La familia rociera, más cerca del reencuentro con la Blanca Paloma

"Rocío de Esperanza" es el lema escogido por la Hermandad Matriz de Almonte para celebrar este Pentecostés, esperanza de que en 2022 todo vuelva ser como era antes de la pandemia y en que los rocieros puedan celebrar un Rocío recuperando los caminos y la aldea como epicentro de esta devoción mariana que traspasa fronteras.

Alrededores del santuario de la Virgen del Rocío, vacío durante el fin de semana de la Romería.
Alrededores del santuario de la Virgen del Rocío, vacío durante el fin de semana de la Romería.
EP

La familia rociera vuelve a vivir, por segundo año consecutivo, un Pentecostés contenido por no poder celebrar la Romería del Rocío debido a la covid-19, pero en esta ocasión lo hace con la esperanza de saber que ese anhelado reencuentro con la Blanca Paloma en su aldea está, hoy por hoy, más cerca.

Por ello, "Rocío de Esperanza" es el lema escogido por la Hermandad Matriz de Almonte para celebrar este Pentecostés, esperanza de que en 2022 todo vuelva ser como era antes de la pandemia y en que los rocieros puedan celebrar un Rocío recuperando los caminos y la aldea como epicentro de esta devoción mariana que traspasa fronteras.

En los actos para esta particular celebración, que este año sí ha podido contar con público, aunque con aforo limitado y cumpliendo con las medidas covid, se viene trabajando desde enero, cuando la Matriz decidía suspender la romería por segundo año consecutivo.

También decidió mantener a la Virgen del Rocío en la Parroquia de la Asunción, donde está desde agosto de 2019, cuando se produjo la conocida como 'La Venida', por la cual la imagen abandona su ermita durante nueves meses para estar con su pueblo y que, en esta ocasión, el coronavirus viene prolongando desde entonces.

Una particular banda sonora, protagonizada por el sonido de los cohetes y el repique de las campanas de ese templo, anunciaban desde bien temprano que hoy no era un domingo cualquiera en Almonte; en su interior, la Virgen, entronizada en su paso de plata del siglo XIX y ataviada para la ocasión, aguardaba la misa de Pentecostés.

Aunque la intención de la Matriz fue, en un principio, celebrar la misa en la zona de El Chaparral con más público, la situación epidemiológica de Almonte ha impedido que sea así.

Lo que no se ha podido impedir es que decenas de personas se hayan dado cita a las puertas del templo para poder vivir en primera persona esta la celebración tan especial para los rocieros que, cualquier otro año, hubiera sido antesala del momento más esperado por ellos, la salida en procesión de la Virgen del Rocío por las calles de la aldea.

Ha sido el grupo Senderos el que poco después de las 10.00 iniciaba una celebración, presidida por el obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, en la que han estado muy presentes las 125 hermandades filiales, que un año más han renovado su compromiso con la Blanca Paloma en el conocido como voto de protestación de fe.

Desde la conclusión de la eucaristía, la parroquia, en la que esta medianoche el rezo del rosario pondrá fin a los actos de este "Rocío de Esperanza", ha comenzado a recibir, como ha ocurrido en días atrás, la visita ininterrumpida de personas para ver a la Virgen del Rocío y hacerle partícipe de sus plegarias y de ese deseo de que en 2022 vuelva la Romería y ese reencuentro con "Ella".

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