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Cartier, el poder de hacer de lo cotidiano algo precioso

La firma de joyería sorprende con una muestra enfocada en la evolución del diseño de siete de sus creaciones más emblemáticas.

Varias de las obras de la muestra Pavilion of Design en el Centro Cultural Casa de Vacas de Madrid.
Varias de las obras de la muestra Pavilion of Design en el Centro Cultural Casa de Vacas de Madrid.
EP

Reconocible e inconfundible. Así es el diseño de las piezas al que Cartier rinde tributo con la exposición Cartier Pavilion of Design, que durante tres semanas se podrá visitar en el Centro Cultural Casa de Vacas del madrileño Parque del Retiro. Una experiencia interactiva e inmersiva en la que descubrir la evolución de siete de las creaciones más conocidas de la firma de joyería. Las que resisten la prueba del tiempo, resultando contemporáneas en la actualidad pese a, en algún caso, haber sido creadas hace más de cien años. Y es que, desde sus inicios, en 1847, en Cartier todo empieza por el diseño, basado en cuatro principios creativos: la pureza de la línea, la precisión de la forma, la exactitud de las proporciones y la belleza de los detalles que normalmente se esconden, pero en la casa francesa se potencian.

La firma de lujo se remonta hasta 1904 para dar comienzo a un viaje fascinante por su archivo. En ese año Louis Cartier cumple el sueño del famoso aviador brasileño Alberto Santos-Dumont: poder mirar la hora en pleno vuelo sin soltar los mandos para consultar su reloj de bolsillo. Así nació Santos, el primer reloj moderno diseñado para ser llevado en la muñeca, cuando aún se denominaban guardatiempo, rompiendo con los esquemas establecidos al ser en formato cuadrado. Una revolución en la industria de la joyería, que una década más tarde volvió a ser sacudida con uno de los relojes más copiados del mundo, el modelo Tank.

Inspirado en los tanques de la Segunda Guerra Mundial, como si fuese visto desde arriba, siendo los laterales las orugas que otorgan la tracción al vehículo. Una idea que permitió una armoniosa forma rectangular a la que sucumbió, entre otras muchas, Jacqueline Kennedy. El original que ella usaba lo tienen guardado como oro en paño en el archivo de la firma, que lo ha cedido a la muestra, donde, con un espejo estratégicamente colocado, se puede ver el grabado que la entonces primera dama mandó hacer en la parte trasera de la caja: "Jackie, 23 Feb. 63., 2:05 AM to 9:35 PM", haciendo referencia a la fecha y hora de comienzo y finalización de la marcha de las 50 millas (80 kilómetros) que realizó en Palm Beach. Se trataba de un reto que lanzó su esposo, el presidente Kennedy, a los estadounidenses para mejorar la salud de los ciudadanos, tratando de erradicar el problema de la obesidad.

Oro y zafiro

De 1917 se salta a 1924, cuando se lanzó al mercado Trinity, formado por tres anillos entrelazados y móviles en oro amarillo, rosa y blanco. Un esencial de la firma, al igual que la pulsera Love, confeccionada en Nueva York cinco décadas más tarde. Una pieza ovalada ensamblada que se cierra con un componente clave, su destornillador a juego. En la exposición se puede disfrutar de la original que perteneció a la duquesa de Windsor, que la adquirió en Manhattan en 1977. Un joya en la frontera con la escultura que tuvo admiradores tan conocidos como Grace Kelly, Gary Cooper o el poeta Jean Cocteau.

No todo fue llegar y besar al santo. En 1971, el popular clavo que abraza la muñeca, entonces llamado 'Nail' (clavo en inglés), no tuvo ningún éxito al ser lanzado al mercado. Sin embargo, el diseño fue rescatado en 2012 y desde entonces ha sido todo un éxito bajo el nombre de 'Juste un clou' (solo un clavo en francés). Una pieza atrevida y rebelde que demuestra que se puede hacer algo precioso de lo cotidiano.

Pero si hay una figura inherente a la casa es la 'pantera'. Fue en 1983 cuando fue creado el reloj Panthère, cuyo nombre se debe al brazalete ultraflexible, que evoca el movimiento del felino. En la muestra se puede ver un modelo del reloj-joya con diamantes y zafiros para recrear el pelaje moteado del animal. Otro reloj es el diseño más actual de la muestra, datado en 2007, el 'Ballon Bleu' (balón azul), es una nueva visión del círculo. Doblemente convexo, es perfectamente redondo con un cristal de zafiro abombado integrado en la caja en forma de corona de cuerda con un cabujón (piedra preciosa pulimentada y no tallada, de forma convexa) azul.

Para terminar la experiencia, una enorme pared repleta de pantallas en las que aparecen personajes populares hablando de su pieza favorita de la casa. Un muro cuajado de emociones en el que los visitantes también podrán estar reflejados

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