Tanatorios portátiles para la España vaciada

Cuatro pueblos de Ciudad Real se ponen de acuerdo para compartir un servicio de velatorio portátil y evitar así desplazamientos.

Tanatorio de Puertollano
Los vecinos de la zona podrán evitar así los desplazamientos a los tanatorios de las ciudades, como el de Puertollano
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Vivir en la España vaciada no es lo mismo que vivir en el resto de la España poblada. Pero morir tampoco es lo mismo. En la comarca ciudadrealeña del Valle de Alcudia, en la frontera con Andalucía, azotada por la despoblación desde la década de los 60 del siglo pasado, cuatro pueblos se han puesto de acuerdo para compartir el último viaje vital: el funerario. Una empresa les suministrará "velatorios portátiles" para evitar así desplazamientos a los tanatorios de las ciudades de Puertollano y Ciudad Real.

Curiosamente, algunos de estos alcaldes habían incluido la construcción de un tanatorio en su pueblo como promesa política en la última campaña electoral. Ahora se ahorrarán esa inversión. Estos municipios son Brazatortas, Cabezarrubias del Puerto, Mestanza e Hinojosas de Calatrava. En conjunto, suman 2.500 habitantes y cada año contabilizan unos 30 fallecimientos, una fría cifra que las empresas encargadas de los trámites de los decesos analizan sesudamente y consideran rentable. En ello está El Recuerdo, empresa funeraria que se ha reunido con los alcaldes de estas cuatro localidades para poner en marcha los tanatorios portátiles.

"Urna catalana"

La idea de El Recuerdo es instalar unas urnas portátiles, conocidas como "urnas catalanas", en dependencias municipales cada vez que se produzca una muerte en el pueblo. "La empresa coloca mesas y sillas y se encarga del catering en una instalación acristalada, refrigerada y con todos los requisitos sanitarios", explica Santiago Buendía, alcalde de Mestanza. "Es un velatorio a la americana. Cada pueblo tendrá que disponer de un local para ese fin y, además, la empresa funeraria trabaja con todas las compañías de seguros, con lo que este servicio sería compatible con cualquier seguro de decesos".

Según el alcalde de Mestanza, este servicio ambulatorio "será muy útil para muchas personas mayores que viven en esta zona y que tienen dificultades para desplazarse a Ciudad Real o a Puertollano cada vez que muere un familiar".

Mancomunar el último servicio de la muerte sólo es posible si resulta rentable para la empresa funeraria, como es el caso, y "para que esto sea rentable hay que hacerlo con varios pueblos colaborando porque se necesita un mínimo de muertos al año para ser rentable para la empresa", reconoce el alcalde de Mestanza cuyos vecinos ya no tendrán que recorrer decenas de kilómetros para acudir a un tanatorio cuando muera un ser querido.

Los vecinos de más edad de estos pueblos aún recuerdan la tradicional imagen de los velatorios en las propias casas de los fallecidos con los vecinos dando el pésame a los familiares hasta el mismo momento del entierro, algo que la actual normativa sanitaria no permite.

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