Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El desmitificador

Las mascarillas no te asfixian: te protegen frente al coronavirus

Mascarillas, ¿mejor las más carillas? El desmitificador repasa varios mitos alrededor de las (ya obligatorias) mascarillas y explica cómo usarlas correctamente. Aunque sean incómodas y agobiantes, si todos las llevamos puestas son una de las mejores opciones para detener el avance del coronavirus.

El uso de la mascarilla es obligatorio
El uso de la mascarilla es obligatorio
Cati Cladera / Efe

Hace unos días, el Gobierno de Aragón aprobó el uso obligatorio de mascarillas para prevenir más contagios de la covid-19. Como explican en su página web, tienen que llevar mascarillas todas las personas de más de 6 años, ya sea en la calle, en los espacios al aire libre o en lugares públicos cerrados. Pero, ¿de verdad son eficaces las mascarillas para frenar al coronavirus? Y, sobre todo, ¿hay algunas mascarillas mejores que otras? ¿Cómo podemos asegurarnos de que estamos protegidos?

El mito

En esta ocasión, el mito depende un poco de quién te lo cuente. Algunos te dirán que solo funcionan las mascarillas FFP2. Otros se quejan de que las mascarillas les asfixian y no les dejan respirar. Y algún que otro desaprensivo se atreve a decir que no valen para nada. Como suele advertiros el Desmitificador: no os fiéis de dimes y diretes. Acudid siempre que podáis a fuentes fiables, a ser posible al portal oficial del Ministerio de Sanidad. Ahí encontraréis información actualizada y basada en pruebas científicas.

Mascarillas… ¿o más baratillas?

Por ley, las mascarillas quirúrgicas tienen un precio máximo de 96 céntimos. Pero claro, una mascarilla de tela de Gucci es un complemento mucho más fantástico y fashion. ¿Protege más por ser más cara? Evidentemente, no. Como explica Gemma del Caño (@farmagemma), experta en seguridad alimentaria, la capacidad de filtración de las mascarillas de tela ronda el 70% “por más dibujitos que tengan”. Las quirúrgicas llegan al 90%.

Además, las mascarillas de tela tampoco son tan caras, porque se pueden lavar, ¿no? Pues depende. Es cierto que, metiéndolas en la lavadora, entre el jabón y las altas temperaturas dejas frito al coronavirus. También puedes plancharlas; el calor del vapor suele ser suficiente para desinfectarlas. Pero ten cuidado, muchas mascarillas pierden eficacia después de varios lavados. A la larga, tampoco salen tan bien de precio. Las que están oficialmente certificadas como reutilizables (UNE0065) se pueden lavar un mínimo de cinco veces, consulta los detalles que da el fabricante.

Un, dos, tres, responda otra vez

Las mascarillas quirúrgicas y las de tela sobre todo hacen más difícil que, si tienes el coronavirus, lo vayas esparciendo por ahí. Las famosas mascarillas FFP se caracterizan porque, además, te protegen de gotitas que vengan de fuera. Llevan un filtro que retiene polvo, partículas y aerosoles – suspensiones de líquido que pueden transportar el coronavirus y otros agentes infecciosos-.

La diferencia entre FFP1, FFP2 y FFP3 radica en su eficacia. Cuanto más alto es el número, mejor. 

  • Las FFP1 filtran como mínimo un 78% y se recomiendan para protegerse de polvo y pequeñas partículas. Apenas habréis oído hablar de ellas porque apenas protegen contra el coronavirus. 
  • Las FFP2 filtran como mínimo un 92% y se utilizan para evitar la propagación de aerosoles. Como filtran muy bien las gotitas, son estupendas para evitar contagiarse. Son similares a las famosas N95, que filtran un 95% de toda la porquería que les llega del exterior. 
  • Las FFP3 son la repera, lo filtran casi todo. Por eso, suelen reservarse para personal sanitario o personas con un riesgo de contagio muy alto. En resumen, salvo que trabajes en un hospital o estés en contacto directo con alguna persona infectada, seguramente no necesites este tipo de mascarillas. Ante cualquier duda, es muy útil consultar esta guía del Ministerio de Consumo sobre cómo elegir la mascarilla idónea.
Lo más importante es que todos llevemos la mascarilla. Sean del material que sean, tu mascarilla y la mía, juntas, colaboran para hacer más eficaz su labor

Si te despistan tantos números, es normal. Lo más importante es que todos llevemos la mascarilla. Sean del material que sean, tu mascarilla y la mía, juntas, colaboran para hacer más eficaz su labor. Tenemos que ser solidarios y ayudarnos mutuamente. Un ejemplo: en Springfield (Missouri, EE. UU.), dos peluqueros dieron positivo por coronavirus. Habían trabajado, en total, con 140 clientes, pero ninguno se contagió. ¿El truco? ¡Todos llevaban mascarillas!

El tamaño no importa

Dicen que lo importante es saber usarla. La mascarilla, claro. Y es totalmente cierto, una mascarilla mal colocada o una mascarilla manipulada con las manos sucias puede volverse totalmente inútil. La Organización Mundial de la Salud ha publicado una serie de vídeos muy ilustrativos sobre cómo manipular las mascarillas y cómo ponérselas y quitárselas de una forma segura.

Lo más importante, como siempre, es lavarse bien las manos.

  • Antes de tocar la mascarilla, lávate las manos con agua y jabón (o, si no tienes un grifo a mano, usa gel desinfectante). 
  • Asegúrate de que cubre bien la nariz, la boca y la barbilla.
  • Mientras la lleves puesta, procura no tocarla. 
  • Cuando te toque quitártela, toca solo las gomitas – cuanto menos toques la mascarilla, por mucho que lleves las manos inmaculadas, mejor. 
  • Por último, si solo te estás tomando un café y vas a ponerte la mascarilla después, asegúrate de guardarla bien. Puedes usar un sobre o una bolsa zip, y viene muy bien acordarse de dejar una de las gomitas fuera. Así es mucho más seguro todo el proceso.

No os olvidéis de que los camareros y dependientes no tienen una mutación especial que los haga inmunes al coronavirus. Cuando os dirijáis a ellos, aunque haya una pantalla de metacrilato de por medio, llevad puesta la mascarilla. Este virus lo paramos unidos.

Staying alive

¡Casi me olvido de lo de la hipoxia! Circula por ahí un mensaje que dice que las mascarillas te dejan sin oxígeno. Mentira, mentira gorda. No hay ningún estudio que respalde esta afirmación. Es más, si las mascarillas te impiden respirar, ¿cómo lo hace LeBron James para entrenar con ella puesta sin ningún problema?

Las moléculas de los gases atraviesan las mascarillas: el oxígeno puede entrar a tus pulmones y el CO₂ que expulsas no te lo tragas ni te ahoga, traspasa la mascarilla

Como hemos explicado más arriba, las mascarillas filtran partículas pequeñas y aerosoles, no filtran gases. Las moléculas de gases como el oxígeno o el dióxido de carbono son muchísimo más pequeñas y atraviesan las mascarillas (y los filtros) sin ninguna dificultad. El oxígeno puede entrar a tus pulmones y el CO₂ que expulsas no te lo tragas ni te ahoga ni nada. Traspasa la mascarilla y se va con viento fresco. Las mascarillas dejan pasar los gases tranquilamente: podéis respirar tranquilos.

¿Entonces, funcionan?

Rotundamente sí. Las mascarillas funcionan. “Pero… ¡si al principio no las recomendaban!,” me diréis. Cada vez más estudios científicos corroboran su eficacia, sobre todo en situaciones de alto riesgo de contagio. Tanto si tienes covid-19 como si no, es recomendable llevar una mascarilla, y cuanta más gente las lleve antes acabaremos con esta locura. A día de hoy, la OMS recomienda llevar mascarilla. Sin olvidarnos, por supuesto, de mantener la distancia de seguridad siempre que se pueda y lavarnos las manos continuamente. Todas estas medidas reducen el riesgo de contagio. Así que, ya sabéis: ¡poneos la mascarilla!

Para saber más

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