sanidad

¿Cuánto te costaría llamar a una ambulancia si fueses estadounidense?

Un vídeo en las redes sociales ha puesto esta semana sobre la mesa el problema de los costes sanitarios en el país norteamericano. Las comparativas son odiosas, sobre todo al otro lado del charco.

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Un herido es atendido en una ambulancia en Estados Unidos... ¿sabrá a cuánto ascenderá la factura?
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"¡¿Diez de los grandes?! ¡¿Por un bebé?!". La reacción de una joven británica al saber cuántos dólares le cobrarían en el hipotético caso ser atendida en un parto en un hospital estadounidense se ha convertido en uno de los vídeos más compartidos en las redes sociales durante los últimos días. Su incredulidad ante la cifra que le traslada el reportero se ha convertido en la muletilla de la semana para quienes defienden un sistema de salud público más accesible en el país norteamericano. Pero la indignación del resto de interrogados por el periodista no se quedan atrás: "¿De verdad? ¿2.500 dólares por llamar a una ambulancia?". "¿250 dólares por una inhalador? Osea, que si eres pobre... estás muerto".

No es ningún secreto que la sanidad en Estados Unidos no es ni mucho menos barata, que el servicio público no cubre gran parte de las atenciones y que los cuidados que uno puede procurarse van de la mano de los recursos económicos del paciente y del seguro que pueda costearse él o la empresa para la que trabaje (es práctica más que habitual ofrecer pólizas sanitarias como complemento a las nóminas para poder atraer talento dentro del sector privado). La última cifra oficial refleja que casi 47 millones de ciudadanos estadounidenses no estaban cubiertos por póliza alguna.

Otro de los ejemplos que se cita en el vídeo es el de la 'EpiPen', un autoinyector de epinefrina (adrenalina) que frena los ataques severos de alergia. Esta jeringuilla es un objeto habitual en los botiquines de las casas con niños alérgicos y en negocios susceptibles de afrontar situaciones de riesgo, como cafeterías y restaurantes. La vida útil del producto apenas rebasa el año y la farmacéutica que lo comercializa controla casi la totalidad del mercado, por lo que pese a subir un 400% su precio en 2016 mantuvo su nivel de ventas.

El coste de pasar una noche ingresado en un hospital EE. UU. asciende a unos 2.000 dólares, mientras un implante de rodilla asciende a unos 14.000, según los escasos baremos que se publican, sobre todo en investigaciones periodísticas. Hay que tener en cuenta que cada aseguradora y hospital se manejan en unas cifras distintas y suben o bajan los precios de cada servicio sanitario en función de la oferta, demanda y la reputación de los médicos que tengan en cartera. Otros casos flagrantes son las operaciones coronarias: un bypass supone para el paciente un desembolso superior a los 70.000 euros.

Y no es que Estados Unidos gaste poco dinero público en Sanidad. De hecho, se estima que su inversión alcanza un 18% de su PIB, el doble, por ejemplo, que España. El motivo de los altos precios radica, según un informe elaborado por Harvard y la London School of Economics, en el gran número y coste de pruebas de diagnóstico (radiografías, resonancias…) que se realizan, el complejo entramado administrativo, así como los elevados emolumentos de los médicos.

¿Y cuánto le cuesta a España...?

El sistema español, pese a las listas de espera que muchas veces se generan en algunas especialidades -en función de las comunidades autónomas-, permite un acceso universal a la sanidad, independientemente de las aportaciones a la caja común y los recursos económicos de los que se dispongan. Lo cual no implica que una operación gástrica o una intervención de cataratas cuesten cero euro euros.

El Ministerio de Sanidad hace públicos periódicamente, en aras de concienciar lo que vale una jeringuilla, los costes de todo tipo de cuidados médicos. Por ejemplo, un parto sin complicaciones supone 2.303 euros para las arcas públicas, mientras que en una cesárea se paga una media de 4.100 euros, que sólo recaen en los bolsillos de la intervenida en forma de los impuestos que le toquen pagar. Otro procedimiento común, en este caso entre la población mayor, es la operación y posterior atención hospitalaria por una fractura de pelvis o de cadera, que asciende a 3.884 euros.

Las intervenciones más onerosas son los trasplantes cardíacos y pulmonares (53.900,71 euros de media), la traqueostomía con ventilación mecánica (70.265 euros), la recuperación tras unas quemaduras de tercer grado (48.632 euros) o los procedimientos por escoliosis (20.230,83 euros).

Cabe destacar que el tratamiento de una simple bronquitis tiene un coste aparejado total de 2.942,86 euros. Tampoco resultaría barato abordar de forma individual un ingreso hospitalario (5.053 euros) y cada una de las jornadas extra (685 euros por día). Una primera consulta de atención especializada costaría 103 euros y una en Urgencias, 136 euros. Como para no avisar de que no podemos acudir a una cita después de haberla concertado.

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