Conforme la humanidad, sus astrónomos, descubre y desvela los secretos del Universo, conforme se desarrollan nuevas y más potentes herramientas e instrumentos para observarlo y escrutarlo, más se intensifica también la búsqueda de indicios de vida extraterrestre… Y de vida extraterrestre inteligente.

No es descabellado, por tanto, cuestionarse si, de existir otras civilizaciones desarrolladas, sus ‘astrónomos’ no estarán haciendo lo mismo: rastrear posibles señales de vida inteligente. Si realmente queremos establecer contacto, ¿no deberíamos hacer lo posible por señalar nuestra existencia?

Esta es la premisa de partida de un proyecto ideado por un estudiante de grado del Departamento de Aeronáutica y Astronáutica del MIT y que acaba de ser publicado en ‘The Astrophysical Journal’. El artículo propone utilizar e implementar la tecnología ya existente –en concreto láseres de alta potencia y los mayores telescopios de observación espacial– para generar una señal, un potentísimo haz lumínico que atraviese el espacio. En definitiva, un hito que señale nuestra existencia.

Según los cálculos efectuados por los autores, la combinación de un láser de 2 megavatios de potencia y un telescopio de entre 30 y 40 metros de diámetro que lo focalizase, permitiría emitir un chorro de radiación infrarroja que resultaría detectable –y no solo eso, sino también identificable como una señal artificial– hasta a unos 20.000 años luz de distancia.

Últimas noticias, las autoridades internacionales acaban de confirmar que se ha detectado la presencia de un objeto espacial que, casi con toda probabilidad, es una nave alienígena procedente de la región del espacio hacia la que apunta la ‘antorcha de la humanidad’.

A falta de que se pueda confirmar este extremo y mientras esperamos nuevos datos e informaciones, cabe recordar que la ‘antorcha de la humanidad’ es en realidad un intenso chorro de radiación infrarroja surgido de la instalación de un láser de alta potencia en el European Extremely Large Telescope, y basado en un proyecto concebido por un estudiante del MIT. Y fue encendida hace apenas unas décadas.

... Acabamos de recibir una nueva y asombrosa información: se confirma que se trata de una nave espacial cuyo aspecto se asemeja al del asteroide Oumuamua, detectado en 2017.

Cabe recordar asimismo que, por aquel entonces, una controvertida publicación a cargo de astrónomos de Harvard barajaba la hipótesis de que aquel objeto interestelar fuese en realidad una nave o una sonda alienígena, atendiendo a la inusual aceleración y anómalo desplazamiento que exhibía. Y que la mayoría de los expertos intentaban explicar a través de la presión que la radiación solar ejercería sobre su vasta superficie.

Esta hipótesis, la de la nave alienígena, suscitó un enorme revuelo y gran polémica entre la comunidad de astrónomos, muchos de los cuales la tildaron en aquel momento de especulación sin mayor fundamento.

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