Fran Rivera canta por rumbas en la Starlite

El torero actuó junto a su grupo, Una y nos vamos, "porque la causa merece la pena"

Fran Rivera junto a su mujer, Lourdes Montes.
Fran Rivera junto a su mujer, Lourdes Montes.
Vocento

La coincidencia más catastrófica de la última gala Starlite no ha sido que Victoria Federica y Gunilla Von Bismark lucieran el mismo vestido a sus respectivos 21 y 72 años, que la prenda fuera de la marca 'Amén' y que las dos estuvieran como para persignarse al verlas... La casualidad más tremebunda fue que a Francisco Rivera le dio por debutar como cantante y coincidió en el repertorio con Juan Peña. «Se la he liado yo -admitía Peña poco antes de salir al escenario- porque voy antes que él y resulta que íbamos a cantar las mismas canciones. Así que ahí andan ellos a última hora, intentando cambiarlas, je, je...». Al final, los bomberos no se pisaron las mangueras y tanto Peña como Rivera pudieron lucirse, cada uno en su estilo.

'Paquirri' hijo llegó a la gala con su mujer, Lourdes Montes. Aunque parecía que iban a fiestas distintas. Ella lucía un despampanante vestido rojo de noche y él llevaba una guayabera y una guitarra en su funda (a menos que bajo esa funda hubiera un jamón). «Vengo de rigurosa etiqueta, cumpliendo con el 'dress code', lo que pasa es que la gente no lee la letra pequeña. En la invitación se pedía que se viniera con corbata negra o con guayabera blanca y pantalón blanco, que es como vengo yo», precisó el torero. «Además -añadió refiriéndose al traje de luces- llevo tantos años 'apretao' que ya no me pega».

Se hace raro ver a todo un Rivera Ordóñez con una guitarra en la mano donde antes solía llevar la muleta. Pero el que tuvo retuvo y Fran sobre el escenario por momentos parece sentirse en el ruedo. Toca la guitarra echando la cadera 'palante'. Podría decirse que canta cargando la suerte. Justo aquello que le reclamaban los aficionados (a gritos) cuando estaba delante de un toro... Claro que cantar no es torear. Aquí, salvo que se desplome el escenario o te electrocutes con la guitarra (y la de Fran era española) no te estás jugando la vida. El cante, al contrario que el toreo, siempre es de salón.

Con un 'swing' que ya lo hubiera querido Ortega Cano para bailar 'Despechá', Rivera salió a escena junto a los otros siete integrantes de su grupo. Se han dado en llamar 'Una y nos vamos'. O sea, lo que uno dice cuando va a tomarse 'la penúltima' y está a punto de que la noche le confunda... A su madre, la siempre festiva Carmen Ordóñez, seguro que el nombre le habría encantado. Pero, como era de esperar, 'Una y nos vamos' no cantaron una y se fueron sino que se quedaron un rato animando el cotarro.

«Sandra me convenció y yo lié a un grupo de amigos. La causa merece la pena, venimos a aportar nuestro granito de arena y a que la gente se divierta con las cosas que nosotros cantamos de nuestra tierra», explicó Fran Rivera refiriéndose a Sandra García San Juan, anfitriona de la Starlite de Marbella, gala solidaria que destina parte de sus beneficios a las fundaciones Niños en Alegría y Lágrimas y Favores, esta última presidida por don José Antonio Domínguez Bandera, más conocido como Antonio Banderas.

«Somos ocho y mis amigos cantan muy bien. Yo en realidad no sé cantar», se excusaba Fran Rivera, que sobre el escenario tocó mucho y recitó menos (remataba algunas estrofas, pero dejaba que otros llevaran la voz cantante). Lo de no saber cantar también lo decía Sara Montiel y no había quien la callara. «Yo no tengo voz, pero la imito muy bien», le gustaba repetir a la inefable manchega. Habrá que ver si Fran Rivera, que parece definitivamente liberado de las apreturas de la taleguilla, cambia el traje de luces por la guayabera y se lanza a los ruedos de la música... Él ni afirma ni desmiente. Se limita a soltar un «¿Te imaginas?».

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