Ona Carbonell: "He dado el pecho a mi hijo en sitios inimaginables"

"El deporte de élite no es muy saludable, el mío parece de princesas, pero somos guerreras y bajo el agua nos damos mil golpes", afirma la deportista olímpica.

Ona Carbonell con su hijo en brazos en una foto de su cuenta de Instagram
Ona Carbonell con su hijo en brazos en una foto de su cuenta de Instagram
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Es difícil pensar en Ona Carbonell y no imaginar a una 'superwoman'. Pero ella ha querido ofrecer su cara más vulnerable. Esta barcelonesa de 31 años entrenó a muerte para unos Juegos Olímpicos mientras daba de mamar a su primer hijo. Lo relata en el documental 'Ona Carbonell. Empezar de nuevo', que se emite en Rakuten TV. Ahí se la ve llorar de frustración. Y aunque al final lo logró... Mientras no haya más conciliación, no lo intenten en sus casas.

Su sonrisa es su seña de identidad. Sin embargo en el póster del documental aparece seria, casi triste.

Ya. Eso les dije yo a los creativos. Pero es que la idea era reflejar la ternura de una madre y la concentración de una medallista. Y ahí tengo cara de deportista concentrada.

Los médicos le pidieron que en seis meses no hiciera deporte de impacto, y al mes y medio ya estaba entrenando...

No, a ver, yo estuve todo el rato supervisada por los doctores y no hice nada de impacto hasta saber que tenía el suelo pélvico bien y el abdominal cerrado. Pero es cierto que no pude tener un posparto normal ni una baja de maternidad.

Con lo que se ha luchado por la baja maternal.

Sí, es algo imprescindible. Pero en el deporte aún queda mucho por hacer. Yo me tuve que llevar a mi hijo a la piscina muchas veces, y le di pecho en sitios inimaginables. Pero es que tenía unos Juegos Olímpicos que eran una oportunidad única.

¿No pensó en dejar la maternidad para después de los Juegos? Habría sufrido menos.

Hubo un momento en que sentí la necesidad no solo de ser madre, sino de dedicarle más tiempo a mi familia y paré temporalmente a pesar de los Juegos.

¿Y qué la impulsó al final a participar en ellos?

Mi entrenadora. Ella me llamó cuando yo estaba embarazada y me dijo: 'Ona, han pospuesto los Juegos por la pandemia y creo que puedes llegar'. Le dije: '¿Pero cómo crees que voy a llegar?'. Tenía menos de un año para prepararme. Pero ella me dio las fuerzas y la motivación. Mi familia me apoyó al cien por cien, mi pareja también. Y pensé ¿por qué no?

Lactancia, noches sin dormir, diez horas de piscina... En el documental se la ve llorar de agotamiento.

Toqué fondo varias veces durante ese año, pero lo que me hacía emerger era el equipo maravilloso de nadadoras y entrenadoras que habían confiado en mí. Y mi hijo, mi familia y el contar esta historia que puede ayudar a otras mujeres.

Ahora que ha sobrevivido, ¿qué reivindica?

Más visibilidad, que se normalice la conciliación, el ser madre y poder tener tus retos profesionales. Más ayudas, bajas estipuladas, salas de lactancia y poder viajar con tu bebé a las competiciones y a las concentraciones.

Está embarazada de nuevo. ¿Dispuesta a repetir?

No. Este bebé nacerá en verano y ahora mismo no sé si estaré en los Juegos de París de 2024. Sigo entrenando, pero poquito. Esta vez sí que me gustaría cumplir la baja maternal y volver al deporte de una manera más tranquila, disfrutando del peque y del que está en camino.

Ha dicho que el deporte de élite no es muy saludable.

Hacer ejercicio físico es imprescindible para todo el mundo. Pero el deporte de élite es muy exigente y el desgaste es tal que muy saludable no es. Yo he sufrido fisura de costilla, contusión en la cabeza por acrobacias, líquido en hombros y caderas, rotura de isquio... Y eso que he tenido suerte.

Sin embargo en la piscina solo se ve el brillo.

El nuestro parece un deporte de princesas, pero en verdad somos guerreras y por debajo del agua nos damos mil golpes.

Creo que llenó las paredes de fotos de deportistas célebres con sus retoños.

Me las regaló mi entrenadora un día en el que yo estaba muy de bajón. Llegué a la piscina por la mañana y de repente tenía la zona donde me sacaba la leche tapizada con fotos de mujeres inspiradoras. Sentí que no estaba sola.

¿Llegó a sentirse sola?

Claro. El mío es un equipo joven y yo estaba a otra cosa distinta que mis compañeras. Era la única madre.

¿Y ahora que es madre le duelen más las guerras?

Por supuesto. Estoy en contacto con las compañeras ucranianas y rusas. Lo están pasando muy mal, es una situación terrorífica.

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