Remolinos.
Oliver Duch

Sal gema. De las minas zaragozanas de Remolinos salió la halita cristalizada en cubos que forma parte de la colección que se muestra en la universidad. Es "un ejemplar espectacular recogido en el siglo XIX –precisa Canudo– en la mina La Real de Remolinos", explotada desde, al menos, la Edad Media. Aunque el 5 de mayo de 1989 cesó la extracción de sal en La Real, "esta mina se encuentra perfectamente acondicionada y en cualquier momento se podría reiniciar la extracción del mineral", asegura Calvo. Entre la información que están recopilando con el proyecto de ‘Recuperación de la memoria de las minas olvidadas de Aragón’ está la larga historia de esta explotación zaragozana, que se vio perjudicada por el hecho de que, debido al sistema de estanco de la sal, la ley de minería de 1826 excluía a las minas de sal de sus normas. "Esto fue especialmente perjudicial en las minas de Remolinos, ya que, al no estar dirigidas por ingenieros de minas, los trabajos eran ejecutados como siempre, es decir, con un desorden completo", señala Canudo. En 1870, al desestancarse la sal, el Estado pretendió vender en subasta la mayoría de las minas y salinas de su propiedad, entre ellas esta, que se tasó inicialmente en 856.400 pesetas, cifra excesiva que se fue rebajando al no encontrar postor. Tras varios cambios de propiedad, acabó en manos de la compañía inglesa The Pure Salt Limited, que después pasaría a ser Purasal.

Recuerdos mineros

El Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza acaba de sumar a su colección de Paleontología y a la colección Longinos Navás un espacio de exposición permanente titulado ‘Minerales de Aragón’. En él se exhiben más de 50 ejemplares procedentes de diferentes minas de las tres provincias aragonesas distribuidos en tres módulos, así como un apartado en el que se explican generalidades sobre los minerales –definición, propiedades y clasificación– por medio de una veintena de ejemplares de distintos lugares del mundo.

Además de exponer los minerales, uno de los objetivos del museo es poner en valor su historia y la de las minas de las que proceden. Con este objetivo, la muestra incluye imágenes y explicaciones sobre el origen de las piezas. Esta exposición es fruto del proyecto de ‘Recuperación de la memoria olvidada de las minas aragonesas’, una iniciativa de ciencia ciudadana que recopila información de cientos de pequeñas explotaciones mineras que jalonan las provincias de Zaragoza, Huesca y Teruel.

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