salud

El 30% de los casos de infertilidad se deben al consumo de alcohol del hombre

Un trabajo de una Universidad danesa estima que consumir cinco bebidas alcohólicas a la semana favorece los problemas de fertilidad.

Se calcula que la endometriosis afecta al 10% de las mujeres en edad reproductiva de todos los grupos étnicos y sociales y que puede llegar incluso hasta un 30-50% en mujeres con infertilidad.
Se calcula que la endometriosis afecta al 10% de las mujeres en edad reproductiva de todos los grupos étnicos y sociales y que puede llegar incluso hasta un 30-50% en mujeres con infertilidad.
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Los problemas para concebir de manera natural en casi una de cada tres parejas heterosexuales -el 30%- se deben al consumo excesivo de alcohol por parte de los hombres. El término excesivo implica la ingesta de cinco dosis de alcohol a la semana, según la investigación realizada por una universidad danesa. La relación entre las dificultades para la concepción y el consumo de alcohol se conoce desde hace tiempo, pero por primera vez se determina cuánto es demasiado y las consecuencias directas que tiene el mantenimiento del consumo.

La ingesta de alcohol afecta «de manera directa» a la calidad y a la cantidad de los espermatozoides. A más edad, la calidad del semen va cayendo y los daños generados por el alcohol en él aumentan. A partir de las 40 bebidas semanales -un consumo muy importante- la cifra de espermatozoides por centímetro cúbico decae un 33%, un porcentaje que «dificulta mucho la capacidad de embarazo natural», explica Priscilla Andrade, ginecóloga especialista en fertilidad.

El consumo de alcohol, según la experta, es una de las principales causas de infertilidad, tanto en hombres como en mujeres. «Antes de iniciar cualquier tratamiento, los pacientes deberían de abstenerse de tomar alcohol al menos durante los tres meses anteriores», aconseja Andrade. Hacerlo favorecería de manera importante el éxito de un programa de reproducción asistida.

El 64% de los hombres participantes en un estudio australiano reconoció haber bebido hasta la ebriedad al menos una vez en el mes anterior. Un 59% aseguró haber alcanzado el estado de embriaguez dos veces. En ambos casos se comprobó que los niveles de testosterona de los voluntarios aumentaron por efecto del alcohol, pero cayeron «de forma considerable» los de la hormona sexual llamada globulina vinculante, que es la responsable de activar las hormonas sexuales.

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