De Venecia a Pekín, a pie

La aventurera italiana Vienna Cammarota, de 72 de años, pretende emular el viaje de Marco Polo y recorrer caminando 22.000 kilómetros en tres años.

La aventurera italiana, de 72 años, Vienna Cammarota.
La aventurera italiana, de 72 años, Vienna Cammarota.
Colpisa

Tres años y medio tiene previsto tardar Vienna Cammarota, italiana de 72 años de edad, en llegar caminando a Pekín desde Venecia, la ciudad en la que comenzó este martes un viaje con tintes épicos que cruzará 15 países siguiendo las huellas del que realizó Marco Polo a finales del siglo XIII, como relató en el libro 'El millón'. Este volumen será precisamente la 'hoja de ruta' que utilizará esta funcionaria jubilada de un ayuntamiento y guía excursionista en recorrer los alrededor de 22.000 kilómetros del trayecto. Cuando llegue a Pekín tras haber completado la antigua Vía de la Seda a un ritmo de unos 25 kilómetros al día habrá cumplido 75 años.

"No tendré como referencia Google Maps, sino que trataré de seguir la narración y la descripción de Marco Polo. La parte más dura será durante los inviernos, particularmente en Mongolia, donde me esperan temperaturas de hasta 20 grados bajo cero", cuenta Cammarota, que pasará por Eslovenia, Croacia, Serbia, Bulgaria, Turquía, Georgia, Irán, Turkmenistán, Azerbaiyán, Uzbekistán, Kirguistán, Kazajistán, Mongolia y, finalmente, China. En la capital del gigante asiático le recibirán sus dos hijas y sus nietos, que se despidieron de ella al comenzar su caminata desde el Lazareto Nuevo de Venecia.

El viaje de Cammarota pretende, sobre todo, ser un mensaje de paz. "Caminar es mi vida. Al principio comencé a andar por las ganas de descubrir y de abrazar a otros pueblos, pero en estos tiempos oscuros por la guerra se ha convertido en un camino de paz", explica, confesando su intención de que su legendaria caminata permita descubrir el "patrimonio cultural y humano que compartimos" todos los seres humanos. Ella misma tiene una gran confianza en la bondad de las personas, pues dormirá en las casas, albergues o lugares donde le dejen pasar la noche. También espera cubrir con donaciones los alrededor de 40.000 euros que calcula que le costará el viaje.

Para fomentar ese sentimiento de fraternidad, en el elegido equipaje que lleva en la mochila de unos 25 kilos de peso ha incluido un millar de postales con imágenes de las maravillas de Italia, que pretende regalar a las personas con las que se irá cruzando en el camino. Lleva además una bandera italiana, una cantimplora con el logotipo del Parque del Cilento, en la región sureña de Campania, de donde es originaria, una cámara y tres teléfonos. Uno de ellos funciona por satélite y los otros son convencionales. Para cargarlos utiliza la energía que recoge un panel fotovoltaico que lleva colgado de la mochila.

De la salud de Cammarota se ocupa un equipo médico que la seguirá a distancia y que le ha recomendado que tenga muy presentes en su alimentación los frutos secos y los alimentos antioxidantes. Esta senderista sabe de todas maneras muy bien cómo cuidarse. Lleva al menos desde 2016 dándose caminatas de miles de kilómetros, como cuando siguió entre 2017 y 2018 el viaje que realizó el escritor Wolfgang Goethe desde la ciudad checa de Karlovy Vary hasta entrar en territorio italiano y recorrer sus maravillas. Cammarota incluso tiene ya un próximo objetivo cuando llegue a Pekín: completar la vuelta al mundo a pie.

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