Descubren fuertes indicios de presencia de vida extraterrestre en Venus

Lo detalla un estudio realizado por un equipo internacional de astrónomos de cuatro de las universidades más importantes del mundo. Se ha encontrado fosfina en altas cantidades que podría haber sido liberada por microbios.

Venus
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Un grupo de científicos han hallado fosfina en altas cantidades que podría haber sido liberada por microbios en la superficie de Venus, lo que lleva a concluir que hay fuertes indicios de vida en el planeta. 

El hallazgo, presentado este lunes, apunta a trazas de gas fétido en mayor cuantía de lo esperado y que podría haber sido liberado por organismos aéreos microbianos. La revista Nature publicará un detallado estudio en el que se señala que la cantidad de fosfina en Venus es 10.000 veces más alta que la que podría producirse por métodos no biológicos. Los autores del trabajo han hecho una simulación de procesos que podrían producir fosfina en Venus sin necesidad de microbios venusianos, entre ellos el impacto de relámpagos, la fricción tectónica, la caída de meteoritos. Ninguno, dicen, es ni de lejos igual de posible que la presencia de microbios en las nubes de Venus que estén produciendo este gas.

La primera evidencia de la presencia de este compuesto se captó en 2018 usando el telescopio James Clerk Maxwell, situado más de 4.000 metros de altura sobre un volcán en Mauna Kea, Hawaii.

Desde que las primeras sondas lanzadas por la Unión Soviética se posaran sobre su superficie tenemos constancia de que nuestro vecino más cercano es un auténtico infierno, con temperaturas en su superficie capaces de derretir el plomo, una presión atmosférica noventa veces superior a la de nuestro planeta y nubes de ácido sulfúrico.

Sin embargo, su atmósfera es un lugar mucho más acogedor, e incluso en Moscú llegaron a pensar en futuras colonias que aprovecharían este entorno, con temperaturas similares a las de la Tierra para establecer una estación espacial similar a la que tenemos en la atmósfera terrestre.

Debido a estas condiciones más “amigables”, muchos científicos han especulado durante décadas en la posibilidad de que en esa zona, en una franja situada a entre 48 y 60 kilómetros de la superficie de Venus existiera algún tipo de vida.

Y precisamente serios indicios de que estas sospechas no iban mal encaminadas es lo que acaba de encontrar un equipo de astrónomos pertenecientes a varias de las instituciones internacionales más importantes: la Universidad de Cardiff, la Universidad de Manchester, la Universidad de Cambridge y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

El grupo de expertos de primer nivel ha sido dirigido por la astrónoma Jane Greaves, perteneciente a la Universidad de Cardiff. En una nota de prensa que debía publicarse el 14 de septiembre pero que ha sido filtrada un día antes por error, se detalla que se han detectado cantidades significativas de fosfina, un gas que se considera un marcador biológico concluyente, ya que, según sabemos hoy en día, solo se puede producir artificialmente en un laboratorio o de manera natural por ciertos tipos de microbios que viven en ambientes libres de oxígeno.

Este gas fue observado desde dos telescopios diferentes y por dos equipos de investigadores que no tenían inicialmente conexión entre sí. Hablamos del telescopio James Clerk Maxwell, situado en Hawaii y el complejo de radiotelescopios ALMA de Chile.

Una vez que ambos encontraron señales inequívocas de la presencia de este gas en la atmósfera de Venus, trataron de buscar métodos alternativos para que este gas se produzca de forma natural sin que implique la presencia de vida, todo pese a que años antes el MIT ya había publicado varios papers en los que detallaba que si se encontraba en el futuro fosfina en un planeta rocoso, esto implicaría indudablemente la presencia de vida.

Tras meses de investigación, a pesar de los enormes esfuerzos, no se ha logrado encontrar otra explicación alternativa que pueda explicar la gran cantidad de este fosfina en la atmósfera de Venus. “Esto significa que se trata de vida, o algún tipo de proceso físico o químico que no esperamos que ocurra en planetas rocoso”, explica el astrobiólogo Janusz Petkowski, coautor del estudio.

“Realmente revisamos todos los procesos posibles que podrían producir fosfina en un planeta rocoso. Si no se trata de vida, entonces nuestra comprensión de los planetas rocosos es muy deficiente”, señala.

Precisamente para no cantar victoria antes de tiempo y comprobar cualquier posibilidad, el científico William Barinas, perteneciente al MIT, dirigió la parte de la investigación que trató de buscar formas naturas de producir fosfina en Venus.

Con estos avances, no será nada extraño que en los próximos meses o años comencemos a conocer proyectos para enviar sondas u otro tipo de misiones a Venus para tratar de conocer más detalles sobre este cercano y a la vez desconocido vecino.

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