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¡Fuera pantallas! Cinco propuestas para jugar en la plaza del pueblo

Muchos niños pasarán gran parte de su verano en el pueblo de sus padres o abuelos, una buena oportunidad para buscar otras formas de entretenimiento. 

Rayuela.
Rayuela.
Pixabay

Siempre se ha dicho que donde mejor están los niños es en los pueblos. El contacto con la naturaleza que favorece el medio rural y la mayor autonomía derivada del reducido tamaño de los municipios y de la familiaridad entre los vecinos logran que el día a día de los más pequeños de la casa sea mucho más atractivo que su vida en la ciudad.

Por ello, también cambia el modo en que se entretienen y aunque el ocio con pantallas ya forma parte de su ADN, es cierto que en los pueblos es más fácil conseguir que no ocupen la mayor parte de su tiempo. Los paseos en bici, las excursiones por los alrededores o los baños en el río o la piscina son eficaces alternativas contra el aburrimiento.

En la plaza del pueblo

Suele ser el centro de la vida social para las familias y vecinos que residen en los pueblos y, por tanto, el lugar preferido para las pandillas infantiles, que lo utilizan de punto de encuentro y de juego. La ausencia de tráfico y ruido, así como la amplitud del espacio resultan idóneas para divertirse en compañía. 

Aún así, si el tedio hace mella y la imaginación no está en su mejor momento, es conveniente estar preparado para responder a una  de las preguntas recurrentes de los niños: ¿a qué podemos jugar?

- Escondite: es uno de los clásicos que mejor se mantienen con el paso de los años. Es importante poner límites, mejor dentro de la plaza, aunque dependiendo de su tamaño también se podrá contar con las calles aledañas. Las normas son básicas y de sobra conocidas: los que se esconden tendrán que llegar al punto de partida del juego sin ser pillados por el que tiene que descubrir su escondite. Sera este el que cuente hasta 20 para dar tiempo a que los demás elijan el lugar más recóndito e inverosímil.
​- Chocolate inglés: solo hace falta una pared y un mínimo de tres personas: una la que la paga y otras dos las que tendrán que paralizarse cuando la primera se dé la vuelta tras decir aquello de "Un dos, tres, chocolate inglés a la pared". Es más divertido cuanta más gente participa y no es de extrañar que algún que otro adulto se anime a jugar y a probar su rapidez y destreza.
​- Rayuela: con una tiza se dibujan en el suelo los correspondientes cuadrados numerados que también se conocen como 'descanso'. A partir de entonces, y con ayuda de una piedra, habrá que saltar a la pata coja de uno a otro cuadrado sin pisar aquél que contenga el canto, el cual será necesario coger sin perder el equilibrio.
​- Canicas: la misma tiza que se ha utilizado para pintar la rayuela puede servir para dibujar un circuito para las canicas o... las chapas, mucho más fáciles de conseguir. Haciendo pinza con los dedos pulgar e indice habrá que hacer avanzar cada una de ellas sin salirse del trazado para ver quién es le primero en llegar a la meta.
​- ¡Sobre!: una pelota de goma da mucho juego en una plaza grande. Además de para practicar deporte, servirá para procurar buenas dosis de entretenimiento como la que ofrece ¡sobre!, que consiste en lanzar al aire la pelota diciendo el nombre de uno de los participantes, el cual tendrá que ir a por ella mientras los demás se alejan todo lo posible. El que posee el balón podrá acercarse a uno de sus compañeros con tres zancadas y tendrá la oportunidad de lanzárselo. Si le da, punto para él, si no... para el que ha conseguido esquivarla.​

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