Padres o hijos: ¿a quién le da más vergüenza hablar de sexo?

"Lo importante es adquirir confianza desde que son pequeños. Si no empiezas a hablar desde entonces, cuando son adolescentes te rehúyen", advierten los expertos.

Los expertos recomiendan tratar estos temas desde una edad temprana.
Los expertos recomiendan tratar estos temas desde una edad temprana.
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Sentarte con tus padres en el sofá y abordar asuntos de temática sexual no es algo sencillo para muchos adolescentes. Factores como la vergüenza, el pudor o la timidez hacen que tratemos de esquivar esta situación. Pero, ¿por qué los jóvenes sienten apuro a la hora de hablar sobre sexo con sus progenitores?

Cuatro adolescentes aragoneses, que prefieren mantenerse en el anonimato, enumeran sus motivos. "Me cuesta llegar a mi madre y decirle que la noche anterior mantuve relaciones sexuales con un chico. Me da corte solamente el hecho de planteármelo", explica una joven zaragozana, la cual matiza que, en caso de que diera el paso, "trataría de hacerlo lo más abstracto posible y sin entrar en ningún detalle".

Otra chica, que próximamente cumplirá 21 años, confiesa los nervios que sintió el día que trató con sus padres este asunto. "Les conté la verdad: que estaba saliendo con un chico de la universidad y que habíamos practicado sexo unos días antes. Su reacción fue mejor de la esperada. Es más, me agradecieron que se lo hubiese contado y me recomendaron que fuese responsable y tuviera mucho cuidado con lo que hacía", relata.

Llama la atención el elevado grado de confianza que puede existir, por ejemplo, entre dos hermanos varones. Una complicidad que, sin embargo, es prácticamente nula hacia sus progenitores. "Entre nosotros no hay secretos, nos contamos todo, incluidas nuestras relaciones. Si uno de nosotros está con una chica, el otro lo sabe, pero no vamos abiertamente a contárselo a nuestros padres", sentencian los jóvenes, de 24 y 21 años.

"Los primeros que tienen vergüenza son los padres"

Para evitar este tipo de situaciones, los especialistas recomiendan crear vínculos y adquirir confianza entre padres e hijos desde muy pronto.

"Los que primero tienen vergüenza son los padres. Si no empiezas a hablar desde que son muy pequeños, cuando son adolescentes te rehúyen. Lo importante es adquirir confianza desde que son chiquitines. A cada edad hay que explicar una determinada serie de cosas. Igual que les enseñamos que para cruzar una calle hay un semáforo en rojo, tenemos que ser capaces de enseñarles cómo controlar los riesgos en el sexo", concluye Carmen Sanisidro, psicóloga clínica y sexóloga en el Servicio Aragonés de Salud de Zaragoza.

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